Corales de fuego: así usan su plasticidad para subsistir mientras otros desaparecen
Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B. da pistas de cómo están logrando adaptarse y sobrevivir. La mayoría de arrecifes del mundo están en amenaza por el cambio climático.
Los corales de fuego se han tenido que enfrentar a diversas amenazas, como el calentamiento global, los huracanes y algunas enfermedades, entre otros. Pero mientras otras especies de corales han ido desapareciendo, los corales del fuego - Millepora, por su nombre científico - están prosperando. Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B. da pistas de cómo están logrando adaptarse y sobrevivir. (Le sugerimos: Estados Unidos, China y Rusia: los que más daños ambientales le causan al mundo)
Los cambios en los corales de fuego han sido registrados desde hace 30 años por el biólogo marino, Peter Edmunds, quien empezó a analizar cada año la vida submarina frente a St. John, una de las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Edmunds, como primera medida, delimitó un trayecto de 20 metros a lo largo de un arrecife submarino. Y, desde entonces, durante cada verano ha fotografiado las especies que aparecen en esta zona.
Durante este tiempo, Edmunds se encargó de rastrear cómo las algas y varios corales han resistido los huracanes, el aumento de la temperatura del mar y otras tensiones ambientales. Así confirmó que la flexibilidad o plasticidad de los corales del fuego les ha permitido adaptarse por encima de otras especies, “pues tienen la capacidad de crecer en forma de láminas -expandiéndose como una capa plana sobre las rocas y otras superficies- o como “árboles”, brotando hacia arriba con un tallo y ramas”, señala la revista Science. (Lea también: Inauguran en Colombia el primer laboratorio móvil de ADN ambiental)
En otras palabras, esto les da mayor movilidad. Por ejemplo, cuando un huracán llena la zona de microalgas o hay muchas amenazas cerca, los corales de fuego - que son parientes de las medusas y, de hecho, de la irritación que produce su contacto viene su nombre - brotan en su forma de árbol, limitando su tamaño al espacio reducido. Mientras que, ante señales de huracanes, que podrían amenazar su estructura de árbol, los corales renacen planos. (Vea acá: Astrónomos nos ayudan a entender las imágenes del telescopio James Webb)
Sin embargo, estas señales están lejos de garantizar que los corales salven a los arrecifes. Nikolaos Schizas, científico marino de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, advirtió a la revista Science que los corales de fuego no suelen formar arrecifes de metros de altura y anchura, limitando la supervivencia de estos amenazados ecosistemas. “Tenemos que ser realistas en cuanto a la magnitud de ese potencial”, concluyó.
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Los corales de fuego se han tenido que enfrentar a diversas amenazas, como el calentamiento global, los huracanes y algunas enfermedades, entre otros. Pero mientras otras especies de corales han ido desapareciendo, los corales del fuego - Millepora, por su nombre científico - están prosperando. Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B. da pistas de cómo están logrando adaptarse y sobrevivir. (Le sugerimos: Estados Unidos, China y Rusia: los que más daños ambientales le causan al mundo)
Los cambios en los corales de fuego han sido registrados desde hace 30 años por el biólogo marino, Peter Edmunds, quien empezó a analizar cada año la vida submarina frente a St. John, una de las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Edmunds, como primera medida, delimitó un trayecto de 20 metros a lo largo de un arrecife submarino. Y, desde entonces, durante cada verano ha fotografiado las especies que aparecen en esta zona.
Durante este tiempo, Edmunds se encargó de rastrear cómo las algas y varios corales han resistido los huracanes, el aumento de la temperatura del mar y otras tensiones ambientales. Así confirmó que la flexibilidad o plasticidad de los corales del fuego les ha permitido adaptarse por encima de otras especies, “pues tienen la capacidad de crecer en forma de láminas -expandiéndose como una capa plana sobre las rocas y otras superficies- o como “árboles”, brotando hacia arriba con un tallo y ramas”, señala la revista Science. (Lea también: Inauguran en Colombia el primer laboratorio móvil de ADN ambiental)
En otras palabras, esto les da mayor movilidad. Por ejemplo, cuando un huracán llena la zona de microalgas o hay muchas amenazas cerca, los corales de fuego - que son parientes de las medusas y, de hecho, de la irritación que produce su contacto viene su nombre - brotan en su forma de árbol, limitando su tamaño al espacio reducido. Mientras que, ante señales de huracanes, que podrían amenazar su estructura de árbol, los corales renacen planos. (Vea acá: Astrónomos nos ayudan a entender las imágenes del telescopio James Webb)
Sin embargo, estas señales están lejos de garantizar que los corales salven a los arrecifes. Nikolaos Schizas, científico marino de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, advirtió a la revista Science que los corales de fuego no suelen formar arrecifes de metros de altura y anchura, limitando la supervivencia de estos amenazados ecosistemas. “Tenemos que ser realistas en cuanto a la magnitud de ese potencial”, concluyó.
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