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El colectivo de pescadores Nuestra Pesca, ubicado en las playas de Veracruz, en el Golfo de México, está empleando un método japonés de pesca de hace siglos denominado ike jime. Esta técnica tiene como principio que entre menos trauma experimente el animal, su carne permanecerá fresca durante más tiempo. Para este proceso se tiene en cuenta la temperatura, la higiene y la manipulación.
En el ike jime, la captura se realiza con anzuelos (no con redes) y los peces se sacan vivos del agua para regresarlos en caso de que no tengan un tamaño lo suficientemente grande. Este tipo de pesca, contraria a la industrial a gran escala, requiere más tiempo. (Lea: ¿Qué tiene que ver la corrupción con el cambio climático y las ciudades?)
Luego de la captura, en vez de usar un cuchillo, como normalmente se hace, los pescadores usan un alambre afinado para revisar el animal y hacerle un corte debajo de las aletas, de modo que drene su sangre. Esta práctica se diferencia de la pesca a gran escala, en la que apenas el pez es capturado, con un cuchillo se le separa el cerebro de la médula espinal y se coloca en agua helada para hacer drenar más del 80% de su sangre.
Al ser una actividad más moderada, con el método ike jime se reduce la cantidad de peces que se capturan: pueden ser uno o dos peces en una jornada de doce horas. Sin embargo, se cobra más por un kilo de pescado ike jime que por el de tipo de pesca industrial. (Le puede interesar: Investigadores se proponen crear una gran biblioteca de sonidos del océano)
Otro de los beneficios que el colectivo Nuestra Pesca ha encontrado en esta práctica milenaria es que se consume el pescado de temporada y no las especies que mantienen el ecosistema oceánico en equilibrio, como tiburones, peces espada, entre otros.