Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hace poco más de una semana, culminó en Colombia una de las expediciones científicas más ambiciosas que se han hecho en los océanos del país. Durante 50 días, un grupo de científicos navegó por el Pacífico y por el Caribe estudiando la fauna que se esconde bajo el agua. Lo que encontraron los dejó sorprendidos. (Lea Identifican por primera vez en Colombia una enfermedad que está matando los corales)
Como habíamos contado en este artículo, ese equipo, liderado por National Geographic Pristine Seas, halló un verdadero “tesoro natural” que le sirvió de fundamento a la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina) para anunciar una decisión histórica: declará a una porción de ese territorio como una área marina protegida.
“Anunciamos hoy que la Corporación Coralina declarará Área Marina Protegida a Bajo Nuevo y Serranilla, gracias a la información sistemática recopilada y complementada con la reciente Expedición de National Geographic”, aseguraron en su cuenta de Twitter.
Anunciamos hoy que la Corporación #CORALINA declarará Área Marina Protegida a Bajo Nuevo y Serranilla, gracias a la información sistemática recopilada y complementada con la reciente Expedición de National Geographic. Fotos: David Barrios. #ConservarSeaflower pic.twitter.com/kOzCtfpPHL
— CORALINA (@coralina_sai) April 30, 2022
Esos puntos, que hacen parte de la Reserva de la Biósfera Sea Flower, la expedición encontró, en palabras de Álex Muñoz, director de Pristine Seas para América Latina, una “riqueza extraordinaria y de increíble belleza”.
“Mientras continuamos los análisis y revisamos los datos, podemos mencionar que tenemos al menos 10 nuevos registros de especies de profundidad, entre los que se incluyen tiburones, peces y corales”, le había dicho a este diario Nacor Bolaños, director de Áreas Protegidas de Coralina, autoridad ambiental del archipiélago y quien también participó de la expedición.
Como había contado Muñoz, hallaron especies que no habían sido encontradas antes en esta zona, y otras que están seriamente amenazadas en todo el planeta.
Sus hallazgos confirmaron que Seaflower es el sitio con mayor abundancia de tiburones de arrecife del Caribe. En solo dos semanas, identificaron 11 especies de tiburones.
Sin embargo, se llevaron una amarga sorpresa: la presencia de una grave enfermedad en corales en Seaflower, en San Andrés. El hallazgo se hizo, justamente, en los ecosistemas de coral en las zonas de Serranilla y Bajo Nuevo.
Se trata de la “enfermedad de pérdida de tejido de coral” que fue registrada por primera vez en Florida (Estados Unidos) en 2014 y se ha ido expandiendo por el Atlántico y la región Caribe. Esta se propaga rápidamente y causa altas tasas de mortalidad en los corales, incluyendo a los que forman arrecifes y son de más lento crecimiento y más longevos, como los corales estrella, los corales cerebro y los corales pilar.
Lea últimas noticias de ambiente en El Espectador.