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Transformar los sistemas agroalimentarios del país para proteger la biodiversidad

Información institucional | Una de las metas planteadas por el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal busca que las superficies dedicadas a la agricultura se gestionen de manera sostenible. En esta materia, Colombia tiene experiencia gracias al trabajo que se ha adelantado en el marco del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II).

Programa DRET II
12 de junio de 2024 - 07:00 p. m.
Transformación de sistemas productivos.
Transformación de sistemas productivos.
Foto: Cortesía

Para 2050, dice la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que la población mundial supere los 10.000 millones de personas y que la demanda de productos agrícolas se incremente entre un 60 y un 70%.

¿Cómo podremos alimentar a una población creciente, que demandará más alimentos, en un planeta que enfrentará los impactos por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad? Esa es una de las preguntas que llevan haciéndose por décadas distintos sectores de la sociedad.

(Lea: Esfuerzos para restaurar los ecosistemas que perdimos)

La discusión se ha dinamizado en los últimos años, en parte, gracias al Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, con el que 196 países esperan detener y revertir la pérdida de biodiversidad que atraviesa la Tierra. Justamente, la décima meta, de las 23 que tiene esta hoja de ruta, busca “garantizar que las superficies dedicadas a la agricultura (...) se gestionen de manera sostenible, en particular a través de la utilización sostenible de la diversidad biológica (...)”.

Unas de las alternativas que por años se ha planteado para que se gestionen de manera sostenible los terrenos agrícolas son, entre otros, los enfoques agroecológicos, que incluso el Marco Mundial presenta como alternativa. Colombia, que albergará la cumbre de biodiversidad más importante del mundo, la COP16, y que servirá para revisar por primera vez el avance que los países han hecho en sus planes para cumplir con las 23 metas acordadas hace dos años, cuenta con experiencia en la implementación de estos sistemas agroalimentarios sostenibles.

El país ha avanzado en esta dirección gracias al apoyo del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II), de la Unión Europea, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y FAO Colombia. Para socializar los resultados y aprendizajes de los proyectos piloto de agroecología implementados por el Programa DRET II con organizaciones de la sociedad civil, se realizó el panel virtual “Biodiversidad y Agroecología”, que además contó con la participación de representantes de los ministerios de Agricultura y Ambiente, y sirvió como un espacio para intercambiar ideas y proyecciones en el marco de la transformación de sistemas agroalimentarios sostenibles en Colombia.

La agroecología, en términos muy precisos, “tiene el objetivo de crear sistemas agroalimentarios que, de alguna manera, repliquen características del ecosistema en el que se encuentran utilizando especies de utilidad para el campesino que ocupen los mismos nichos ecológicos, llegando así a una agricultura climáticamente inteligente que además permite conservar biodiversidad suelo y agua”, explicó durante el evento Furio Massolino, experto en Desarrollo Rural y Ambiente de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y director del Programa de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial (DRET II).

(Lea: Los desafíos de involucrar al sector privado en la conservación de la biodiversidad)

Para entender mejor de qué se trata, sugirió el siguiente ejemplo: “En un ecosistema como la Amazonia, basado en plantas forestales, no tendría mucho sentido poner soya, maíz o pastos. Lo más lógico, desde la agroecología, sería poner un sistema agroforestal o agrosilvopastoril”. Sin embargo, aclaró, este último escenario es el que se ha venido dando históricamente.

La buena noticia, como rescató Agustín Zimmermann, representante de la FAO en Colombia, es que en las últimas décadas el planeta viene siendo testigo de un cambio de paradigma en la agricultura que ha transitado hacia una agricultura sostenible. Una de las regiones que ha venido impulsando esa transición es la Unión Europea, motivados, en gran parte, por el Pacto Verde Europeo, de acuerdo con Alberto Menghini, jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Colombia.

“Se pensaba que se podía producir alimentos con agroquímicos sin preocuparse por el medio ambiente y que este tipo de producción se podía escalar al infinito. La evidencia nos ha demostrado que no es el caso, porque la agricultura es una actividad que se da en el medio ambiente y que los agricultores somos, en primer lugar, actores medioambientales”, apuntó Menghini.

