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En los océanos del mundo los arrecifes de coral cubren más de 500.000 kilómetros cuadrados, un terreno similar al de Francia. Sin embargo, por las distintas amenazas que se ciernen sobre estos ecosistemas acuáticos, corren el riesgo de desaparecer por completo a finales de este siglo. Para monitorear la salud de los corales, un equipo de investigadores en Estados Unidos ha desarrollado un método innovador: escucharlos. (Puede leer: Bajo el mar de Tribugá se escuchan camarones; bajo el de Bélgica, barcos)
Los científicos del Naval Undersea Warfare Center (NUWC), el centro de investigación de la Armada estadounidense, viene trabajando con este método desde 2019, cuando empezaron a monitorear los sonidos que emiten los arrecifes de coral en Hawái. Posteriormente, los compararon con los paisajes sonoros que obtuvieron en las Bermudas y en Nueva Inglaterra.
Lauren Freeman, oceanógrafa del NUWC, señaló al resepecto: “La sonorización nos permite saber qué está pasando en el arrecife. Nuestros arrecifes de coral están sometidos a una gran presión por la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático”. Freeman explicó que analizaron por microsegundos las grabaciones que realizaron. De esta manera fueron identificando los distintos sonidos que se escuchan en el fondo del mar: el canto de las ballenas, peces alimentándose, motores de lancha o barcos. (Le puede interesar: Los delfines también se automedican para proteger su piel)
¿Qué encontraron? Según la investigación, que fue presentada esta semana durante un encuentro de la Sociedad Acústica de América, las comunidades de coral menos saludables o degradadas “no tienen un paisaje sonoro tan rico o diverso. Suele haber menos cantos de peces y más ruidos de alta frecuencia procedentes de la fotosíntesis de las algas y la liberación de burbujas de oxígeno, que suenan al subir por el agua”.
Freeman explica que en todos los arrecifes de coral existe una competencia natural entre los colares y las macroalgas. Mientras que en los corales degradados las macroalgas ganan, en los arrecifes prístinos o más conservados se ven menos de estas algas y más peces. (También puede leer: Pez basa: el otro “hipopótamo” en Colombia del que nadie quiere hablar)
Para el equipo de NUWC, este avance en la tecnología del monitoreo de la salud de los corales es fundamental, dado los altos costes y la compleja logística que se requiere para este tipo de trabajos.