Los animales marinos siguen sufriendo las consecuencias de la guerra en Europa
El 26 de septiembre de 2022, unos desconocidos rompieron los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 que transportaban gas de Rusia a la Unión Europea, con cuatro explosiones coordinadas en las zonas económicas exclusivas de Dinamarca y Suecia. Un estudio que se encuentra bajo revisión por pares en una revista y que ha sido publicado como preprint analiza cómo pudo impactar esto a los animales marinos.
Las explosiones que inutilizaron los gasoductos submarinos Nord Stream que transportaban gas de Rusia a la Unión Europea en septiembre pasado, abrieron una discusión diplomática acerca del responsable. Pero ahora un nuevo estudio sugiere que la política y la oferta de gas no fueron los únicos temas afectados. Las explosiones habrían liberado más de 115.000 toneladas de gas natural en el transcurso de seis días, que contribuyeron a las emisiones de gases de efecto invernadero comparables a aproximadamente 15 millones de toneladas de CO2, un tercio de las emisiones anuales totales de CO2 de un país como Dinamarca.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Las explosiones que inutilizaron los gasoductos submarinos Nord Stream que transportaban gas de Rusia a la Unión Europea en septiembre pasado, abrieron una discusión diplomática acerca del responsable. Pero ahora un nuevo estudio sugiere que la política y la oferta de gas no fueron los únicos temas afectados. Las explosiones habrían liberado más de 115.000 toneladas de gas natural en el transcurso de seis días, que contribuyeron a las emisiones de gases de efecto invernadero comparables a aproximadamente 15 millones de toneladas de CO2, un tercio de las emisiones anuales totales de CO2 de un país como Dinamarca.
Pero las explosiones, además, se produjeron cerca de un conocido vertedero de armas químicas de la Segunda Guerra Mundial, donde en 1947 se vertieron 11.000 toneladas de agentes de guerra química, lo que suscitó preocupación medioambiental. Los científicos creen que las explosiones arrojaron un total de 250.000 toneladas de sedimentos, que llegaron hasta los 30 metros bajo el nivel del mar. Estos sedimentos tendrían varios contaminantes, incluido metales pesados y agentes de guerra química.
Puede ver: La controversia que se armó por un artículo sobre “bienestar animal” en el PND
Los investigadores predijeron, entonces, que más de 5,8 miligramos de esos sedimentos suspendidos por litro de agua de mar serían dañinos para la vida marina. Ese umbral de seguridad se superó durante 15 días, a profundidades de entre 95 y 53 metros. Para el gasoducto Nord Stream 2, el umbral se superó durante 34 días, a profundidades de entre 78 y 42 metros. En total, dicen los investigadores, las explosiones contaminaron 11 kilómetros cúbicos de agua de mar durante más de un mes.
Hay criaturas como las marsopas (cetáceo de hasta 18 metros de longitud) que vive en el Báltico y cuya población se calcula que asciende a unos 500 individuos. Durante la época de reproducción (mayo-octubre), esta población se reúne en zonas de las aguas territoriales suecas situadas a unos 40 km al este de las explosiones septentrionales. Por tanto, es probable que los individuos de esta población estuvieran presentes en la zona a finales de septiembre y, en consecuencia, pudieran verse afectados.
Aunque la baja densidad de marsopas significa que el número de individuos impactados fue probablemente bajo, los investigadores creen que la población es tan pequeña que la pérdida o lesión grave de un solo animal, especialmente si es una hembra adulta, podría tener un impacto en la población. Para la población de focas grises del Báltico y la población local de focas de Kalmarsund, que son más grandes y menos vulnerables, los impactos se producirían a nivel individual más que poblacional.
Puede ver: Allanan vivienda de extranjero señalado de tener ilegalmente fauna silvestre
La cuenca afectada por las explosiones es además la zona tradicional de desove y cría de la población oriental de bacalao del Báltico. La ruptura del gaseoducto se produjo al final de la temporada normal de desove del bacalao, de marzo a septiembre. Además, la resuspensión de sedimentos tóxicos pudo haber alcanzado a los peces, así como a los bacalaos juveniles y los huevos de la zona durante más de un mes. Los efectos a largo plazo más probables en los peces serían, predicen los investigadores, alteraciones en sus funciones bioquímicas y fisiológicas, debido a la exposición de sustancias tóxicas.
La carga de contaminantes en los sedimentos por este fenómeno probablemente añadió más presión a las ya existentes, sometiendo, por ejemplo, a la población de bacalao del Báltico a un estrés adicional, concluye el estudio, que se encuentra ahora mismo siendo revisado por pares y fue publicado en versión preprint.