La exposición que trajo a los tiburones que habitan en Colombia al centro de Bogotá
Hasta el 6 de octubre podrá visitar la exposición ‘Colombia: del megalodón al tiburón linterna enano’ en la Universidad de los Andes. El evento, que es totalmente gratuito, busca despojar a estos animales de una imagen que solo inspira miedo y divulgar su importancia para los ecosistemas del mundo y el país. Durante la COP16, la exhibición se trasladará a Cali.
César Giraldo Zuluaga
En el centro de Bogotá, ahora es posible sumergirse a más de 4.000 metros de profundidad en el mar. Después de atravesar un pequeño submarino que lo “transporta” a la zona abisal, ubicada entre los 4.000 y 6.000 metros bajo el nivel del mar, se pueden observar medusas y otros organismos marinos de pequeño tamaño. Estos seres deben generar su propia luz, un fenómeno conocido como bioluminiscencia, para sobrevivir en un entorno donde los potentes rayos del sol no pueden penetrar y donde la presión hidrostática haría que un ser humano sucumbiera al instante.
El viaje también es al pasado. Más precisamente, a unos tres millones de años atrás, cuando el megalodón (Carcharocles megalodon), el tiburón más grande del que se tiene registro, todavía nadaba en los mares que ahora le pertenecen a Colombia. Aunque el individuo que se encuentra exhibido tiene un cuerpo de unos 10 metros de largo, los miembros de esta especie, considerada como uno de los vertebrados más poderosos de la historia, podían alcanzar hasta los 20 metros, una longitud similar a la de los buses de Transmilenio.
Es gracias a sus grandes dientes —de donde recibe su nombre, proveniente de las palabras griegas megas y odoús—, que llegan a medir hasta 18 centímetros, que sabemos de la existencia del megalodón. De su pasado en Colombia, dice el biólogo Carlos Guarnizo, sabemos por los dientes fósiles que se han encontrado en varios departamentos como Boyacá, Santander, Tolima y Guainía. Aunque varias personas creen que estos tiburones no se han extinguido, las probabilidades de que esto sea cierto son ínfimas, advierte Guarnizo, Ph. D. en Biología de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
Por el momento, el único “sobreviviente” del megalodón es la representación que realizaron varios estudiantes de la Universidad de los Andes para la exhibición ‘Colombia: del megalodón al tiburón linterna enano’, que se está llevando a cabo por estos días en el Centro Cívico de esta institución educativa, ubicada en el centro de la capital.
La idea de la exposición, agrega Guarnizo, quien es el líder de BioCore, la unidad de la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad de los Andes que organiza el evento, “es mostrar a los tiburones y ayudar a quitar esa imagen que tienen de que son animales que solo dan miedo, si no que cumplen unas labores fundamentales en los ecosistemas”.
Si bien en el país existen registros de la presencia de 76 especies de tiburones, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), los responsables de la exhibición eligieron algunas especies representativas para la exposición. Es el caso, por ejemplo, del tiburón linterna enano (Etmopterus perryi), que con sus 20 centímetros de longitud se convierte en el más pequeño del mundo. Hasta el momento, esta especie solo ha sido identificada en los mares de Colombia y Venezuela.
También se encuentra el tiburón dormilón (Somniosus pacificus), que cumple funciones similares a las de los chulos o buitres, pues se van comiendo los restos de los animales que caen al fondo marino. De las profundidades, además, está el tiburón duende (Mitsukurina owstoni) que, al sacar su mandíbula y succionar para alimentarse, recuerda el aspecto de la criatura extraterrestre de la saga de películas ‘Alien’.
En la exhibición también se puede conocer al tiburón ballena (Rhincodon typus), el pez más grande del mundo que, entre abril y mayo de cada año, llega a las aguas del Pacífico colombiano para alimentarse. Aunque su enorme boca podría hacer pensar que se alimenta de otros peces, esta especie en verdad filtra organismos pequeños como el plancton o el krill para comer.
El único tiburón de toda la exposición que no se encuentra en aguas colombianas es el tiburón blanco (Carcharodon carcharias). La inclusión de esta especie, que desde el estreno de ‘Tiburón’ en 1975 de Steven Spielberg, ha inspirado de manera errónea cientos de películas, responde, precisamente, a un mea culpa que el director de cine estadounidense realizó recientemente. En diciembre de 2022, en una entrevista con la BBC, Spielberg lamentó que sus películas hubieran provocado la caza de tiburones blancos en países como Estados Unidos.
A unas pocas cuadras del Centro Cívico, en el edificio Julio Mario Santo Domingo, también de la Universidad de los Andes, los visitantes podrán apreciar la exhibición ‘Tiburones’, una contribución del Museo de Historia Natural de Nueva York que aporta una perspectiva global de la historia de los tiburones, animales que llevan más de 400 millones de años en la Tierra. “Son más viejos que los árboles, los frutos y que los primeros dinosaurios”, señala Guarnizo. Allí también se encuentra instalada una experiencia de museografía sensorial en la que podrá sentir y ver como lo hacen estos animales.
