Restaurar y conservar: los otros retos de la transición energética
Información institucional | Las empresas transmisoras de energía tienen una oportunidad de contribuir positivamente al cuidado de la biodiversidad para garantizar un futuro más sostenible.
ISA
El mundo se encuentra en un punto de inflexión que puede tener resultados cruciales para nuestra supervivencia como especie. El aumento de la temperatura global, el cambio climático, la deforestación y la transformación de múltiples ecosistemas para atender las necesidades de la humanidad se acercan de manera cada vez más acelerada a un punto de no retorno. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la sostenibilidad global depende en gran medida de un requerimiento urgente de transición energética hacia fuentes renovables.
Este proceso va más allá de la simple transferencia de fuentes fósiles hacia plantas solares, eólicas, de hidrógeno renovable y biomasa, entre otras. Para tener estas fuentes de energía de manera confiable, es importante cuidar los diferentes servicios ecosistémicos y la biodiversidad que permite su proceso. Así, las empresas del sector de energía tienen la responsabilidad de proteger y restaurar la biodiversidad, de la cual dependemos para nuestra subsistencia y todos los aspectos de nuestras vidas.
(Lea: Después de 33 años, vuelven a ver a la Cotinga de páramo en Quindío)
Descarbonización, un objetivo común:
La IEA encontró que el consumo global de energía aumentó en un 17% entre 2014 y 2023. Aunque las energías renovables han aumentado notoriamente su participación en la matriz energética, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía, con un 80% del consumo global. Las emisiones generadas por su consumo son críticas para el aumento de gases de efecto invernadero (GEI), con su impacto en la destrucción y deterioro de los ecosistemas de los que dependemos como humanidad.
No es coincidencia que fenómenos como la desertificación, los cambios de regímenes de lluvias y la acidificación de los mares, con su resultado en la destrucción de ecosistemas como los arrecifes de coral, se acumulen con el aumento de CO2 y otros GEI en la atmósfera. Esto también tiene un impacto incalculable en la provisión de los servicios ecosistémicos, con un detrimento de los recursos naturales para atender no solo las necesidades de la humanidad, sino de todos los seres vivos.
El proceso de descarbonización de las redes eléctricas es solo uno de los pasos que deben impulsar los gobiernos para poder garantizar la sostenibilidad. El reto de actualizar las redes de transmisión tiene como factores añadidos el uso eficiente del suelo, la capacidad de responder a las presiones en la demanda que efectúa el cambio climático y el detrimento de
los recursos naturales. Las líneas de transmisión y subestaciones deben ser modernizadas y gestionadas eficazmente para garantizar, con el apoyo de las herramientas tecnológicas, el uso eficiente de los recursos naturales.
(Lea: Colombia es el “país de las aves”, ¿qué está haciendo para conservarlas?)
Innovación y otros retos para la transición energética
Así, la innovación tecnológica cumple un papel crucial en una gestión eficiente de la transmisión, que disminuya las pérdidas y consumos generados por su propia operación. ISA y sus empresas trabajan en soluciones de punta que permiten un manejo altamente eficiente, mediante tecnologías como uso de fibra óptica, monitoreo de líneas mediante drones, válvulas inteligentes de distribución, almacenamiento de energías renovables en subestaciones mediante baterías y otros desarrollos que se expanden en nuestras redes para garantizar la calidad del servicio.
Otros de los retos que cuentan las empresas de transmisión energética están en la conservación y restauración de diversos ecosistemas para mitigar afectaciones por la vulnerabilidad climática y abastecimiento de servicios ecosistémicos. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha propuesto seis factores que facilitan procesos de cuidado de la biodiversidad desde la transición.
Coinciden en la necesidad de gestionar marcos de medición efectivos, liderazgos visionarios con objetivos ambiciosos de biodiversidad neta positiva (que los esfuerzos de protección de la biodiversidad tengan un resultado neto superior a las afectaciones de las operaciones), alianzas y acción colectiva entre actores y mecanismos de financiación innovadora que hagan estos procesos sostenibles. En este marco se requiere acciones y políticas gubernamentales claras y ambiciosas que permitan fomentar la estructura, y una gestión de datos precisos mediante tecnologías innovadoras.
