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Mientras en Colombia se conmemoraba el Día Mundial del Agua, en las montañas de Boyacá el complejo de páramo Tota – Bijagual – Mamapacha, en la jurisdicción del municipio de Aquitania, ardía en llamas.
Las denuncias fueron hechas por un campesino de la zona y por los miembros del colectivo Cumbres Blancas Colombia, un proyecto que busca visibilizar y conservar los glaciares y la alta montaña en el país, reconocer su estado actual y difundir acciones para su cuidado.
Hace un mes, el 19 de febrero, también habían denunciado el incendio en el Parque Natural Siscunsí, en el páramo de Ocetá, que rápidamente se visibilizó por redes sociales. (En contexto: En fotos: así quedó el Parque Natural Siscunsí, en Boyacá, tras el incendio)
Según informaron habitantes de la zona a El Espectador, los dos páramos donde ocurrieron los incendios son muy cercanos, por lo que, con preocupación, creen que el principal propósito podría ser expandir las zonas de agricultura y ganadería.
“Pedimos una explicación, pedimos que se tomen medidas reales, pues estas imágenes se volvieron habituales en el departamento de Boyacá”, señalaron desde Cumbres Blancas pidiendo respuestas a la Corporación Ambiental Corpoboyacá. “Hace cerca de un mes denunciamos otro incendio en el departamento, del cual tampoco hay resultados concretos de la investigación”, recalcaron.
Tras jornadas intensas de trabajo, el cuerpo de bomberos de Aquitania logró controlar las llamas. “Tras denuncias de la comunidad estuvimos trabajando el lunes hasta las 9:30 de la noche y el martes desde las 7 a.m. hasta las 5:30 p.m.”, aseguran desde el cuerpo de bomberos. Se estima que cerca de 65 hectáreas se vieron afectadas y el origen del fuego se encuentra actualmente en materia de investigación. Sin embargo, las afectaciones son evidentes.
Según el botánico e investigador Mauricio Diazgranados, las especies afectadas por este incendio son el Frailejón guacharaco (Espeletiopsis guacharaca) y el Frailejón perrito (Espeletia lopezii). Además, los incendios no solo afectan a los frailejones y las plantas del lugar, sino que también desplazan la fauna que habita en el páramo.
“El ecosistema de páramo es resiliente a los incendios naturales, cuando estos se dan en baja frecuencia. Algunos frailejones pueden sobrevivir incluso a quemas de baja intensidad, y es frecuente ver las huellas de incendios pasados en los tallos de los frailejones. Los incendios provocados por el hombre normalmente alteran la frecuencia de quemas que recibe el páramo, generando daños severos en la estructura, composición y funcionalidad de las zonas afectadas”, explica Diazgranados.
Según indica, el fuego elimina la biomasa y la necromasa vegetal, es decir, las hojas secas que recubren los tallos de los frailejones y que funcionan como esponjas de agua. “De esta manera el fuego afecta directamente el almacenamiento, aprovisionamiento y regulación del agua en el páramo”, afirma.
Incendios como los que se han presentado recientemente en los páramos de Boyacá no solo afectan la biodiversidad local, sino que, a mayor intensidad, elimina también elementos estructurales como frailejones, arbustos y árboles enanos. En otras palabras, como explica el investigador, no solo se afecta la composición del páramo, sino también la estrucuta de las comunidades en el ecosistema.
“El tiempo de recuperación depende de la intensidad del evento y del historial de quemas en la zona afectada, pero normalmente se hace para favorecer el ingreso de especies exóticas como pastos africanos, para introducir ganadería en el territorio”, concluye.
Puede encontrar más videos y fotos del incendio en esta publicación: