Así buscarán nueve países de Sudamérica y Asia salvar a los delfines de río
Cinco países sudamericanos, entre los que se encuentra Colombia, y cuatro asiáticos firmaron, en Bogotá, la Declaración Global sobre los Delfines de Río que busca detener la disminución de las seis especies de delfines fluviales y aumentar los tamaños de las poblaciones más vulnerables. Desde 1980, la población mundial de estos animales ha disminuido en un 73,2 %.
Representantes de nueve países asiáticos y sudamericanos donde hay presencia de delfines de río se dieron cita en Bogotá, este martes (24 de octubre) para firmar la Declaración Global sobre los Delfines de Río y sus Ríos. Este instrumento, calificado como histórico por los asistentes al evento, busca salvar de la extinción a las seis especies que quedan en 14 países del mundo. (Puede leer: Escasez de agua y altas temperaturas: avanza la sequía en la Amazonia)
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Representantes de nueve países asiáticos y sudamericanos donde hay presencia de delfines de río se dieron cita en Bogotá, este martes (24 de octubre) para firmar la Declaración Global sobre los Delfines de Río y sus Ríos. Este instrumento, calificado como histórico por los asistentes al evento, busca salvar de la extinción a las seis especies que quedan en 14 países del mundo. (Puede leer: Escasez de agua y altas temperaturas: avanza la sequía en la Amazonia)
Para Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha e integrante del Comité Científico de la Comisión Ballenera, “la Declaración Global de Delfines de Río es muy importante porque por primera vez sentamos a todos los gobiernos en el área de distribución de delfines de agua dulce en el planeta”.
Según Trujillo, biólogo marino con más de tres décadas en investigación de mamíferos acuáticos, “estamos hablando de ocho cuencas hidrográficas donde habitan 1.5 billones de seres humanos y que están severamente afectadas, contaminadas, deforestadas, que enfrentan grandes amenazas”. (Le puede interesar: Desde Arauca hasta el Amazonas, ¿dónde viven los delfines de río en Colombia?)
Y es que el panorama que enfrentan los delfines de río, así como el de sus hábitats, es crítico. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) las seis especies (del río Amazonas, del río Ganges, del río Indo, del Irrawaddy, Tucuxi y la marsopa sin aleta del Yangsté —la unica de agua dulce del mundo—) están clasificadas como En Peligro o En Peligro Crítico en la Lista Roja de Especies Amenazadas.
El Informe Planeta Vivo 2022, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entrega cifras más precisas de la disminución de la población de estas especies. Según el documento, desde la década de 1980, “el número de todas las especies de delfines de río se ha desplomado en un 73,2 %, con la infraestructura hídrica, la pesca insostenible y la contaminación amenazando su existencia”.
Sin embargo, resalta WWF, “los delfines de río son indicadores importantes de la salud de los ríos en los que viven. Cuando las poblaciones de delfines de agua dulce son prósperas, es probable que los sistemas fluviales en general y las poblaciones de peces sean prósperos”.
En concreto, la Declaración Global, que no es un acuerdo jurídicamente vinculante, fue firmada por 9 de los 14 países donde hay presencia de estos delfines. Además de Colombia, país anfitrión de la declaratoria, por Sudamérica también firmaron Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela. Bangladesh, Camboya, India y Nepal lo hicieron por Asia. Pakistán y Perú, de quienes inicialmente se esperaba su firma, esperan adherirse al acuerdo en los próximos meses. (También puede leer: Los puntos donde están cazando el delfín rosado del Amazonas)
¿En qué consiste el acuerdo?
En términos generales, la Declaración “tiene el objetivo de detener la disminución de todas estas especies y aumentar los tamaños de las poblaciones más vulnerables”, explica WWF, una de las organizaciones que estuvo detrás de la declaratoria. Para lograr este y otros objetivos, los representantes de los 11 gobiernos adoptaron ocho acuerdos.
La primera prioridad de la Declaración es el esfuerzo por “detener e invertir la disminución de todas las poblaciones de delfines de río en toda su área de distribución y estabilizar e incrementar las poblaciones más amenazadas”.
La segunda estrategia busca implementar medidas para gestionar, conservar, proteger y restaurar los hábitats de los delfines de río. Para esto, esperan crear una red de hábitats fluviales protegidos así como incrementar la eficacia de la gestión de sitios de delfines de río, como los sitios Ramsar y las OMEC (Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas).
