Reto Aventura: una expedición a la Orinoquía encabezada por el ‘ultraman’ colombiano
Información institucional | Mauro Salazar —embajador de The Nature Conservancy en Colombia— emprende una nueva serie de aventuras por una increíble región del país en la que los Andes convergen con el Amazonas. El recorrido por ese territorio, cuya rica biodiversidad no alcanza a imaginar, lo impactó profundamente.
The Nature Conservancy
“Esta temporada de Reto Aventura es como una montaña rusa de emociones. La gente va a poder ver la Orinoquía como nunca se la han mostrado”, dice Mauro Salazar, mejor conocido como el ‘ultraman colombiano’. En los nuevos capítulos de esta docu-serie —nominada a los Premios India Catalina en 2023—, Salazar navegará los caudalosos ríos de la Orinoquía, correrá por sus montañas, cabalgará por sus sabanas, se encontrará de cerca con grandes caimanes y se aventurará en safaris llaneros.
(Lea: El potencial quesero del Caquetá que crece con el Programa Rutas PDET)
Al hablar sobre esta temporada de aventuras, una y otra vez recurrió a la palabra ‘alucinante’ para describir los paisajes que exploró y los retos que enfrentó. Durante el viaje —que podrán seguir los colombianos todos los lunes a las 9pm por Discovery Channel—, Salazar aprendió sobre la diversidad natural de la Orinoquía y se encantó con su gente. Se admiró con su carácter recio, la generosa amabilidad que salía a relucir cuando entraban en confianza, y la profunda relación que tenían con su territorio y la naturaleza que los rodeaba.
Enfrentar las pruebas de resistencia más difíciles del planeta lo ha llevado a conocer paisajes espectaculares. En 2021, tras completar una triatlón a 4,423 metros de altura en el Parque Nacional Natural Los Nevados —hazaña que le valió un récord Guinness—, quiso encontrar la manera de mostrarles a los colombianos los lugares naturales tan increíbles que estaba teniendo la oportunidad de ver. Ese deseo terminó convirtiéndose en Reto Aventura.
Como el manizalita está convencido de que quien conoce la riqueza natural de un territorio, busca protegerlo; en 2022 se convirtió en embajador de The Nature Conservancy (TNC) Colombia, para ayudar a divulgar el mensaje de conservación por el que trabaja esa organización. Según cuenta, el nuevo rol ha tenido un impacto positivo en su espíritu aventurero.
(Lea: Esfuerzos para restaurar los ecosistemas que perdimos)
¿Qué nos puede adelantar de esta nueva expedición?
A quien le guste la naturaleza, los retos y aventuras; ver animales en su estado salvaje, contemplar paisajes y atardeceres, aquí va a ver los más alucinantes. Y quienes disfruten conociendo nuevas culturas, van a ver una de las más exuberantes que tiene Colombia. Por eso vale la pena no perderse esta expedición por la Orinoquía.
¿Qué fue lo más le impacto de este territorio?
Que lo tiene todo. Su fauna es espectacular. Cuando haces el safari llanero ves chigüiros, babillas, venados, tortugas, gabanes, tordos llaneros, chilacoas, guacamayas… A eso se le suman unos paisajes alucinantes y diversos —puedes recorrer sabanas, cañones, ríos y serranías—, y una gente que aún está muy arraiga a su territorio y a su cultura.
Ese arraigo se refleja en su música, por ejemplo. Sus canciones hablan de esos paisajes y de su vida cotidiana. Le hacen cantos al ganado, esos cantos de trabajo del llano fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Es difícil encontrar un lugar con tantas cosas para hacer, y con semejante riqueza tan a la mano, tan fácil de ver. Vale la pena conocerlo. Es uno de los territorios más biodiversos del mundo y está en muy buen estado de conservación.
Cuéntenos de esa diversidad que encontró.
