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Desde este pasado 10 de julio, en Kingston, Jamaica, se está adelantando una nueva jornada de negociaciones que los expertos de distintas organizaciones no gubernamentales están llamando “cruciales”.
Durante las siguientes tres semanas, representantes de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM), que reúne 36 estados, estarán reunidos para tratar de llegar a acuerdos sobre una especie de código minero para realizar la actividad en las profundidades del océano.
Hasta el momento, no existe ningún tipo de regulación o parámetros claros que definan si la minería marina está permitida y, en ese caso, qué estándares se deben asegurar. Hasta finales de julio, será el “periodo de decisión más crucial de la historia de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos”, dijo a la AFP Emma Wilson, de la plataforma de ONG Deep Sea Conservation Coalition. (También puede leer: La semana pasada fue la más caliente de la historia, confirma la ONU)
Como se explicó en este artículo, la minería marina consiste en la explotación de ciertos recursos en los fondos marinos, que suelen estar divididos en tres grupos: los sulfuros polimetálicos, las costras de ferromanganeso, y los nódulos polimetálicos. En ellos están reunidos millones de toneladas de metales, como cobre, níquel, cobalto o manganeso, que serán importantes para la transición energética.
Las turbinas eólicas, paneles solares y baterías para carros eléctricos, después de todo, requieren grandes cantidades de distintos metales. Como se calcula que, en el caso de metales como el cobre, la demanda de los próximos años superará por mucho lo que se ha extraído históricamente, muchos han empezado a buscar alternativas para encontrar los llamados minerales para la transición energética.
Aunque el Consejo de la AIFM no ha dado, hasta ahora, ningún contrato de explotación, sí existe una especie de antecedente. En 2021, la isla de Nauru, en el Pacífico, presentó una solicitud formal a la AIFM para obtener una licencia comercial que le permitiera iniciar la explotación minera en aguas profundas.
Desde ese momento, empezó a correr un período de dos años para considerar esta solicitud, a pesar de que no existan reglas claras para el campo. Desde hace 10 años, los estados miembro de la Autoridad negocian el código minero para fijar las reglas de una potencial explotación de minerales que están en los fondos submarinos de aguas internacionales, que no pertenecen a ningún país. (Le puede interesar: Leones marinos se han vuelto agresivos con las personas en California, ¿por qué?)
De momento, distintas ONG han expresado su interés en las negociaciones y algunas han defendido que se practique el principio de precaución. Después de todo, una de las preocupaciones más grandes en el tema es que aún no han un consenso sobre las consecuencias que podría tener la actividad.
Más de 700 científicos de 44 países firmaron una carta abierta en la que piden una pausa en las exploraciones.
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