En tercer lugar, los nueve países sudamericanos y asiáticos acordaron impulsar el desarrollo de la investigación científica sobre los delfines de río y el seguimiento de las amenazas. Allí, buscarán aumentar los estudios sobre el movimiento de estos animales, la abundancia de su población y la tendencia de estas, entre otras. (Puede interesarle: Mercurio en delfines de río, otra consecuencia de la deforestación en el Amazonas)
Como los países reconocen que las comunidades locales y los pueblos indígenas son actores claves en la conservación de los delfines de río, el cuarto punto del acuerdo contempla fortalecer el involucramiento de ellos a través de monitoreo comunitario, acuerdos de gestión comunitaria y otros mecanismos de colaboración.
Ya que el sector pesquero, y puntualmente las malas prácticas que algunos actores todavía emplean, representa una de las principales amenazas para estos animales, el quinto acuerdo pretende promover el uso y la buena aplicación de las buenas prácticas, así como la erradicación de prácticas insostenibles, como la pesca eléctrica y el envenenamiento.
La Declaración, que también busca proteger las ocho cuencas fluviales donde se distribuyen estas especies, busca colaborar con actores relevantes para mejorar la calidad del agua y garantizar la cantidad de esta, como sexto punto. Para eso, aspiran a fortalecer la legislación en cada uno de los países, así como promover la eficiencia y asignación del uso del agua, además de reforzar las labores que los Estados
El séptimo acuerdo de la Declaración busca promocionar y celebrar el Día Mundial del Delfín de Río, que actualmente se lleva a cabo los 24 de octubre, “como parte de un programa nacional y global a largo plazo para crear conciencia sobre el valor de los cetáceos de río silvestre y sus hábitats, para las personas y la naturaleza”.
Por último, los nueve países aspiran a colaborar con socios para el desarrollo, instituciones financieras, organizaciones de la sociedad civil y agentes del sector privado para “movilizar capacidades y recursos con el fin de apoyar la aplicación del Plan de Acción para los Delfines Fluviales”.
Los esfuerzos que avanzan por proteger a los delfines de río
Si bien la Declaración surge ante el crítico panorama que enfrentan los delfines de río en el mundo, tanto Trujillo como WWF rescatan varios casos exitosos que ponen de relieve la importancia de las estrategias de conservación que se adelantan en distintos lugares del planeta y que, justamente, se quieren impulsar con los acuerdos. (Puede leer: El ciclo del agua se está desequilibrando a causa del cambio climático: ONU)
Trujillo, de Omacha, destaca que Colombia es un país pionero en la región en este tipo de experiencias. Muestra de esto son el millón de hectáreas protegidas en los tres sitios Ramsar que tiene el país en la Amazonia y el Orinoco, donde hay presencia de delfines. “Curiosamente, estos sitios fueron designados a partir de información que generaron los proyectos de delfines”, apunta el biólogo marino.
En estos lugares, dice Trujillo, están pasando cosas positivas: “Hay acuerdos de pesca con comunidades indígenas; también hay observación responsable de delfines que genera ingresos económicos para las poblaciones ribereñas”. Muestra de esto, era lo que sucedía en Puerto Nariño (Amazonas) antes de la pandemia por covid-19. Allí, comentaba el director de la Fundación Omacha, “se generaban cerca de 8.3 millones de dólares en observación responsable de delfines”.
Ahora, en colaboración con varias entidades de cooperación y comunidades locales, trabajan en la restauración del bosque inundado y avanzan en la construcción de un centro de conservación de especies y ecosistemas amenazados en la Amazonia.
Pero no solo en Colombia hay ejemplos de buenas prácticas. WWF destaca que en China, donde habita la única marsopa de agua dulce del mundo —la marsopa sin aletas del Yangtzé—, se ha registrado un aumento del 23 % de la población de esta especie en los últimos cinco años. “Es el primer incremento desde que comenzaron los registros y es el resultado de estrictas medidas de protección y esfuerzos de conservación”, apunta el Fondo. (También puede leer: Otros 22 proyectos hidroeléctricos podrían ponerse en marcha en el Oriente Antioqueño)
Mientras tanto, en el río Indo, que fluye a través de India y Pakistán, la población de delfines que allí se encuentran casi que se ha duplicado en las últimas dos décadas, “debido a la acción colectiva del gobierno, las comunidades y las ONG, incluyendo la contribución de WWF”.