Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Un ABC del fracking y sus riesgos

Información institucional

WWF

31 de marzo de 2022 - 03:49 p. m.

Esta semana la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), le dio el aval al primer piloto de fracking en el país. ¿Qué es el fracking y qué riesgos se corren con pilotos como este?

Aprobar el fracking va en contravía de la transición energética.
Foto: Michel Gunther / WWF

Pese a que esta técnica de extracción de hidrocarburos representa un riesgo enorme por los daños irreversibles que podría causar al medioambiente y a la salud pública, el pasado 25 de marzo la ANLA otorgó la licencia ambiental para el proyecto Kalé de Ecopetrol, en Puerto Wilches, Santander. Se trata del primer piloto de fracking que se realizará en el país, en un área de 4,7 kilómetros, a solo 4 kilómetros del casco urbano del municipio.

Aunque la ANLA asegura que se tuvieron en cuenta los impactos ambientales y sociales que representa el desarrollo de las obras y actividades del proyecto en el área de influencia, así como las medidas de manejo y de monitoreo establecidas, lo cierto es que hasta el momento, no hay certeza científica de que los impactos de dicha práctica sean evitables o mitigables.

Por otro lado, estos pilotos no consiguieron una “licencia social”; y algunos líderes han denunciado incluso ser víctimas de amenazas debido a su posición en contra del proyecto en Puerto Wilches. A esto se suma que las autoridades ambientales no han mejorado su capacidad de gestión, ni se han logrado cambios en sus instrumentos de gestión o la capacidad técnica o económica, lo que hace inviable que puedan hacer el control y monitoreo necesario para estos pilotos, sin contar con que aún no se ha expedido una ley de delitos ambientales.

Por eso, respondiendo al principio de precaución, no es conveniente avanzar con pilotos como este y mucho menos en momentos en los que el país debe concentrar sus esfuerzos hacia una transición energética que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles. Si bien el país ha logrado avances en esta transición, promover el fracking va en total contravía de lo que se requiere.

Read more!
El fracking representa una potencial amenaza para los acuíferos subterráneos que abastecen de agua potable.
Foto: Michel Gunther / WWF

¿Qué es el fracking?

El fracking es una técnica de extracción de hidrocarburos que consiste en la inyección a presión de grandes volúmenes de fluidos con el fin de fracturar rocas que tienen atrapado en su interior gas y petróleo. Combina los métodos de perforación horizontal y fracturación hidráulica que existen desde mitad del siglo pasado, pero que en las últimas décadas han experimentado importantes avances técnicos. Además de ello, lo verdaderamente novedoso es su aplicación en yacimientos no convencionales. Este es el procedimiento que hoy conocemos como fracking.

En el mundo de la industria de hidrocarburos, se diferencia entre yacimientos convencionales y no convencionales. Los primeros corresponden a reservorios en donde se acumulan gas y petróleo que migraron desde la roca generadora a otras formaciones rocosas de alta porosidad y permeabilidad. Estos se pueden explotar mediante técnicas tradicionales, pues dichas características permiten que los hidrocarburos salgan de la roca y suban a la superficie.

Otra es la historia de los yacimientos no convencionales. Estos son reservorios que todavía se encuentran en la roca generadora. Allí la permeabilidad y porosidad es poca, por lo cual, los hidrocarburos están atrapados en su interior. Para liberarlos se recurre al fracking.

Read more!
No ad for you

Un ABC de cómo funciona

La técnica consiste en perforar un pozo de miles de metros de profundidad hasta el yacimiento no convencional y, en ocasiones, el diseño también requiere ingresar en la formación rocosa horizontalmente por cientos de metros de extensión. Luego el interior del pozo es entubado y cementado como en una especie de cubierta. Ya en sus profundidades se punza la roca por medio de herramientas especiales para crear unas primeras fisuras.

Posteriormente, se bombea a alta presión una mezcla compuesta de agua, arenas especiales y aditivos químicos que crea en la roca microfisuras de pocos milímetros de espesor, pero varios metros de profundidad. Las arenas presentes en el fluido evitan que las fisuras vuelvan a cerrarse y los químicos cumplen diferentes funciones como disminuir la fricción en el bombeado y evitar la erosión de la tubería. A medida que la mezcla inyectada retorna a la superficie, empieza a fluir hacia el pozo por las fisuras el gas o petróleo atrapado en la roca.

No ad for you
Hasta el momento no hay certeza científica de que los impactos del fracking sean evitables o mitigables.
Foto: Perutsky

Hablemos de los riesgos

El fracking requiere grandes volúmenes de agua que varían de acuerdo con las características de la formación geológica en la que se realiza el fracturamiento y de las longitudes de los pozos. Sin embargo, en un único pozo se pueden consumir entre 9.000 y 29.000 m3 de agua, es decir, entre 2,4 y 7,7 piscinas olímpicas. En un campo regular en el que, por ejemplo, perforen seis pozos para extraer todo el gas del yacimiento, se utilizarían entre 54.000 y 174.000 m3 de agua.

Además, el consumo de agua es intensivo, pues su inyección a presión se realiza en un periodo corto, cercano a dos semanas. Por estas razones, el fracking pondría bajo presión las fuentes de suministro de agua en las zonas de explotación, de las que dependen las comunidades, otras actividades económicas y los ecosistemas.

