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Un grupo de investigadores acaba de reportar evidencia de que los delfines nariz de botella hembras aumentan la frecuencia máxima y el rango de frecuencia de sus vocalizaciones (silbidos característicos) cuando están en presencia de crías. Aunque esta “comunicación maternal” ocurre en una variedad de culturas humana (los cuidadores humanos que interactúan con los niños suelen modificar su habla de manera que promuevan la atención), la evidencia en otras especies es muy rara.
Los investigadores analizaron grabaciones realizadas durante eventos breves de captura y liberación de delfines nariz de botella salvajes en aguas cercanas a la bahía de Sarasota, Florida, Estados Unidos. Mientras cada delfín se sostenía libremente en el agua o se examinaba en la cubierta acolchada de un bote especializado, los científicos colocaron hidrófonos con ventosas directamente en cada delfín. De esta manera, el grupo pudo obtener grabaciones de alta calidad.
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Las crías de delfines permanecen con sus madres durante un promedio de 3 a 6 años en la población de Sarasota. Si una cría estaba con su madre en el momento de la captura, se la definió como dependiente. En esos escenarios, los investigadores dicen estar seguros de que los silbidos producidos por las madres en presencia de sus crías dependientes estaban dirigidos a sus crías y no a otros animales.
Durante estos eventos de captura y liberación, las madres y sus crías dependientes se mantuvieron lo suficientemente cerca como para escucharse y, por lo general, participaron en intercambios de silbidos casi continuos. Los delfines usan silbidos para el reconocimiento y para mantener el contacto con los demás. Las características del silbido suelen ser estables a lo largo del tiempo, pero los parámetros como la duración y las frecuencias pueden variar en pequeños grados.
Los investigadores predijeron que si las madres cambian su lenguaje cuando le hablan a sus crías, este cambio se traduce en frecuencias máximas más altas, anchos de banda de frecuencia más amplios y duraciones más cortas del silbido. Para poner a prueba su hipótesis, registraron 19 delfines hembra adultos mayores de 34 años en momentos con y sin sus crías dependientes. Para cada individuo incluido en este análisis, se analizaron 20 silbidos de cada contexto.
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Descubrieron que las hembras individuales registradas con sus crías dependientes produjeron silbidos con frecuencias máximas significativamente más altas que las de las mismas hembras registradas sin crías, tal como habían predicho. Aunque habían predicho también duraciones más cortas del silbido, no encontraron ningún cambio significativo en este parámetro. Pero, ¿por qué modifican el silbido?
Los investigadores creen que puede tener una función comunicativa adicional relacionada con las amplias y fluidas redes sociales de las hembras de los delfines nariz de botella. Dadas sus frecuentes interacciones con otros delfines, los cambios sutiles en los silbidos pueden ayudar a las hembras a identificar a sus crías o, por el contrario, ayudar a las crías a identificar las llamadas de sus madres. Dichas funciones podrían facilitar el mantenimiento del contacto madre-cría.
Este fenómeno está más cerca de lo que se observa en madres humanas que de lo que se ha descrito para animales no humanos. Para los autores del estudio, publicado en PNAS, parece probable que las madres delfines usen estos silbidos para mejorar la atención, el vínculo y el aprendizaje vocal en sus crías, como lo hacen los humanos.