Sembrar árboles sin conocer su origen puede perjudicar la biodiversidad, ¿por qué?
Opinión.
Julio Andrés Rozo
Esta columna está dedicada a entidades privadas, públicas y de cooperación internacional que se dedican o tienen en la mira la implementación de proyectos de captura de carbono, de compensación ambiental y/o planes de restauración de ecosistemas a gran escala con especies nativas.
Para ponernos en contexto con esta columna, tomémonos en serio las siguientes dos preguntas: ¿tiene certeza del origen o procedencia de las semillas de los árboles nativos que proyecta sembrar? ¿Sabe por qué es importante tener este dato? (Lea: Descubrieron dos especies de topo que vivían hace 3 millones de años en la montaña)
Las metas globales del Acuerdo de París y las políticas nacionales de reducción de emisiones establecidas en la NDC, han instaurado una obsesión por sembrar árboles y restaurar ecosistemas como medida para capturar CO2eq de la atmósfera. La velocidad con la que se discuten, diseñan e implementan proyectos para cumplir estos fines promueve una racionalidad que privilegia al carbono y que pone en un tercer plano a la biodiversidad.
¡Ojo!, no digo que se desestime la biodiversidad; me refiero, es a que no se está poniendo en el lugar que se merece.
No todo debe ni puede ser captura de carbono, tampoco se trata de poner cobertura vegetal (arborizar). Sembrar árboles sin conocer el origen de sus semillas, sin comprender el estado de las especies y sus poblaciones en el ecosistema, puede generar erosiones genéticas que no son perceptibles hoy, pero que sí se reflejarán en el deterioro de la biodiversidad en el mediano y largo plazo. (Lea: Conservar el 30 % del área terrestre y marina: ¿lo logrará Colombia en siete años?)
La biodiversidad no es solamente el árbol
El bajo conocimiento que tenemos sobre nuestra biodiversidad se evidencia en las siguientes cifras (datos de PNUD, 2023):
- 47% de los resguardos indígenas no cuentan con información de biodiversidad.
- El 64% de los registros en biodiversidad corresponden a la región Andina. En la región Amazónica los esfuerzos del Instituto SINCHI y de programas como Amazonía Mía de USAID, incrementan esfuerzos para generar más capacidad de gestión de datos en biodiversidad de la mano con las comunidades que usan y conservan los bosques (ejemplo: asociaciones cacaoteras como COCAREP en Puerto Rico o COMCAFLOR en Florencia o de apicultura como Cosechas de mi Finca).
- Se tiene el 1% de la información genética de las plantas, 4% de insectos, 8% de aves, 3% de peces, 12% anfibios, 5% de mamíferos y reptiles.
- El 2% de los datos reportados al Sistema de Información de Biodiversidad corresponden a hongos y bacterias.
En otras palabras, lo que conocemos sobre la biodiversidad es muy poco, pues la biodiversidad va muchísimo más allá de una lista de especies. Que sepamos casi nada sobre la diversidad genética y que no la comprendamos es algo grave que lo explico de la siguiente manera. (Lea: Saber dónde restaurar, clave para recuperar los bosques del país)
Sembrar cualquier árbol, en cualquier parte, deteriorará la biodiversidad en el mediano-largo plazo
Cuando se siembra un árbol nativo sin conocer su procedencia nos podemos estar exponiendo a los siguientes riesgos:
- El árbol nativo madre que generó las semillas puede estar enfermo y por ende, la semilla y el futuro árbol pueden crecer enfermos. Eso no se aprecia a simple vista y se refleja en el mediano plazo. Ya en ese punto, se habría perdido la inversión en plántulas, siembra y monitoreo.
- Las semillas que se germinan y siembra pueden provenir de un mismo árbol madre. Al sembrarlos, se estaría generando un cultivo de árboles en donde se promueve la endogamia (reproducción entre individuos con una ascendencia común). Esto deteriora la calidad genética generación tras generación, volviendo a los individuos vulnerables y aumentando el riesgo de pérdida de la especie en una población.