World Economic Forum – ISA y las alianzas por la biodiversidad
Todos estos elementos propuestos por el WEF son considerados e implementados según su necesidad por parte de ISA, junto con sus empresas, para garantizar la protección de la biodiversidad en los países donde operan sus negocios. Mediante los proyectos agrupados en Conexión Jaguar, ISA busca proteger más de 1´000.000 de hectáreas en Colombia, Brasil, Perú y Chile, garantizando la protección de ecosistemas que pueden sostener especies depredadoras tope como los jaguares.
En este trabajo, ISA ha logrado también contar con el apoyo de las comunidades en las áreas de influencia de sus operaciones y construir proyectos innovadores. Así, proyectos como la protección de bosques en el municipio de Yondó (Antioquia) han permitido adelantar acciones para conservar un aproximado de 4.800 hectáreas de bosque nativo en el Magdalena Medio, con el apoyo de las comunidades que, de otra manera, podrían convertir estas áreas en terrenos para la ganadería.
Estos territorios no solo tienen un valor ambiental intrínseco en su capacidad de absorción de CO2, que se calcula en unas 20.000 toneladas al año. El estado de preservación de la capa forestal en estos territorios los convierte en unos de los principales epicentros de biodiversidad de todo el Magdalena Medio. Además, mediante el trabajo con las comunidades rurales vecinas, ISA y sus empresas trabajan para que la ganadería extensiva pase a ser sostenible, reduciendo aún más las emisiones de GEI.
En este y otros proyectos se demuestra el valor de estas acciones a nivel local para una gestión que impacte positivamente a nivel global. El panorama es desafiante, pero lleno de oportunidades para que las empresas, de la mano con los gobiernos y entidades multilaterales como el WEF, puedan tomar decisiones informadas y valiosas que permitan mitigar los impactos de sus acciones y tener un beneficio neto para la biodiversidad.
Las empresas de transmisión de energía tienen la oportunidad de actuar de manera proactiva, responsable y sostenible, convirtiéndose en líderes de la protección de la biodiversidad y la construcción de un futuro positivo para la naturaleza. Con esta integración de la biodiversidad en los planes estratégicos y operativos, la transición energética va más allá de un cambio en las fuentes de generación y pasa a ser una contribución neta a la regeneración y conservación de ecosistemas.
Este trabajo requiere una colaboración activa de todos los actores involucrados, desde gobiernos y empresas hasta organizaciones ambientales y comunidades. Este trabajo en conjunto es la única manera en la que la energía limpia y la protección de la naturaleza pueden ir de la mano.
El mundo se encuentra en un punto de inflexión que puede tener resultados cruciales para nuestra supervivencia como especie. El aumento de la temperatura global, el cambio climático, la deforestación y la transformación de múltiples ecosistemas para atender las necesidades de la humanidad se acercan de manera cada vez más acelerada a un punto de no retorno. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la sostenibilidad global depende en gran medida de un requerimiento urgente de transición energética hacia fuentes renovables.
Este proceso va más allá de la simple transferencia de fuentes fósiles hacia plantas solares, eólicas, de hidrógeno renovable y biomasa, entre otras. Para tener estas fuentes de energía de manera confiable, es importante cuidar los diferentes servicios ecosistémicos y la biodiversidad que permite su proceso. Así, las empresas del sector de energía tienen la responsabilidad de proteger y restaurar la biodiversidad, de la cual dependemos para nuestra subsistencia y todos los aspectos de nuestras vidas.
(Lea: Después de 33 años, vuelven a ver a la Cotinga de páramo en Quindío)
Descarbonización, un objetivo común:
La IEA encontró que el consumo global de energía aumentó en un 17% entre 2014 y 2023. Aunque las energías renovables han aumentado notoriamente su participación en la matriz energética, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía, con un 80% del consumo global. Las emisiones generadas por su consumo son críticas para el aumento de gases de efecto invernadero (GEI), con su impacto en la destrucción y deterioro de los ecosistemas de los que dependemos como humanidad.
No es coincidencia que fenómenos como la desertificación, los cambios de regímenes de lluvias y la acidificación de los mares, con su resultado en la destrucción de ecosistemas como los arrecifes de coral, se acumulen con el aumento de CO2 y otros GEI en la atmósfera. Esto también tiene un impacto incalculable en la provisión de los servicios ecosistémicos, con un detrimento de los recursos naturales para atender no solo las necesidades de la humanidad, sino de todos los seres vivos.