Quisiera resaltar tres cosas que aprendí conversando con los expertos de TNC, y me impresionaron particularmente: 1) la Orinoquía es la segunda cuenca más biodiversa del planeta. Es un lugar mágico. 2) En nuestro imaginario, solemos reducir ese territorio a los llanos orientales, y cuando nos hablan de él pensamos en vastas sabanas, pastizales y ganado. Pero esa idea no refleja toda su riqueza. Cuando uno comienza a entender su geografía se da cuenta, por ejemplo, de que nace en los Andes, y tiene una zona andina sobre la cordillera oriental con terrenos altos donde uno encuentra los mismos cultivos que veo en Caldas, donde vivo. Por supuesto, también tiene las sabanas que nos imaginamos —que son inundables— y ecosistemas de altillanura. 3) Es una región de enorme relevancia hídrica para el país. Concentra el 30% del agua dulce de Colombia, el 48% de sus humedales y 5 de sus 11 ríos más caudalosos.
¿La Orinoquía abastece de agua a otras regiones del país?
Sí. Muchos colombianos no tenemos muy presente que quienes viven en Bogotá y sus alrededores, por las mañanas probablemente se bañan con agua de la Orinoquía. El famoso embalse de Chuza —del que tanto se habló durante la crítica situación de estrés hídrico de la capital— se surte de ríos como el Guatiquía, que nacen en la zona andina de la cuenca del Orinoco, y fueron redireccionados a través de túneles para abastecer a la creciente población de Bogotá. Dicho de otro modo, aquella región da agua a unas 10 millones de personas, es decir, casi el 20% de la población del país. De esa magnitud es la importancia de este territorio, que los estoy invitando a explorar conmigo.
¿Qué tipo de esfuerzos se están haciendo para conservar su naturaleza?
Por ejemplo, el último Parque Nacional Natural que declaró Colombia queda en la Serranía de Manacacías, en el corazón del departamento del Meta. En la investigación que permitió entender la riqueza natural de aquel lugar —que sirve de hábitat a más de 420 especies de aves, según explicó Thomas Walschburger, científico senior de TNC Colombia— trabajaron varias organizaciones de manera conjunta, entre ellas, TNC, el Instituto Humboldt, WWF, Parques Nacionales y Wildlife Conservation Society. Esa labor también se hizo en colaboración con las comunidades locales.
¿Cómo se nutrió esta nueva temporada de aventuras de su rol como embajador de TNC?
Para mí ha sido un orgullo ser nombrado embajador de esa organización. Trabajar con ellos me ha permitido profundizar mi conocimiento sobre medio ambiente y entender aspectos científicos de
los procesos de conservación y funcionamiento de los ecosistemas, por ejemplo. Mi labor con ellos consiste en convertir esa fascinante información en contenidos que todo el mundo pueda entender, y, a través de distintas plataformas, entre ellas Reto Aventura en Discovery Channel, contarle a la gente sobre la riqueza natural de Colombia.
Estoy convencido de que si la gente conoce sitios como la Orinoquía, se enamora de ellos y ayuda a protegerlos. Por eso, mi granito de arena para ayudar a cuidar esa naturaleza es embarcarme en expediciones llenas de adrenalina y mostrarle a la gente lugares maravillosos. En esta temporada de Reto Aventura esperamos que millones de personas nos acompañen a adentrarnos en la Orinoquía. Ojalá al descubrir su belleza se animen a empacar la maleta y emprender su propia aventura.
Ese trabajo con TNC, ¿le ha cambiado en algo su manera de abordar nuevas aventuras?
Por supuesto; uno comienza a ver el territorio y la gente que lo habita de forma distinta cuando aprende de su cultura, y se hace consciente de la riqueza natural del lugar, y de las amenazas que enfrenta. Por ejemplo, las aventuras por el río Orinoco no se perciben de la misma manera cuando uno sabe que es el tercero más caudaloso del mundo. Y cuando más adelante en el recorrido se topa uno con una creciente actividad agrícola de miles de hectáreas, y es consciente de que si sus dueños no implementan buenas prácticas, eso podría afectar la seguridad hídrica del territorio y del país, percibe uno la fragilidad de esos paisajes. Entonces, cada aventura lo motiva a uno a hacer más para cuidar la biodiversidad de este país.
