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“Si no es en conjunto con la gente local, no funciona un área protegida”

En el continente crece la iniciativa Conserva Aves, que ya cuenta con 67 proyectos que suman más de 1,4 millones de hectáreas. Conozca su apuesta hemisférica y resultados iniciales.

Poly Martínez*
14 de noviembre de 2024 - 02:02 p. m.
Las claves que nos dan las aves migratorias para proteger los ecosistemas
Las claves que nos dan las aves migratorias para proteger los ecosistemas
Foto: Poly Martínez / Audubon
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Si hubo un tema recurrente en la COP16, ese fue el de las áreas protegidas. Conservar la biodiversidad requiere, con urgencia, ampliar el número de estas en las Américas y en el mundo. Precisamente, entre las noticias significativas derivadas del encuentro en Cali estuvo el anuncio del acuerdo global para la protección de áreas marinas clave para la biodiversidad, tras ocho años de negociaciones.

En un plano más regional, una de las noticias relevantes fue el anuncio de la expansión de la iniciativa Conserva Aves a México, donde el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) será la entidad que liderará la implementación, en colaboración con Pronatura Sur y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas y financiada en parte por el Gobierno de Canadá.

Así lo anunciaron formalmente en Cali la directora general del FMCN, Renée González Montagut, la CEO de National Audubon Society, Elizabeth Gray, y el presidente y director ejecutivo de Birds Canada, Patrick Nadeau.

Es decir, Conserva Aves - iniciativa hemisférica y colaborativa entre American Bird Conservancy, National Audubon Society, BirdLife International, Birds Canada y la Red de Fondos Ambientales de Latinoamérica y del Caribe (RedLAC)- toca tierra en Mesoamérica, luego de dos años de trabajo en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, países donde empezó a trabajar en 2022 y hoy cuenta con 67 proyectos que suman más de 1,4 millones de hectáreas.

Pero, ¿qué ha significado Conserva Aves en este tiempo? Sebastian Herzog, director de Áreas Protegidas de Audubon para América Latina y el Caribe y miembro del comité de coordinación regional de Conserva Aves, empieza por anotar que dicha iniciativa parte de una visión contemporánea de áreas protegidas, “un concepto de protección sin la urna de cristal, sin cerrar el territorio, sino donde la gente que vive en él no es excluida, pues estas personas o comunidades tienen también derechos. Si no funciona en conjunto con la gente local, no funciona un área protegida”.

Conserva Aves está alineada con ese concepto...

Sí, consideramos que, aparte de los beneficios para la biodiversidad, hay la opción de fomentar medios de vida alternativos para que tanto las organizaciones que impulsan el área protegida, como las que hacen parte del área, pero no fomentan su creación, obtengan beneficios tangibles del área protegida.

Esto es importante subrayarlo: no estamos frenando el desarrollo porque nos parezca importante proteger una especie de ave específica, sino que queremos protegerla con la gente local y que esta comunidad pueda obtener beneficios derivados de esa protección.

¿Qué aporta Conserva Aves a la biodiversidad y en cuánto tiempo se reflejará su impacto?

La biodiversidad responde tanto al manejo como al no manejo, no se ve de la noche a la mañana. Hablemos específicamente de las aves, que es lo nuestro: que la protección refleje un aumento en la población de una especie puede tomar diez o quince años fácilmente. Puede también tomar solo cinco años, eso depende de la especie y de las condiciones ambientales y sociales que la rodean. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no es que las nuevas áreas protegidas estén totalmente desprotegidas, no son áreas arrasadas. Muchas estaban en un buen estado y lo que se hace es protegerlas de futuros peligros.

En esto hay una gran gama de casos, como el de San Carlos, en Antioquia (ver video), que me gusta mucho. Conserva Aves trabaja con diversas condiciones en los países. En muchos casos estamos evitando que la destrucción continue en un pedazo de bosque, mientras otros no requieren un manejo en particular, sino dejar que la naturaleza siga su curso, como es el caso de San Carlos.

¿Qué viene ahora para los países andinos donde Conserva Aves ya evidencia resultados?

En los proyectos existentes estamos iniciando la fase de monitoreo y verificación, lo que tomará de dos a tres años, para tener una idea puntual de la biodiversidad presente en estos territorios. Esto incluye un esquema de monitoreo acústico en algunos puntos, en especial donde la capacidad local de monitoreo es reducida o poco se conocen las aves. Las estaciones automatizadas de grabación brindarán respaldo de datos y las comunidades las seguirán utilizando, como parte de las capacidades instaladas una vez nos retiremos, pues el propósito último es que sean las personas locales las que valoren y se apropien en todas sus dimensiones sociales, económicas y culturales, de estos territorios de vida.

*Directora de Comunicaciones de Audubon Américas.

Por Poly Martínez*

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