Teniendo como referencia el proceso europeo en la transformación hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles, el Programa DRET II ha contribuido con asistencia técnica a los ministerios de Agricultura y Ambiente para demostrar “que sí se puede producir con mejores estándares medioambientales (...) sin comprometer el medio ambiente y los márgenes económicos de los productores”, de acuerdo con el jefe de Cooperación de la Delegación de la UE en Colombia.

En el marco del Programa DRET II, las agencias de cooperación, en conjunto con las carteras y las comunidades de distintos municipios de Tolima, Valle del Cauca, Boyacá y Amazonas, han puesto a andar cuatro pilotos de sistemas agroecológicos, cada uno adaptado a su contexto social, cultural y ecosistémico. Los resultados, hasta ahora, son tangibles. Muestra de esto, comentó José Manuel Pere, jefe de la oficina de Negocios Verdes del Ministerio de Ambiente, es el hecho que, de los más de 4.800 negocios verdes con los que cuenta el país, entre el 30 y el 40 % ofrezcan productos agroecológicos.

Pero, como reconocieron los panelistas del foro, el Programa también ha logrado fortalecer la gestión y la capacidad institucional de los sectores de Agricultura y Medio Ambiente. Un buen ejemplo de este apoyo puede verse con el trabajo que, desde 2023, viene adelantando el ministerio de Agricultura en la ruta metodológica para la construcción de la política pública de agroecología, como comentó Clarita Bustamante Zamudio, directora de Innovación, Desarrollo Tecnológico y Protección Sanitaria de esta cartera.

Otro logro tangible del Programa DRET II que se destacó durante el evento, tiene que ver con la construcción de la política pública de agroecología en el departamento del Valle del Cauca, como también contamos en esta nota. “Lo del Valle del Cauca es un ejemplo concreto de un escalamiento de un proyecto piloto porque ya llegamos a una política de un departamento. No se trata de proyectos aislados, sino de tener un territorio que puede ser ejemplo para otros”, señaló Massolino, quien agregó que “más de un departamento me ha pedido un intercambio con el Valle porque están interesados en replicar esta política de agroecología”.

Para el director del Programa DRET II, también resulta interesante que el nivel territorial pueda influir en el territorio nacional.

Las oportunidades de cara a la COP16

Aunque el representante de la FAO en Colombia, Agustín Zimmermann destacó el hecho de que “Colombia tenga una política clara de transición hacia un sistema de agroecología y biodiversidad para producir alimentos”, reconoció que uno de los principales desafíos que enfrenta el país tiene que ver con la escalabilidad y el afianzamiento de estos sistemas.

A los ojos de Zimmermann, el país debe hacer la transición de las fincas agroecológicas a la creación de corredores territoriales agroecológicos, para que se pueda ampliar el esquema de gobernanza, además de difundir y mejorar las prácticas. En otras palabras, “llevarlo a una escala nacional para tener un mayor impacto”.

Si bien todos los panelistas del foro reconocieron este y otros retos, destacaron las potencialidades que tiene el país para sortear los desafíos que hasta el momento se han presentado y seguir creciendo en la consolidación de sistemas agroecológicos.

A criterio de Menghini, hay una potencialidad de Colombia que salta a simple vista: el hecho de ser el segundo país más biodiverso del mundo. A esto, Bustamante y Perea, de los ministerios de Agricultura y Ambiente, respectivamente, agregaron la riqueza y variedad de los conocimientos ancestrales y tradicionales con los que cuentan las comunidades indígenas, negras y campesinas del país.

Pese a que los representantes de las agencias de cooperación y los ministerios coincidieron en todo el trabajo que queda por hacer desde sus capacidades y competencias, señalaron que la transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles debe venir acompañado, a su vez, de cambios en los patrones de consumo actuales que también son insostenibles. Se trata, como sintetizó Menghini, “de que el consumidor sea parte de la transición”.

Por Programa DRET II

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