“Esta temporada de Reto Aventura es como una montaña rusa de emociones. La gente va a poder ver la Orinoquía como nunca se la han mostrado”, dice Mauro Salazar, mejor conocido como el ‘ultraman colombiano’. En los nuevos capítulos de esta docu-serie —nominada a los Premios India Catalina en 2023—, Salazar navegará los caudalosos ríos de la Orinoquía, correrá por sus montañas, cabalgará por sus sabanas, se encontrará de cerca con grandes caimanes y se aventurará en safaris llaneros.
(Lea: El potencial quesero del Caquetá que crece con el Programa Rutas PDET)
Al hablar sobre esta temporada de aventuras, una y otra vez recurrió a la palabra ‘alucinante’ para describir los paisajes que exploró y los retos que enfrentó. Durante el viaje —que podrán seguir los colombianos todos los lunes a las 9pm por Discovery Channel—, Salazar aprendió sobre la diversidad natural de la Orinoquía y se encantó con su gente. Se admiró con su carácter recio, la generosa amabilidad que salía a relucir cuando entraban en confianza, y la profunda relación que tenían con su territorio y la naturaleza que los rodeaba.
Enfrentar las pruebas de resistencia más difíciles del planeta lo ha llevado a conocer paisajes espectaculares. En 2021, tras completar una triatlón a 4,423 metros de altura en el Parque Nacional Natural Los Nevados —hazaña que le valió un récord Guinness—, quiso encontrar la manera de mostrarles a los colombianos los lugares naturales tan increíbles que estaba teniendo la oportunidad de ver. Ese deseo terminó convirtiéndose en Reto Aventura.
Como el manizalita está convencido de que quien conoce la riqueza natural de un territorio, busca protegerlo; en 2022 se convirtió en embajador de The Nature Conservancy (TNC) Colombia, para ayudar a divulgar el mensaje de conservación por el que trabaja esa organización. Según cuenta, el nuevo rol ha tenido un impacto positivo en su espíritu aventurero.
(Lea: Esfuerzos para restaurar los ecosistemas que perdimos)
¿Qué nos puede adelantar de esta nueva expedición?
A quien le guste la naturaleza, los retos y aventuras; ver animales en su estado salvaje, contemplar paisajes y atardeceres, aquí va a ver los más alucinantes. Y quienes disfruten conociendo nuevas culturas, van a ver una de las más exuberantes que tiene Colombia. Por eso vale la pena no perderse esta expedición por la Orinoquía.
¿Qué fue lo más le impacto de este territorio?
Que lo tiene todo. Su fauna es espectacular. Cuando haces el safari llanero ves chigüiros, babillas, venados, tortugas, gabanes, tordos llaneros, chilacoas, guacamayas… A eso se le suman unos paisajes alucinantes y diversos —puedes recorrer sabanas, cañones, ríos y serranías—, y una gente que aún está muy arraiga a su territorio y a su cultura.
Ese arraigo se refleja en su música, por ejemplo. Sus canciones hablan de esos paisajes y de su vida cotidiana. Le hacen cantos al ganado, esos cantos de trabajo del llano fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Es difícil encontrar un lugar con tantas cosas para hacer, y con semejante riqueza tan a la mano, tan fácil de ver. Vale la pena conocerlo. Es uno de los territorios más biodiversos del mundo y está en muy buen estado de conservación.
Cuéntenos de esa diversidad que encontró.
