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Los lagos naturales son una de las fuentes de agua dulce más importantes del mundo, no solo por las cantidades de agua que almacenan, sino por su función como hogar o lugar transitorio de diferentes especies. Su existencia es fundamental para el mantenimiento de la diversidad en los ecosistemas. (Le puede interesar: Las energías renovables también impactan la biodiversidad)
Una investigación, dirigida por el investigador Fangfang Yao, del Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Medioambientales (CIRES, por sus siglas en inglés), de la Universidad de Colorado Boulder, utilizó los monitoreos realizados entre 1992 y 2020 a los lagos más grandes del mundo para determinar su estado.
En total fueron 1.972 lagos que fueron observados satelitalmente durante el período de tiempo y que fueron objeto de análisis por parte de los investigadores. Los resultados, para nada alentadores, fueron publicados recientemente en la revista Science.
Los científicos encontraron que durante las tres décadas que han transcurrido desde que iniciaron los monitoreos se han secado más de la mitad de los lagos más grandes del mundo: entre 51 % y el 55 % de estos han tenido una tendencia significativa a la desecación. (Le recomendamos: Las temperaturas pueden alcanzar niveles sin precedentes por el cambio climático)
De acuerdo con los investigadores, al menos una cuarta parte de estos se habrían secado debido a la actividad humana. El cambio climático y la elevación de las temperaturas también hacen parte de los motivos por los que se está presentando este fenómeno.
Con este estudio, aseguran, fue posible conocer que el impacto humano tuvo que ver en el secamiento de lagos como el Good-e-Zareh en Afganistán y del lago Mar Chiquita en Argentina, importantes cuerpos de agua cuyas cuencas empezaron a ser habitadas paulatinamente.
“El declive generalizado del almacenamiento de agua de los lagos, especialmente acompañado de un aumento de la temperatura de estos, podría reducir la cantidad de dióxido de carbono absorbido y aumentar las emisiones de carbono a la atmósfera, dado que los lagos son puntos calientes del ciclo del carbono”, apuntaron los investigadores. (También puede leer: Los municipios de Antioquia que reportaron emergencia por fuertes lluvias)
Como consecuencia, la disminución del almacenamiento de agua dulce en los lagos del mundo, además de verse afectada por el cambio climático, contribuiría a la profundización de esta problemática.
A esto se suma que, por lo menos, una cuarta parte de la población mundial reside en la cuenca o en cercanías a un lago que se está secando, algo que para los científicos debería llamar la atención sobre la importancia de incluir la gestión del agua en las acciones para mitigar el cambio climático.
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