- Usted no sabe si al árbol nativo madre se le extrajo el 100% de las semillas que genera en cada época de floración. Por tal motivo, usted no tiene certeza si se resguardó un % de semillas para la fauna o no, generando igualmente una perturbación en el ecosistema.
¿Cómo sembrar un árbol correctamente? Aquí van tres ideas:
- Antes de sembrar a escala, pregúntele a su proveedor de material vegetal (plántulas) sobre la idoneidad de las semillas o la información que tenga al respecto. Tal y como lo sustentan los datos de biodiversidad expuestos anteriormente, el nivel de conocimiento sobre la ubicación de los árboles nativos madre, su análisis (estado de madurez, salud, fauna asociada, etc.) y sus planes de manejo, son ínfimos. Algunas personas podrán decir que las casas comercializadoras de semillas de árboles nativos tienen esa información. Pregunté en 3 casas reconocidas y la información sobre la trazabilidad no fue convincente.
- Sugiero un momento para hacer una pausa y, antes de pensar en sembrar especies nativas, invirtamos recursos privados y públicos en la generación de la información que nos permitirá tomar decisiones de restauración de ecosistemas más acertadas.
- Comprender la urgencia y el poco tiempo que nos queda para gestionar el conocimiento de aquellas personas que conocen sobre las especies nativas en nuestros bosques. En la gran mayoría de casos, se trata de personas mayores de edad y quienes tienen su sabiduría en la mente sin que alguien la haya sistematizado y transferido a los más jóvenes.
En síntesis, es evidente cuán lejos estamos de comprender el capital natural del cual sacamos pecho como país cuando exponemos nuestros atributos en el exterior. Aún tenemos riqueza, a pesar de los ritmos avanzados de deterioro de la biodiversidad. La decisión está en nosotros en tomar cualquiera de las dos vías: restaurar para tener coberturas vegetales verdes o restaurar la biodiversidad basada en ciencia.
Esta columna está dedicada a entidades privadas, públicas y de cooperación internacional que se dedican o tienen en la mira la implementación de proyectos de captura de carbono, de compensación ambiental y/o planes de restauración de ecosistemas a gran escala con especies nativas.
Para ponernos en contexto con esta columna, tomémonos en serio las siguientes dos preguntas: ¿tiene certeza del origen o procedencia de las semillas de los árboles nativos que proyecta sembrar? ¿Sabe por qué es importante tener este dato? (Lea: Descubrieron dos especies de topo que vivían hace 3 millones de años en la montaña)
Las metas globales del Acuerdo de París y las políticas nacionales de reducción de emisiones establecidas en la NDC, han instaurado una obsesión por sembrar árboles y restaurar ecosistemas como medida para capturar CO2eq de la atmósfera. La velocidad con la que se discuten, diseñan e implementan proyectos para cumplir estos fines promueve una racionalidad que privilegia al carbono y que pone en un tercer plano a la biodiversidad.
¡Ojo!, no digo que se desestime la biodiversidad; me refiero, es a que no se está poniendo en el lugar que se merece.
No todo debe ni puede ser captura de carbono, tampoco se trata de poner cobertura vegetal (arborizar). Sembrar árboles sin conocer el origen de sus semillas, sin comprender el estado de las especies y sus poblaciones en el ecosistema, puede generar erosiones genéticas que no son perceptibles hoy, pero que sí se reflejarán en el deterioro de la biodiversidad en el mediano y largo plazo. (Lea: Conservar el 30 % del área terrestre y marina: ¿lo logrará Colombia en siete años?)
La biodiversidad no es solamente el árbol
El bajo conocimiento que tenemos sobre nuestra biodiversidad se evidencia en las siguientes cifras (datos de PNUD, 2023):
- 47% de los resguardos indígenas no cuentan con información de biodiversidad.