El proceso de descarbonización de las redes eléctricas es solo uno de los pasos que deben impulsar los gobiernos para poder garantizar la sostenibilidad. El reto de actualizar las redes de transmisión tiene como factores añadidos el uso eficiente del suelo, la capacidad de responder a las presiones en la demanda que efectúa el cambio climático y el detrimento de
los recursos naturales. Las líneas de transmisión y subestaciones deben ser modernizadas y gestionadas eficazmente para garantizar, con el apoyo de las herramientas tecnológicas, el uso eficiente de los recursos naturales.
(Lea: Colombia es el “país de las aves”, ¿qué está haciendo para conservarlas?)
Innovación y otros retos para la transición energética
Así, la innovación tecnológica cumple un papel crucial en una gestión eficiente de la transmisión, que disminuya las pérdidas y consumos generados por su propia operación. ISA y sus empresas trabajan en soluciones de punta que permiten un manejo altamente eficiente, mediante tecnologías como uso de fibra óptica, monitoreo de líneas mediante drones, válvulas inteligentes de distribución, almacenamiento de energías renovables en subestaciones mediante baterías y otros desarrollos que se expanden en nuestras redes para garantizar la calidad del servicio.
Otros de los retos que cuentan las empresas de transmisión energética están en la conservación y restauración de diversos ecosistemas para mitigar afectaciones por la vulnerabilidad climática y abastecimiento de servicios ecosistémicos. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha propuesto seis factores que facilitan procesos de cuidado de la biodiversidad desde la transición.
Coinciden en la necesidad de gestionar marcos de medición efectivos, liderazgos visionarios con objetivos ambiciosos de biodiversidad neta positiva (que los esfuerzos de protección de la biodiversidad tengan un resultado neto superior a las afectaciones de las operaciones), alianzas y acción colectiva entre actores y mecanismos de financiación innovadora que hagan estos procesos sostenibles. En este marco se requiere acciones y políticas gubernamentales claras y ambiciosas que permitan fomentar la estructura, y una gestión de datos precisos mediante tecnologías innovadoras.
World Economic Forum – ISA y las alianzas por la biodiversidad
Todos estos elementos propuestos por el WEF son considerados e implementados según su necesidad por parte de ISA, junto con sus empresas, para garantizar la protección de la biodiversidad en los países donde operan sus negocios. Mediante los proyectos agrupados en Conexión Jaguar, ISA busca proteger más de 1´000.000 de hectáreas en Colombia, Brasil, Perú y Chile, garantizando la protección de ecosistemas que pueden sostener especies depredadoras tope como los jaguares.
En este trabajo, ISA ha logrado también contar con el apoyo de las comunidades en las áreas de influencia de sus operaciones y construir proyectos innovadores. Así, proyectos como la protección de bosques en el municipio de Yondó (Antioquia) han permitido adelantar acciones para conservar un aproximado de 4.800 hectáreas de bosque nativo en el Magdalena Medio, con el apoyo de las comunidades que, de otra manera, podrían convertir estas áreas en terrenos para la ganadería.
Estos territorios no solo tienen un valor ambiental intrínseco en su capacidad de absorción de CO2, que se calcula en unas 20.000 toneladas al año. El estado de preservación de la capa forestal en estos territorios los convierte en unos de los principales epicentros de biodiversidad de todo el Magdalena Medio. Además, mediante el trabajo con las comunidades rurales vecinas, ISA y sus empresas trabajan para que la ganadería extensiva pase a ser sostenible, reduciendo aún más las emisiones de GEI.
En este y otros proyectos se demuestra el valor de estas acciones a nivel local para una gestión que impacte positivamente a nivel global. El panorama es desafiante, pero lleno de oportunidades para que las empresas, de la mano con los gobiernos y entidades multilaterales como el WEF, puedan tomar decisiones informadas y valiosas que permitan mitigar los impactos de sus acciones y tener un beneficio neto para la biodiversidad.
Las empresas de transmisión de energía tienen la oportunidad de actuar de manera proactiva, responsable y sostenible, convirtiéndose en líderes de la protección de la biodiversidad y la construcción de un futuro positivo para la naturaleza. Con esta integración de la biodiversidad en los planes estratégicos y operativos, la transición energética va más allá de un cambio en las fuentes de generación y pasa a ser una contribución neta a la regeneración y conservación de ecosistemas.
Este trabajo requiere una colaboración activa de todos los actores involucrados, desde gobiernos y empresas hasta organizaciones ambientales y comunidades. Este trabajo en conjunto es la única manera en la que la energía limpia y la protección de la naturaleza pueden ir de la mano.