Quisiera resaltar tres cosas que aprendí conversando con los expertos de TNC, y me impresionaron particularmente: 1) la Orinoquía es la segunda cuenca más biodiversa del planeta. Es un lugar mágico. 2) En nuestro imaginario, solemos reducir ese territorio a los llanos orientales, y cuando nos hablan de él pensamos en vastas sabanas, pastizales y ganado. Pero esa idea no refleja toda su riqueza. Cuando uno comienza a entender su geografía se da cuenta, por ejemplo, de que nace en los Andes, y tiene una zona andina sobre la cordillera oriental con terrenos altos donde uno encuentra los mismos cultivos que veo en Caldas, donde vivo. Por supuesto, también tiene las sabanas que nos imaginamos —que son inundables— y ecosistemas de altillanura. 3) Es una región de enorme relevancia hídrica para el país. Concentra el 30% del agua dulce de Colombia, el 48% de sus humedales y 5 de sus 11 ríos más caudalosos.
¿La Orinoquía abastece de agua a otras regiones del país?
Sí. Muchos colombianos no tenemos muy presente que quienes viven en Bogotá y sus alrededores, por las mañanas probablemente se bañan con agua de la Orinoquía. El famoso embalse de Chuza —del que tanto se habló durante la crítica situación de estrés hídrico de la capital— se surte de ríos como el Guatiquía, que nacen en la zona andina de la cuenca del Orinoco, y fueron redireccionados a través de túneles para abastecer a la creciente población de Bogotá. Dicho de otro modo, aquella región da agua a unas 10 millones de personas, es decir, casi el 20% de la población del país. De esa magnitud es la importancia de este territorio, que los estoy invitando a explorar conmigo.
¿Qué tipo de esfuerzos se están haciendo para conservar su naturaleza?
Por ejemplo, el último Parque Nacional Natural que declaró Colombia queda en la Serranía de Manacacías, en el corazón del departamento del Meta. En la investigación que permitió entender la riqueza natural de aquel lugar —que sirve de hábitat a más de 420 especies de aves, según explicó Thomas Walschburger, científico senior de TNC Colombia— trabajaron varias organizaciones de manera conjunta, entre ellas, TNC, el Instituto Humboldt, WWF, Parques Nacionales y Wildlife Conservation Society. Esa labor también se hizo en colaboración con las comunidades locales.
¿Cómo se nutrió esta nueva temporada de aventuras de su rol como embajador de TNC?
Para mí ha sido un orgullo ser nombrado embajador de esa organización. Trabajar con ellos me ha permitido profundizar mi conocimiento sobre medio ambiente y entender aspectos científicos de
los procesos de conservación y funcionamiento de los ecosistemas, por ejemplo. Mi labor con ellos consiste en convertir esa fascinante información en contenidos que todo el mundo pueda entender, y, a través de distintas plataformas, entre ellas Reto Aventura en Discovery Channel, contarle a la gente sobre la riqueza natural de Colombia.
Estoy convencido de que si la gente conoce sitios como la Orinoquía, se enamora de ellos y ayuda a protegerlos. Por eso, mi granito de arena para ayudar a cuidar esa naturaleza es embarcarme en expediciones llenas de adrenalina y mostrarle a la gente lugares maravillosos. En esta temporada de Reto Aventura esperamos que millones de personas nos acompañen a adentrarnos en la Orinoquía. Ojalá al descubrir su belleza se animen a empacar la maleta y emprender su propia aventura.
Ese trabajo con TNC, ¿le ha cambiado en algo su manera de abordar nuevas aventuras?
Por supuesto; uno comienza a ver el territorio y la gente que lo habita de forma distinta cuando aprende de su cultura, y se hace consciente de la riqueza natural del lugar, y de las amenazas que enfrenta. Por ejemplo, las aventuras por el río Orinoco no se perciben de la misma manera cuando uno sabe que es el tercero más caudaloso del mundo. Y cuando más adelante en el recorrido se topa uno con una creciente actividad agrícola de miles de hectáreas, y es consciente de que si sus dueños no implementan buenas prácticas, eso podría afectar la seguridad hídrica del territorio y del país, percibe uno la fragilidad de esos paisajes. Entonces, cada aventura lo motiva a uno a hacer más para cuidar la biodiversidad de este país.