- El 64% de los registros en biodiversidad corresponden a la región Andina. En la región Amazónica los esfuerzos del Instituto SINCHI y de programas como Amazonía Mía de USAID, incrementan esfuerzos para generar más capacidad de gestión de datos en biodiversidad de la mano con las comunidades que usan y conservan los bosques (ejemplo: asociaciones cacaoteras como COCAREP en Puerto Rico o COMCAFLOR en Florencia o de apicultura como Cosechas de mi Finca).
- Se tiene el 1% de la información genética de las plantas, 4% de insectos, 8% de aves, 3% de peces, 12% anfibios, 5% de mamíferos y reptiles.
- El 2% de los datos reportados al Sistema de Información de Biodiversidad corresponden a hongos y bacterias.
En otras palabras, lo que conocemos sobre la biodiversidad es muy poco, pues la biodiversidad va muchísimo más allá de una lista de especies. Que sepamos casi nada sobre la diversidad genética y que no la comprendamos es algo grave que lo explico de la siguiente manera. (Lea: Saber dónde restaurar, clave para recuperar los bosques del país)
Sembrar cualquier árbol, en cualquier parte, deteriorará la biodiversidad en el mediano-largo plazo
Cuando se siembra un árbol nativo sin conocer su procedencia nos podemos estar exponiendo a los siguientes riesgos:
- El árbol nativo madre que generó las semillas puede estar enfermo y por ende, la semilla y el futuro árbol pueden crecer enfermos. Eso no se aprecia a simple vista y se refleja en el mediano plazo. Ya en ese punto, se habría perdido la inversión en plántulas, siembra y monitoreo.
- Las semillas que se germinan y siembra pueden provenir de un mismo árbol madre. Al sembrarlos, se estaría generando un cultivo de árboles en donde se promueve la endogamia (reproducción entre individuos con una ascendencia común). Esto deteriora la calidad genética generación tras generación, volviendo a los individuos vulnerables y aumentando el riesgo de pérdida de la especie en una población.
- Usted no sabe si al árbol nativo madre se le extrajo el 100% de las semillas que genera en cada época de floración. Por tal motivo, usted no tiene certeza si se resguardó un % de semillas para la fauna o no, generando igualmente una perturbación en el ecosistema.
¿Cómo sembrar un árbol correctamente? Aquí van tres ideas:
- Antes de sembrar a escala, pregúntele a su proveedor de material vegetal (plántulas) sobre la idoneidad de las semillas o la información que tenga al respecto. Tal y como lo sustentan los datos de biodiversidad expuestos anteriormente, el nivel de conocimiento sobre la ubicación de los árboles nativos madre, su análisis (estado de madurez, salud, fauna asociada, etc.) y sus planes de manejo, son ínfimos. Algunas personas podrán decir que las casas comercializadoras de semillas de árboles nativos tienen esa información. Pregunté en 3 casas reconocidas y la información sobre la trazabilidad no fue convincente.
- Sugiero un momento para hacer una pausa y, antes de pensar en sembrar especies nativas, invirtamos recursos privados y públicos en la generación de la información que nos permitirá tomar decisiones de restauración de ecosistemas más acertadas.
- Comprender la urgencia y el poco tiempo que nos queda para gestionar el conocimiento de aquellas personas que conocen sobre las especies nativas en nuestros bosques. En la gran mayoría de casos, se trata de personas mayores de edad y quienes tienen su sabiduría en la mente sin que alguien la haya sistematizado y transferido a los más jóvenes.
En síntesis, es evidente cuán lejos estamos de comprender el capital natural del cual sacamos pecho como país cuando exponemos nuestros atributos en el exterior. Aún tenemos riqueza, a pesar de los ritmos avanzados de deterioro de la biodiversidad. La decisión está en nosotros en tomar cualquiera de las dos vías: restaurar para tener coberturas vegetales verdes o restaurar la biodiversidad basada en ciencia.