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Una de las pruebas más conocidas al hablar sobre los animales y su inteligencia es la prueba de autorreconocimiento en un espejo, desarrollada por el científico Gordon Gallup en la década de 1960. Esta consiste en comprobar si un animal es capaz verse en un espejo y reconocer que está viendo su reflejo.
Esto se hace, principalmente, al poner un sticker o una pequeña marca en el cuerpo del animal. Si, al verse al espejo, empieza a tocar o interactuar con esos elementos, entonces, dijo Gallup, se puede concluir que el animal es autoconsciente. Aunque se ha argumentado que la biología o comportamiento de los animales también puede influir en cómo interactúan con los espejos, es una prueba que pocos animales han logrado ‘superar’.
Los ejemplos más conocidos con los chimpancés y orangutanes, e incluso algunos estudios han indicado que los delfines y elefantes también se pueden reconocer en los espejos. Un grupo de investigadores de la India ahora propone que ciertas especies de pingüinos salvajes también son capaces, hasta cierto grado, de reconocerse en los espejos. (También puede leer: ¿Qué aprendimos sobre los animales salvajes durante el 2022?)
El estudio todavía está en su etapa de pre-publicación (preprint), lo que quiere decir que le falta pasar por revisión de pares. En el documento, los investigadores cuentan que fueron hasta la isla Svenner, en una zona del este de la Antártida, para observar el comportamiento de los pingüinos Adelia al encontrarse con espejos.
Los investigadores realizaron cuatro experimentos. En el primero, colocaron unos espejos en el suelo, cerca de los pingüinos y observaron cómo los miraban al azar. En el segundo, construyeron un corral de cartón alrededor de algunos de los animales; este corral los dirigía hacia espejos situados en los extremos de un cuarto.
El tercero experimento consistió en colocar pequeños stickers en los espejos; cuando los pingüinos los miraran, parecería como si esos stickers estuvieran sobre ellos. En el último experimento, le pusieron a algunos pingüinos un babero mientras estaban frente a un espejo. (Le puede interesar: Algunas pistas para entender los inicios de la domesticación de los gatos)
En el tercer experimento, los pingüinos parecieron agitarse al ver los stickers y trataron de quitárselos. Sin embargo, no respondieron en absoluto al verse con el pequeño babero. Algo que resalta el estudio es que ninguno de los pingüinos se comportó agresivamente con su reflejo, algo que es habitual en los animales que no superan la prueba del espejo. Varios animales, creen los científicos, piensan que su reflejo se trata de otro animal.
En sí, entonces, los resultados son algo ambiguos, pero los investigadores señalaron que, en conjunto, los hallazgos sugieren que los pingüinos mostraron cierto grado de autoconciencia.
“Creemos que este conjunto de experimentos constituye posiblemente las primeras investigaciones sobre la posible presencia de autoconciencia en cualquier especie de pingüino y es pionero en la realización de un conjunto de experimentos cognitivos en individuos en libertad de una especie no humana en su entorno natural, sin ningún tipo de familiarización, condicionamiento o aclimatación previos a los paradigmas experimentales empleados”, escribieron los autores en el estudio.
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