El grupo de científicas camina cerca de la Laguna Seca, en el PNN Chingaza, para llegar a los puntos en los que se obtendrán las muestras del suelo.
Foto: Juan Camilo Vinasco Díaz - U. Tadeo
En el páramo de Chingaza, al noroeste de Bogotá, entre Cundinamarca y Meta, la lluvia no cae siempre desde arriba. En el sendero de la Laguna Seca, mientras se camina junto a frailejones, pastizales y musgos, el viento que viene desde el suroriente es húmedo, choca con la montaña y se precipita a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. A veces llueve horizontalmente, porque las nubes están a la misma altura que el suelo.
Por Andrés Mauricio Díaz Páez
Periodista y politólogo. Productor de pódcast. Apasionado por la construcción de paz, la ciencia y los animales.diazporlanocheamdiaz@elespectador.com
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