Este evento gratuito se encuentra abierto al público de martes a domingo entre las 9:30 a.m. y las 5:30 p.m. En Bogotá la exposición estará hasta el 6 de octubre. La siguiente parada será Cali, durante la COP16. Allí se podrá visitar entre el 21 de octubre y el 1º de noviembre en el Museo Departamental de Ciencias Naturales.
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En el centro de Bogotá, ahora es posible sumergirse a más de 4.000 metros de profundidad en el mar. Después de atravesar un pequeño submarino que lo “transporta” a la zona abisal, ubicada entre los 4.000 y 6.000 metros bajo el nivel del mar, se pueden observar medusas y otros organismos marinos de pequeño tamaño. Estos seres deben generar su propia luz, un fenómeno conocido como bioluminiscencia, para sobrevivir en un entorno donde los potentes rayos del sol no pueden penetrar y donde la presión hidrostática haría que un ser humano sucumbiera al instante.
El viaje también es al pasado. Más precisamente, a unos tres millones de años atrás, cuando el megalodón (Carcharocles megalodon), el tiburón más grande del que se tiene registro, todavía nadaba en los mares que ahora le pertenecen a Colombia. Aunque el individuo que se encuentra exhibido tiene un cuerpo de unos 10 metros de largo, los miembros de esta especie, considerada como uno de los vertebrados más poderosos de la historia, podían alcanzar hasta los 20 metros, una longitud similar a la de los buses de Transmilenio.
Es gracias a sus grandes dientes —de donde recibe su nombre, proveniente de las palabras griegas megas y odoús—, que llegan a medir hasta 18 centímetros, que sabemos de la existencia del megalodón. De su pasado en Colombia, dice el biólogo Carlos Guarnizo, sabemos por los dientes fósiles que se han encontrado en varios departamentos como Boyacá, Santander, Tolima y Guainía. Aunque varias personas creen que estos tiburones no se han extinguido, las probabilidades de que esto sea cierto son ínfimas, advierte Guarnizo, Ph. D. en Biología de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
Por el momento, el único “sobreviviente” del megalodón es la representación que realizaron varios estudiantes de la Universidad de los Andes para la exhibición ‘Colombia: del megalodón al tiburón linterna enano’, que se está llevando a cabo por estos días en el Centro Cívico de esta institución educativa, ubicada en el centro de la capital.
La idea de la exposición, agrega Guarnizo, quien es el líder de BioCore, la unidad de la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad de los Andes que organiza el evento, “es mostrar a los tiburones y ayudar a quitar esa imagen que tienen de que son animales que solo dan miedo, si no que cumplen unas labores fundamentales en los ecosistemas”.
Si bien en el país existen registros de la presencia de 76 especies de tiburones, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), los responsables de la exhibición eligieron algunas especies representativas para la exposición. Es el caso, por ejemplo, del tiburón linterna enano (Etmopterus perryi), que con sus 20 centímetros de longitud se convierte en el más pequeño del mundo. Hasta el momento, esta especie solo ha sido identificada en los mares de Colombia y Venezuela.
También se encuentra el tiburón dormilón (Somniosus pacificus), que cumple funciones similares a las de los chulos o buitres, pues se van comiendo los restos de los animales que caen al fondo marino. De las profundidades, además, está el tiburón duende (Mitsukurina owstoni) que, al sacar su mandíbula y succionar para alimentarse, recuerda el aspecto de la criatura extraterrestre de la saga de películas ‘Alien’.
En la exhibición también se puede conocer al tiburón ballena (Rhincodon typus), el pez más grande del mundo que, entre abril y mayo de cada año, llega a las aguas del Pacífico colombiano para alimentarse. Aunque su enorme boca podría hacer pensar que se alimenta de otros peces, esta especie en verdad filtra organismos pequeños como el plancton o el krill para comer.
El único tiburón de toda la exposición que no se encuentra en aguas colombianas es el tiburón blanco (Carcharodon carcharias). La inclusión de esta especie, que desde el estreno de ‘Tiburón’ en 1975 de Steven Spielberg, ha inspirado de manera errónea cientos de películas, responde, precisamente, a un mea culpa que el director de cine estadounidense realizó recientemente. En diciembre de 2022, en una entrevista con la BBC, Spielberg lamentó que sus películas hubieran provocado la caza de tiburones blancos en países como Estados Unidos.
A unas pocas cuadras del Centro Cívico, en el edificio Julio Mario Santo Domingo, también de la Universidad de los Andes, los visitantes podrán apreciar la exhibición ‘Tiburones’, una contribución del Museo de Historia Natural de Nueva York que aporta una perspectiva global de la historia de los tiburones, animales que llevan más de 400 millones de años en la Tierra. “Son más viejos que los árboles, los frutos y que los primeros dinosaurios”, señala Guarnizo. Allí también se encuentra instalada una experiencia de museografía sensorial en la que podrá sentir y ver como lo hacen estos animales.
Este evento gratuito se encuentra abierto al público de martes a domingo entre las 9:30 a.m. y las 5:30 p.m. En Bogotá la exposición estará hasta el 6 de octubre. La siguiente parada será Cali, durante la COP16. Allí se podrá visitar entre el 21 de octubre y el 1º de noviembre en el Museo Departamental de Ciencias Naturales.
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