Este pez no solo usa sus patas para caminar, con ellas también saborea
Como si a este pez no le bastara con sus particulares alas de pájaro y patas de cangrejo, científicos acaban de descubrir que usa sus patas para buscar comida.
Los petirrojos de mar son unos peces con bastantes particularidades. Estos habitantes del océano Atlántico e Indo-Pacífico Occidental, tienen cuerpo de pez, alas de pájaro y patas de cangrejo. “Se trata de un pez al que le crecieron patas utilizando los mismos genes que contribuyen al desarrollo de nuestras extremidades”, dice el científico Nicholas Bellono, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Aunque Bellono no tenía como objetivo investigar a estos particulares peces, se toparon con ellos luego de que, en el Laboratorio Biológico Marino de Woods Hole (Estados Unidos), observaran que otros peces los seguían. Bellono y David Kingsley, profesor de la Universidad de Stanford, se propusieron descubrir por qué los petirrojos eran seguidos.
“Al principio nos llamaron la atención las patas que comparten todos los petirrojos de mar y que los diferencian de la mayoría de los demás peces”, explicó Kingsley. Así que él y su equipo de colegas se concentró en esta particular extremidad de estos animales.
Tras algunos análisis, el equipo de científicos, encontró que las patas de los petirrojos no solo les sirven para caminar, sino que también han evolucionado para permitirles saborear el fondo del mar. En palabras de Bellono, los petirrojos usan los mismos genes que tenemos en nuestra lengua “para encontrar presas”. Una auténtica locura, señaló el científico.
Mediante otros estudios, explican los investigadores en dos artículos (uno y dos) publicados recientemente en la revista académica Current Biology, “se pudo confirmar que las papilas representan una innovación evolutiva clave que ha permitido a los petirrojos de mar triunfar en el fondo marino de formas que otros animales no pueden”.
Y es que con estas papilas gustativas, los petirrojos pueden detectar y descubrir extracto de mejillón filtrado y molida, así como aminoácidos individuales. Ahora, reconocen los investigadores, seguirán estudiando de cerca a estos peces para conocer más sobre los cambios genéticos y genómicos que han permitido la particular evolución de los petirrojos marinos.
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Los petirrojos de mar son unos peces con bastantes particularidades. Estos habitantes del océano Atlántico e Indo-Pacífico Occidental, tienen cuerpo de pez, alas de pájaro y patas de cangrejo. “Se trata de un pez al que le crecieron patas utilizando los mismos genes que contribuyen al desarrollo de nuestras extremidades”, dice el científico Nicholas Bellono, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Aunque Bellono no tenía como objetivo investigar a estos particulares peces, se toparon con ellos luego de que, en el Laboratorio Biológico Marino de Woods Hole (Estados Unidos), observaran que otros peces los seguían. Bellono y David Kingsley, profesor de la Universidad de Stanford, se propusieron descubrir por qué los petirrojos eran seguidos.
“Al principio nos llamaron la atención las patas que comparten todos los petirrojos de mar y que los diferencian de la mayoría de los demás peces”, explicó Kingsley. Así que él y su equipo de colegas se concentró en esta particular extremidad de estos animales.
Tras algunos análisis, el equipo de científicos, encontró que las patas de los petirrojos no solo les sirven para caminar, sino que también han evolucionado para permitirles saborear el fondo del mar. En palabras de Bellono, los petirrojos usan los mismos genes que tenemos en nuestra lengua “para encontrar presas”. Una auténtica locura, señaló el científico.
Mediante otros estudios, explican los investigadores en dos artículos (uno y dos) publicados recientemente en la revista académica Current Biology, “se pudo confirmar que las papilas representan una innovación evolutiva clave que ha permitido a los petirrojos de mar triunfar en el fondo marino de formas que otros animales no pueden”.
Y es que con estas papilas gustativas, los petirrojos pueden detectar y descubrir extracto de mejillón filtrado y molida, así como aminoácidos individuales. Ahora, reconocen los investigadores, seguirán estudiando de cerca a estos peces para conocer más sobre los cambios genéticos y genómicos que han permitido la particular evolución de los petirrojos marinos.
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