Descubren en Galápagos dos nuevos arrecifes de coral, esenciales para la vida marina
En medio de un escenario desperanzador para los corales, que se encuentran en aprietos en el mundo por el blanqueamiento, en Galápagos hallaron dos arrecifes que devuelven la esperanza a los científicos.
Fernando Gimeno - Efe
Dos nuevos arrecifes de coral prístinos fueron descubiertos en las aguas frías y profundas de las Islas Galápagos (Ecuador), que se suman al primero hallado en abril de este año, según anunciaron la Fundación Charles Darwin (FCD) y el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador. (Lea Imágenes desclasificadas de la Guerra Fría revelan increíbles construcciones romanas)
Estos dos nuevos arrecifes, hallados durante una expedición científica, se encuentran en las aguas interiores del archipiélago, a una profundidad de entre 370 y 420 metros bajo la superficie.
El más grande de los dos tiene unos 800 metros de longitud y el otro unos 250 metros, y ambos presentan una rica diversidad de especies de corales pétreos, lo que sugiere que probablemente se han estado formando durante miles de años.
“Encontrar arrecifes tan profundos y longevos nos acerca a pasos importantes para proteger dimensiones ocultas de la diversidad oceánica y comprender el papel que desempeñan los hábitats profundos en el mantenimiento de la salud de nuestros océanos”, mencionó Stuart Banks, de la Fundación Charles Darwin.
Hallado un nuevo monte submarino
Junto a estos arrecifes de coral también fue ubicado un nuevo monte submarino que cartografiaron por completo con una resolución de diez metros, además de confirmar la existencia de otros dos sobre los que había indicios.
La expedición aplicó tecnología de escaneo láser para crear mapas de alta resolución de estos arrecifes, los cuales están detallados de tal manera que pueden representar los animales que habitan en el lecho marino.
Estos descubrimientos se realizaron durante la segunda expedición científica del buque oceanográfico “Falkor (too)”, del Instituto Oceánico Schmidt (SOI, por su sigla en inglés), que durante treinta días estuvo explorando las aguas interiores del archipiélago ecuatoriano.
El barco contó con la ayuda del submarino ROV SuBastian, que llegó hasta las profundidades donde se encuentran estos dos nuevos arrecifes de coral.
30 días de expedición
La expedición comenzó el 18 de septiembre de 2023 y fue dirigida por Katleen Robert, del Instituto de Pesca y Ciencias Marinas de Memorial University of Newfoundland and Labrador, y contó con la participación de 24 científicos de trece organizaciones y universidades.
Entre las instituciones participantes estuvo la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Fundación Charles Darwin (FCD), el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador (Inocar) y la Sociedad Geográfica Nacional.
También fueron parte de la expedición el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (Estados Unidos), la Universidad de Bristol (Inglaterra), el Instituto Oceanográfico de Woods Hole (Estados Unidos), la Universidad de Costa Rica, el Centro Nacional de Oceanografía, el Institut de Ciències del Mar (España) y la Universidad de East Anglia (Inglaterra).
“Esta información no solo es valiosa desde una perspectiva científica, sino que también proporciona una base sólida para la toma de decisiones que protejan de manera efectiva estos ecosistemas, salvaguardando la diversidad biológica que albergan y garantizando su resiliencia en un entorno de constante cambio”, señaló el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda.
“La dinámica geológica de la región desempeña un papel fundamental en los ecosistemas profundos. La investigación y el mapeo son herramientas esenciales para asegurar que las Galápagos sigan siendo un ejemplo icónico de la belleza y la importancia de la naturaleza”, añadió Rueda.
Un bastión para la ciencia
Por su parte, la directora ejecutiva del SOI, Jyotika Virmani, destacó que las Galápagos son "un verdadero bastión para la investigación científica".
"Esta es nuestra segunda de tres expediciones en la región y me asombra que sigamos encontrando centros de biodiversidad cada vez que enviamos nuestro submarino al fondo marino", acotó Virmani.
Además de investigar la biodiversidad de los corales en las Galápagos, los científicos exploraron también áreas dentro de la Reserva Marina Nacional de la isla Cocos, un área protegida gestionada por Costa Rica.
El equipo que exploró la isla Cocos estuvo liderado por Ana Belén Yáñez, exploradora de la Sociedad Geográfica Nacional de Ecuador, y examinaron las conexiones entre las comunidades de coral en montes submarinos en las Galápagos y las de Costa Rica.
Esta investigación aporta datos para informar la gestión del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, una reserva marina internacional gestionada conjuntamente por los gobiernos de Ecuador, Costa Rica, Panamá y Colombia.
Considerado un laboratorio natural que llevó al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies, las Galápagos están formadas por 21 islas, a unos mil kilómetros de las costas continentales de Ecuador, y en 1978 fueron declaradas patrimonio natural de la humanidad por la Unesco.
