La crisis del agua por cambio climático sería más grave de lo que se creía
Una investigación publicada en Nature Water encontró que las futuras crisis de suministro de agua serían más graves de lo que hasta ahora han planteado los modelos de predicciones del cambio climático. Las regiones más afectadas hacia 2050 serían África, Australia y América del Norte.
Un estudio publicado en la revista Nature Water analizó los datos de más de 9.500 cuencas hidrológicas de todo el mundo, encontrando que el cambio climático podría provocar crisis de agua locales mucho más graves de lo que se creía.
Investigadores en Austria, Estados Unidos, China, Australia y Arabia Saudita compararon los datos de ese número de cuencas y encontraron que la conexión entre las precipitaciones y la cantidad de agua en los ríos es más sensible de lo que hasta ahora tenía previsto la ciencia. (Lea: Lo que está en juego con la demanda más ambiciosa para recuperar las tierras de los nukaks)
El estudio se centró en cómo el cambio climático incidirá en el suministro de agua. “Mostramos que el flujo de corriente global en el futuro cercano (2021-2050) puede ser más bajo de lo previsto por los modelos del sistema terrestre”, señala la investigación.
La disminución del flujo de corriente se debe a contribuciones más pequeñas de las precipitaciones y una mayor sensibilidad del flujo de corriente a los cambios en la evapotranspiración. Las regiones en donde más afectaciones habría por suministro en 2050 serían África, Australia y América del Norte. (Lea: ¿En qué se diferencia el plan de Petro del de Duque para salvar la Ciénaga Grande?)
Günter Blöschl, autor principal de la investigación, señaló para Phys.org que “observamos cuánto cambió la cantidad de agua disponible en el pasado cuando cambiaron las condiciones externas. De esta manera, podemos averiguar con qué sensibilidad los cambios en los parámetros climáticos están relacionados con un cambio en la disponibilidad local de agua”. (Lea: Los pequeños humedales aislados podrían ser más importantes de lo que parece)
Según Blöschl, “hasta ahora, las mediciones de escorrentía generalmente no se han incluido en absoluto en los modelos, como los que actualmente informa el IPCC. Con la serie de mediciones ahora disponible, debería ser posible ajustar los modelos de predicción física”.
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Un estudio publicado en la revista Nature Water analizó los datos de más de 9.500 cuencas hidrológicas de todo el mundo, encontrando que el cambio climático podría provocar crisis de agua locales mucho más graves de lo que se creía.
Investigadores en Austria, Estados Unidos, China, Australia y Arabia Saudita compararon los datos de ese número de cuencas y encontraron que la conexión entre las precipitaciones y la cantidad de agua en los ríos es más sensible de lo que hasta ahora tenía previsto la ciencia. (Lea: Lo que está en juego con la demanda más ambiciosa para recuperar las tierras de los nukaks)
El estudio se centró en cómo el cambio climático incidirá en el suministro de agua. “Mostramos que el flujo de corriente global en el futuro cercano (2021-2050) puede ser más bajo de lo previsto por los modelos del sistema terrestre”, señala la investigación.
La disminución del flujo de corriente se debe a contribuciones más pequeñas de las precipitaciones y una mayor sensibilidad del flujo de corriente a los cambios en la evapotranspiración. Las regiones en donde más afectaciones habría por suministro en 2050 serían África, Australia y América del Norte. (Lea: ¿En qué se diferencia el plan de Petro del de Duque para salvar la Ciénaga Grande?)
Günter Blöschl, autor principal de la investigación, señaló para Phys.org que “observamos cuánto cambió la cantidad de agua disponible en el pasado cuando cambiaron las condiciones externas. De esta manera, podemos averiguar con qué sensibilidad los cambios en los parámetros climáticos están relacionados con un cambio en la disponibilidad local de agua”. (Lea: Los pequeños humedales aislados podrían ser más importantes de lo que parece)
Según Blöschl, “hasta ahora, las mediciones de escorrentía generalmente no se han incluido en absoluto en los modelos, como los que actualmente informa el IPCC. Con la serie de mediciones ahora disponible, debería ser posible ajustar los modelos de predicción física”.
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