En el caso de Colombia, los territorios en los que se tiene previsto realizar los proyectos pilotos experimentarán disminución en las precipitaciones, de acuerdo con las Comunicaciones de Cambio Climático. En consecuencia, se reducirá la disponibilidad de agua que, además, estaría bajo presión por su uso para fracking. Esto es igual a menos agua para el consumo y las actividades agropecuarias, ambas primordiales.

No ad for you

Por otro lado, se teme que los fluidos inyectados y contaminados con otros elementos adquiridos durante la fracturación se filtren en la roca y contaminen acuíferos subterráneos que abastecen de agua potable. Se calcula que entre un 15% y 80% de la mezcla inyectada retorna a la superficie, es decir, en el mejor de los casos, un 20% permanece en el subsuelo.

De igual manera, los fluidos que retornan a la superficie pueden ser un riesgo para las aguas superficiales, los suelos y las personas, si no son manejados adecuadamente. De este flujo de retorno, el 90% no puede reutilizarse, primero se debe tratar para reducir las concentraciones de los compuestos peligrosos y luego disponerse de manera cuidadosa.

Más allá de estos riesgos, diversos estudios advierten que el fracking podría causar fugas de metano —un gas de efecto invernadero— y mayor actividad sísmica en las zonas de extracción. Asimismo, afectaría los bosques a gran escala, debido a la cantidad de área que debe ser despejada para su implementación. Esto tendría consecuencias directas sobre los ecosistemas, causando fragmentación de hábitat y erosión del suelo.

No ad for you

Mejor prevenir que lamentar

Pese a que en casos como el de Puerto Wilches, la ANLA avala los estudios de impacto ambiental presentados por Ecopetrol, Colombia no cuenta con estudios sólidos sobre los riesgos ambientales de esta práctica y aún se desconoce el estado de las aguas subterráneas que podrían resultar afectadas y no cuenta con un marco normativo para gestionar los pasivos ambientales que puedan generarse. Hasta no tener certeza científica de que no se generarán impactos ambientales, sociales y de salud pública, no se debería adelantar ningún proceso piloto como se planea actualmente.

Además, el gobierno no cuenta con la capacidad técnica para evaluar los estudios de impacto ambiental y hacer monitoreo de las operaciones al igual que carece de un marco legislativo sobre pasivos ambientales. Esa es la conclusión a la que llegó en febrero de 2019 la comisión de expertos convocada por el gobierno nacional, quienes a pesar de dichos argumentos concluyeron que el país podía avanzar con proyectos piloto, si se cumplían ciertos requisitos.

No ad for you

La primera de las exigencias consiste en la construcción de una línea base social (salud, económica, uso de recursos naturales) y ambiental (ecosistemas terrestres y acuáticos); acordar mecanismos de participación y veeduría ciudadana de los proyectos pilotos; mejorar la capacidad institucional y la transparencia de la información; entre otros.

En varios países del mundo, gobiernos regionales y nacionales han vetado el fracking de sus territorios, tales como los estados de Vermont, Nueva York y Maryland (Estados Unidos), la provincia de New Brunswick (Canadá), la provincia de Entre Ríos (Argentina), la provincia de Victoria (Australia), la provincia de Castilla-La Mancha (España), Francia, Bulgaria, Alemania, Irlanda, Escocia y Uruguay.

Apuntar al lado equivocado

En vez de promover el fracking, el Estado debería encaminar sus esfuerzos a una transición energética que termine con nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Esta práctica aleja al país de cumplir con los compromisos internacionales en materia de reducción de gases efecto invernadero, desarrollo sostenible, entre otros y perpetúa la dependencia económica del país a esta actividad extractiva de recursos no renovables.

No ad for you

Científicos afirman que el 82% de las reservas mundiales de carbón, el 33 % de las de petróleo y el 49 % de las de gas deben dejarse bajo tierra para que la temperatura del planeta de aquí a finales de siglo no aumente más de 2 grados. Apostarle al fracking va en contravía de esta meta que es el centro del Acuerdo de París y del que hace parte Colombia.

Por ello, el país necesita prepararse para el futuro, diversificar su economía y aprovechar su potencial para generar fuentes de energía renovable como la solar, la eólica, la biomasa, la hidroeléctrica en pequeña escala, la geotérmica y la mareomotriz.

¿En qué va la legislación sobre fracking en Colombia?

Entre 2013 y 2014, se expidió el marco técnico para la exploración y explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales y los términos de referencia para la elaboración de los estudios de impacto ambiental. Ambos documentos establecieron la normatividad técnica para desarrollar fracking en Colombia.

Sin embargo, la discusión no terminó ahí. En 2018, el Consejo de Estado admitió una demanda presentada por el Grupo de Litigio de Interés Público de la Universidad del Norte en contra de las normas que regulan el fracking en el país. También, el alto tribunal decidió suspender provisionalmente bajo el principio de precaución el decreto y la resolución que daban sustento a la normatividad.

No ad for you

Aun así, actualmente se pueden adelantar Proyectos Piloto de Investigación Integral (PPII), entendidos como proyectos experimentales de fracking de naturaleza científica y técnica a partir de los cuales se pretende analizar la viabilidad de la práctica en el país. Dichos proyectos serán llevados a cabo por las mismas empresas interesadas en la práctica comercial del fracking.

La utilidad de los pilotos como mecanismos rigurosos de evaluación científica y técnica no ha estado exenta de críticas. Sin embargo, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) ya ha aprobado los proyectos de ExxonMobil y Ecopetrol en la cuenca del Valle Medio del Magdalena. Mientras tanto, el país sigue esperando el fallo final del Consejo de Estado que puede tumbar o no la normatividad vigente.

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.