Dos nuevos arrecifes de coral prístinos fueron descubiertos en las aguas frías y profundas de las Islas Galápagos (Ecuador), que se suman al primero hallado en abril de este año, según anunciaron la Fundación Charles Darwin (FCD) y el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica de Ecuador. (Lea Imágenes desclasificadas de la Guerra Fría revelan increíbles construcciones romanas)
Estos dos nuevos arrecifes, hallados durante una expedición científica, se encuentran en las aguas interiores del archipiélago, a una profundidad de entre 370 y 420 metros bajo la superficie.
El más grande de los dos tiene unos 800 metros de longitud y el otro unos 250 metros, y ambos presentan una rica diversidad de especies de corales pétreos, lo que sugiere que probablemente se han estado formando durante miles de años.
“Encontrar arrecifes tan profundos y longevos nos acerca a pasos importantes para proteger dimensiones ocultas de la diversidad oceánica y comprender el papel que desempeñan los hábitats profundos en el mantenimiento de la salud de nuestros océanos”, mencionó Stuart Banks, de la Fundación Charles Darwin.
Hallado un nuevo monte submarino
Junto a estos arrecifes de coral también fue ubicado un nuevo monte submarino que cartografiaron por completo con una resolución de diez metros, además de confirmar la existencia de otros dos sobre los que había indicios.
La expedición aplicó tecnología de escaneo láser para crear mapas de alta resolución de estos arrecifes, los cuales están detallados de tal manera que pueden representar los animales que habitan en el lecho marino.
Estos descubrimientos se realizaron durante la segunda expedición científica del buque oceanográfico “Falkor (too)”, del Instituto Oceánico Schmidt (SOI, por su sigla en inglés), que durante treinta días estuvo explorando las aguas interiores del archipiélago ecuatoriano.
El barco contó con la ayuda del submarino ROV SuBastian, que llegó hasta las profundidades donde se encuentran estos dos nuevos arrecifes de coral.
30 días de expedición
La expedición comenzó el 18 de septiembre de 2023 y fue dirigida por Katleen Robert, del Instituto de Pesca y Ciencias Marinas de Memorial University of Newfoundland and Labrador, y contó con la participación de 24 científicos de trece organizaciones y universidades.
Entre las instituciones participantes estuvo la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), la Fundación Charles Darwin (FCD), el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador (Inocar) y la Sociedad Geográfica Nacional.
También fueron parte de la expedición el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (Estados Unidos), la Universidad de Bristol (Inglaterra), el Instituto Oceanográfico de Woods Hole (Estados Unidos), la Universidad de Costa Rica, el Centro Nacional de Oceanografía, el Institut de Ciències del Mar (España) y la Universidad de East Anglia (Inglaterra).
“Esta información no solo es valiosa desde una perspectiva científica, sino que también proporciona una base sólida para la toma de decisiones que protejan de manera efectiva estos ecosistemas, salvaguardando la diversidad biológica que albergan y garantizando su resiliencia en un entorno de constante cambio”, señaló el director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda.
“La dinámica geológica de la región desempeña un papel fundamental en los ecosistemas profundos. La investigación y el mapeo son herramientas esenciales para asegurar que las Galápagos sigan siendo un ejemplo icónico de la belleza y la importancia de la naturaleza”, añadió Rueda.
Un bastión para la ciencia
Por su parte, la directora ejecutiva del SOI, Jyotika Virmani, destacó que las Galápagos son "un verdadero bastión para la investigación científica".
"Esta es nuestra segunda de tres expediciones en la región y me asombra que sigamos encontrando centros de biodiversidad cada vez que enviamos nuestro submarino al fondo marino", acotó Virmani.
Además de investigar la biodiversidad de los corales en las Galápagos, los científicos exploraron también áreas dentro de la Reserva Marina Nacional de la isla Cocos, un área protegida gestionada por Costa Rica.
El equipo que exploró la isla Cocos estuvo liderado por Ana Belén Yáñez, exploradora de la Sociedad Geográfica Nacional de Ecuador, y examinaron las conexiones entre las comunidades de coral en montes submarinos en las Galápagos y las de Costa Rica.
Esta investigación aporta datos para informar la gestión del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, una reserva marina internacional gestionada conjuntamente por los gobiernos de Ecuador, Costa Rica, Panamá y Colombia.
Considerado un laboratorio natural que llevó al científico británico Charles Darwin a desarrollar en el siglo XIX su teoría de la evolución y selección natural de las especies, las Galápagos están formadas por 21 islas, a unos mil kilómetros de las costas continentales de Ecuador, y en 1978 fueron declaradas patrimonio natural de la humanidad por la Unesco.