Las algas del Ártico tienen diez veces más microplásticos que el agua marina
El alga que crece bajo el hielo del Ártico tendría diez veces más partículas de microplástico que el agua marina circundante, según una investigación publicada en la revista Environmental Science and Technology.
El alga que crece bajo el hielo del Ártico, conocida como Melorisa artica, tendría diez veces más partículas de microplástico que el agua marina circundante, según un estudio del Instituto Alfred Wegener publicado en la revista Environmental Science and Technology.
Dicha concentración de microplástico es una amenaza para las especies que se alimentan de estas algas, además de que las algas muertas transportan estos contaminantes a las profundidades.
Melanie Bergmann, investigadora del Instituto Alfred Wegener y una de las autoras de la publicación, afirmó para Phys.org que “la velocidad a la que desciende el alga significa que cae casi en línea recta por debajo del borde del hielo”. (Lea: Especies costeras estarían viviendo entre plástico en medio del Océano Pacífico)
En 2021, el equipo de Bergmann recolectó muestraS de algas Melosira y agua circundante, y las analizó junto a científicos de la Universidad de Dalhousie (Canadá), el Ocean Frontier Institute (OFI) y la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda). Encontraron que las algas tenían un promedio entre 19 y 31 mil partículas de microplástico por metro cúbico, superando diez veces la concentración encontrada en el agua circundante.
“Hemos encontrado una explicación plausible de por qué siempre medimos las mayores cantidades de microplásticos en el área del borde del hielo, incluso en sedimentos de aguas profundas”, añadió Bergmann. (Lea: Estos peces eligen a los machos raros para tener hijos más “atractivos”)
La investigación también mostró que en el Ártico hay una variedad de diferentes plásticos, como acrílico, polietileno, poliéster, polipropileno, nailon, entre otros. También se hallaron diferentes sustancias, como tintes y químicos.
Una de las preocupaciones de los científicos es que las personas en el Ártico dependen de la red alimentaria marina, por lo que están expuestos a los microplásticos y demás sustancias. Bergmann advierte que “ya se han detectado microplásticos en los intestinos humanos, sangre, las venas, los pulmones, la placenta y la leche materna y puede causar reacciones inflamatorias, pero las consecuencias generales apenas se han investigado hasta ahora”. (Lea: El mapa genético más detallado de los cánceres del demonio de Tasmania)
Además, esta exposición de diferentes organismos a los microplásticos se suma a los “trastornos ambientales” de la crisis climática que están debilitando el ecosistema del Ártico.
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El alga que crece bajo el hielo del Ártico, conocida como Melorisa artica, tendría diez veces más partículas de microplástico que el agua marina circundante, según un estudio del Instituto Alfred Wegener publicado en la revista Environmental Science and Technology.
Dicha concentración de microplástico es una amenaza para las especies que se alimentan de estas algas, además de que las algas muertas transportan estos contaminantes a las profundidades.
Melanie Bergmann, investigadora del Instituto Alfred Wegener y una de las autoras de la publicación, afirmó para Phys.org que “la velocidad a la que desciende el alga significa que cae casi en línea recta por debajo del borde del hielo”. (Lea: Especies costeras estarían viviendo entre plástico en medio del Océano Pacífico)
En 2021, el equipo de Bergmann recolectó muestraS de algas Melosira y agua circundante, y las analizó junto a científicos de la Universidad de Dalhousie (Canadá), el Ocean Frontier Institute (OFI) y la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda). Encontraron que las algas tenían un promedio entre 19 y 31 mil partículas de microplástico por metro cúbico, superando diez veces la concentración encontrada en el agua circundante.
“Hemos encontrado una explicación plausible de por qué siempre medimos las mayores cantidades de microplásticos en el área del borde del hielo, incluso en sedimentos de aguas profundas”, añadió Bergmann. (Lea: Estos peces eligen a los machos raros para tener hijos más “atractivos”)
La investigación también mostró que en el Ártico hay una variedad de diferentes plásticos, como acrílico, polietileno, poliéster, polipropileno, nailon, entre otros. También se hallaron diferentes sustancias, como tintes y químicos.
Una de las preocupaciones de los científicos es que las personas en el Ártico dependen de la red alimentaria marina, por lo que están expuestos a los microplásticos y demás sustancias. Bergmann advierte que “ya se han detectado microplásticos en los intestinos humanos, sangre, las venas, los pulmones, la placenta y la leche materna y puede causar reacciones inflamatorias, pero las consecuencias generales apenas se han investigado hasta ahora”. (Lea: El mapa genético más detallado de los cánceres del demonio de Tasmania)
Además, esta exposición de diferentes organismos a los microplásticos se suma a los “trastornos ambientales” de la crisis climática que están debilitando el ecosistema del Ártico.
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