La falta de oxígeno en ríos es más frecuente de lo que los científicos creían
Un estudio publicado en la revista Limnology and Oceoanography Letters encontró hipoxia en una de cada ocho ubicaciones de ríos en 125.000 ubicaciones de 53 países, causada, en parte, por construcción de represas y residuos orgánicos. Los investigadores advierten que es necesario aumentar el monitoreo continuo de ríos y arroyos para obtener señales de advertencia tempranas y tomar medidas.
Un estudio de la Universidad de Nevada muestra que la hipoxia (niveles bajos o reducidos de oxígeno) en ríos y arroyos es más prevalente a nivel mundial de lo que hasta ahora creían los científicos, algo que afecta especialmente a especies acuáticas, así como también incide en el aumento de la producción de gases de efecto invernadero (GEI).
“La hipoxia en las aguas costeras y los lagos es ampliamente reconocida como un problema ambiental perjudicial, pero nos ha faltado una comprensión comparable de la hipoxia en los ríos”, señaló para Phys.org la investigadora Joanna Blaszczak, coautora del estudio. (Lea: ¿Le interesa la Amazonia? Prográmese con la Primera Gran Semana por los Bosques)
Para el artículo, publicado en la revista Limnology and Oceanography Letters, se realizaron más de 118 millones de lecturas de oxígeno disuelto y temperatura de más de 125.000 ubicaciones de ríos de 93 países, y analizó datos de 1958 a 2018. El estudio encontró concentraciones de oxígeno disuelto por debajo de los 2 miligramos por litro en 53 países y el 12 % de cada ubicación dio alguna medición de hipoxia.
La profesora Blaszczak agregó que “aunque el 12,6 % puede no parecer un gran porcentaje, anteriormente se pensaba en general que los casos de hipoxia en ríos y arroyos eran extremadamente raros. Haber demostrado la presencia de hipoxia en una de cada ocho ubicaciones de ríos con datos es definitivamente un cambio de juego en términos de cómo debemos pensar y prestar atención al tema de la hipoxia en ríos y arroyos”. (Lea: La vía que se le atravesará a la única escuela en una reserva de la sociedad civil)
En algunas partes de Estados Unidos -uno de los países de los que más se tienen datos-, como la Florida, ha habido importantes aumentos. “Verá que Florida está completamente roja”, agregó la investigadora.
Antes estas mediciones se tomaban de forma manual, por medio de una sonda, en las primeras horas del día, debido a que la falta de fotosíntesis durante la noche (por ejemplo, de las algas) permitía evidenciar más las condiciones de la hipoxia. Sin embargo, en los últimos 15 años se han desarrollado sensores de oxígeno disuelto que permiten monitorear los ríos y arroyos cada hora. (Lea: Un Iceberg casi tan grande como Bogotá se desprendió en la Antártida)
El estudio también encontró que la hipoxia estaba más presentes en ríos que drenan áreas urbanas y humedales. Según Blaszczak, “eso demuestra que, si bien puede ocurrir naturalmente, también podemos crear estas condiciones que conducen a la hipoxia”. La construcción de represas así como los residuos orgánicos que llegan a los ríos son algunas de las principales afectaciones.
Los autores de la investigación advierten que es necesario aumentar el monitoreo continuo de ríos y arroyos para obtener señales de advertencia tempranas de hipoxia y tomar medidas.
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Un estudio de la Universidad de Nevada muestra que la hipoxia (niveles bajos o reducidos de oxígeno) en ríos y arroyos es más prevalente a nivel mundial de lo que hasta ahora creían los científicos, algo que afecta especialmente a especies acuáticas, así como también incide en el aumento de la producción de gases de efecto invernadero (GEI).
“La hipoxia en las aguas costeras y los lagos es ampliamente reconocida como un problema ambiental perjudicial, pero nos ha faltado una comprensión comparable de la hipoxia en los ríos”, señaló para Phys.org la investigadora Joanna Blaszczak, coautora del estudio. (Lea: ¿Le interesa la Amazonia? Prográmese con la Primera Gran Semana por los Bosques)
Para el artículo, publicado en la revista Limnology and Oceanography Letters, se realizaron más de 118 millones de lecturas de oxígeno disuelto y temperatura de más de 125.000 ubicaciones de ríos de 93 países, y analizó datos de 1958 a 2018. El estudio encontró concentraciones de oxígeno disuelto por debajo de los 2 miligramos por litro en 53 países y el 12 % de cada ubicación dio alguna medición de hipoxia.
La profesora Blaszczak agregó que “aunque el 12,6 % puede no parecer un gran porcentaje, anteriormente se pensaba en general que los casos de hipoxia en ríos y arroyos eran extremadamente raros. Haber demostrado la presencia de hipoxia en una de cada ocho ubicaciones de ríos con datos es definitivamente un cambio de juego en términos de cómo debemos pensar y prestar atención al tema de la hipoxia en ríos y arroyos”. (Lea: La vía que se le atravesará a la única escuela en una reserva de la sociedad civil)
En algunas partes de Estados Unidos -uno de los países de los que más se tienen datos-, como la Florida, ha habido importantes aumentos. “Verá que Florida está completamente roja”, agregó la investigadora.
Antes estas mediciones se tomaban de forma manual, por medio de una sonda, en las primeras horas del día, debido a que la falta de fotosíntesis durante la noche (por ejemplo, de las algas) permitía evidenciar más las condiciones de la hipoxia. Sin embargo, en los últimos 15 años se han desarrollado sensores de oxígeno disuelto que permiten monitorear los ríos y arroyos cada hora. (Lea: Un Iceberg casi tan grande como Bogotá se desprendió en la Antártida)
El estudio también encontró que la hipoxia estaba más presentes en ríos que drenan áreas urbanas y humedales. Según Blaszczak, “eso demuestra que, si bien puede ocurrir naturalmente, también podemos crear estas condiciones que conducen a la hipoxia”. La construcción de represas así como los residuos orgánicos que llegan a los ríos son algunas de las principales afectaciones.
Los autores de la investigación advierten que es necesario aumentar el monitoreo continuo de ríos y arroyos para obtener señales de advertencia tempranas de hipoxia y tomar medidas.
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