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El verano del hemisferio norte, que se presentó entre los meses de mayo y agosto de este año, se caracterizó por tener una ola de calor sin precedentes en Europa, América del Norte y una parte importante de Asia. (Le puede interesar: Calentamiento global aumentaría este siglo 3° con las actuales políticas climáticas)
Las noticias por las altas temperaturas y los estragos de la sequía en España, por ejemplo, tuvo registros cercanos a los 50° C en algunas partes del país.
Con el final del verano en la parte norte del mundo y el inicio del fenómeno de El Niño, se espera que las condiciones para el verano en el hemisferio sur también traigan altas temperaturas y consecuencias por la sequía. La diferencia fundamental es que este verano estará acompañado por el fenómeno de El Niño.
Los efectos ya se han evidenciado en lugares como Brasil, en donde el concierto de Taylor Swift no solo por la presencia de la artista, sino por los récords de temperaturas, cercanas a los 45° C, que se registraron durante los últimos días y el aplazamiento de uno de los shows por amenaza de tormenta eléctrica. (Le recomendamos: Desacuerdos en las negociaciones para tener un tratado mundial sobre plástico)
Un artículo publicado en la revista científica Nature consultó a varios científicos, que creen que las consecuencias del verano y El Niño podrían causar eventos extremos en algunas partes del mundo.
Países como Australia, por ejemplo, son particularmente sensibles a las condiciones extremas en la temperatura, teniendo como último referente de gravedad los grandes incendios que se registraron en el verano entre 2019 y 2020.
Sin embargo, en zonas como la Amazonía, entre Brasil, Colombia y Perú, también se están sintiendo los efectos de una grave sequía, que amenaza a varias especies de animales y sus ecosistemas. (También puede leer: Europa no recibirá más productos de áreas deforestadas. ¿Qué implica para Colombia?)
Todo esto ocurre en el marco de la lucha global por limitar el aumento de la temperatura promedio en el mundo a 1.5° C durante los próximos años. En este sentido, la ONU ha advertido en repetidas ocasiones que la acción humana está profundizando los efectos del cambio climático y que, de no tomar acciones pronto, no se logrará el objetivo planteado para 2030.