Los problemas de fondo detrás de las inundaciones en Medellín
La capital antioqueña vive una emergencia por las fuertes lluvias, que ya causaron la muerte de dos personas dentro de un auto. Detrás de la situación se esconden varios problemas de fondo que requerirán grandes esfuerzos para que no haya más tragedias. ¿Qué soluciones se están poniendo sobre la mesa?
Luisa Fernanda Orozco
Medellín ha vivido intensas jornadas de lluvia en este 2023. Imágenes como las del Audi que quedó atrapado en la inundación del “deprimido de los músicos”, en el barrio Conquistadores, se hicieron virales el pasado sábado 14 de enero. La tragedia terminó en el fallecimiento de la pareja al interior del vehículo.
El martes 17 nuevamente se desataron las precipitaciones y esta vez la contingencia sucedió en el soterrado de la autopista regional con sentido sur-norte, también en el barrio Conquistadores, en el sector conocido como Parques del Río, donde se encuentra el alumbrado navideño inspirado en la película de Disney, “Encanto”.
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Medellín ha vivido intensas jornadas de lluvia en este 2023. Imágenes como las del Audi que quedó atrapado en la inundación del “deprimido de los músicos”, en el barrio Conquistadores, se hicieron virales el pasado sábado 14 de enero. La tragedia terminó en el fallecimiento de la pareja al interior del vehículo.
El martes 17 nuevamente se desataron las precipitaciones y esta vez la contingencia sucedió en el soterrado de la autopista regional con sentido sur-norte, también en el barrio Conquistadores, en el sector conocido como Parques del Río, donde se encuentra el alumbrado navideño inspirado en la película de Disney, “Encanto”.
El Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata) dijo que las lluvias comenzaron alrededor de las 3:20 p.m. Horas después, circuló un video en redes sociales en el que se veía al río Medellín avanzar de manera brusca, casi con oleaje, amenazando con desbordarse de su cauce. El deprimido de la autopista sur, que fue construido al lado del afluente, se llenó parcialmente de agua y allí quedaron atrapados un bus y un vehículo particular. Las 15 personas que allí iban fueron rescatadas con vida por el Cuerpo de Bomberos de la ciudad. (Le puede interesar: Fuertes lluvias aumentaron el nivel del río Medellín a “riesgo alto”)
Pero eso no fue todo: se reportaron 105 descargas eléctricas durante ese mismo día en la capital antioqueña, y el río Medellín estuvo en alerta roja a la altura de los puentes Machado de la avenida 33 y el sector de la Aguacatala.
Según el Siata, las quebradas que registraron mayor aumento en sus caudales fueron La Presidenta, La Volcana y La Aguacatala. Ante la tragedia, el 18 de enero, Daniel Quintero, alcalde de Medellín, anunció una posible solución: la construcción de un plan maestro a 30 años para mitigar los riesgos de inundaciones y emergencias por lluvias.
“Hoy, por ejemplo, el alcantarillado de la ciudad, que fue diseñado hace más de 70 años para flujo libre (...) está corriendo a presión y toda el agua que está cayendo no está siendo procesada. Eso va a implicar inversiones que van a superar $10 billones en el cambio de alcantarillado. Con este plan maestro, las futuras administraciones podrán adjudicar o separar los recursos que van a necesitar para estos procesos”, dijo Quintero.
¿Resolverá esa idea la grave situación que vive hoy Medellín? ¿Qué factores explican la emergencia de la capital antioqueña? ¿Cómo evitar que continúen sucediendo más tragedias?
¿Por qué se inundan los soterrados de Medellín?
No es novedad que en Medellín haya fuertes lluvias que terminen en contingencias. El año pasado explicamos en un artículo los factores que generan inundaciones con mayor frecuencia. De acuerdo con varios expertos, una de las razones tenía que ver con un efecto conocido como “impermeabilización”.
Para entender este concepto, imaginemos lo siguiente: una ciudad con más de 300 fuentes hídricas comienza a urbanizarse en su valle y sus laderas. Las nuevas infraestructuras ocupan espacios que antes eran zonas verdes arborizadas que absorbían el agua lluvia cuando caía. Pero ahora, al llover, el líquido corre de manera superficial y no subterránea, lo cual hace que se concentre más rápido, y en mayor cantidad, en el río Medellín.
Esto es lo que conocemos como impermeabilización, y según Jaime Ignacio Vélez, ingeniero civil de la Universidad Nacional, el problema no es solo del principal afluente sino de toda la ciudad. (Le puede interesar: Damnificados en La Mojana protestan para exigir el cierre del dique de Cara de Gato)
“El río Medellín y las demás quebradas han presentado contingencias toda la vida. El problema es que cada vez se urbaniza en mayor cantidad y es más impermeable el territorio. Cuando la ciudad crece, todos los afluentes naturales se convierten en unos canales de cemento con un flujo más rápido. Eso hace que los caudales que llegan al río sean mayores”, explica Vélez.
Para Vélez, como los suelos tienen muy poca capacidad de absorción, el problema crece cada vez que llueve. La situación suele superar la capacidad hidráulica de muchos canales, es decir, la capacidad que deberían tener los cauces para evacuar o almacenar temporalmente el agua lluvia que circula sobre sus superficies.
“En un principio se pensó que sería suficiente, pero ahora nos estamos quedando cortos. Es hora de que Medellín revise su red de drenaje”, añade el ingeniero.
También se debe tener en cuenta otro factor: el periodo de retorno, o sea, un evento crítico que puede repetirse cada cierta cantidad de tiempo, por ejemplo, cada cien años, y que podría comprometer la capacidad de la construcción.
Aunque resulta difícil predecir las inundaciones que pueda tener una infraestructura, Vélez afirma que es un deber el garantizar que no haya un colapso total que ponga en riesgo la vida de las personas, como sucedió el pasado 14 de enero. Y es que hace 30 años, ya había sucedido algo similar: cuatro músicos murieron por una inundación en ese mismo punto que, desde entonces, llaman, en conmemoración a esa tragedia, el “soterrado de los músicos”.
Las causas estructurales
La Alcaldía de Medellín, a través del comité de Aseo y Ornato, interviene constantemente los 15 deprimidos viales que tienen mayor riesgo de emergencias cuando se presentan fuertes lluvias.
Según la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad, los trabajos de mantenimiento y limpieza se llevan a cabo de manera frecuente en los deprimidos de Los músicos, Bulerías, Villanueva, Alpujarra, calle 10 con la Avenida El Poblado, Aguacatala, Parques del Río, Bulerías, San Juan con la 80, Feria de Ganado, Policía Antioquia, Transversal Inferior, Punto Cero, Solla y Terminal del Norte.
Los soterrados de Parques del Río, entre los que se encuentra el de la autopista regional, son dos túneles y cada uno cuenta con “más de 2.000 componentes eléctrico-mecánicos que reciben mantenimiento preventivo permanente. Entre esos componentes se encuentran los sistemas de iluminación, ventilación y bombeo”, asegura ese despacho. (Le puede interesar: Tres años seguidos de La Niña: inundaciones y sequías desbordadas)
En palabras de Vélez, los deprimidos no deberían inundarse. Cuando sucede, quiere decir que no están evacuando bien el agua. En algunos con rampas con mucha pendiente, como el de “los músicos”, el agua ya no tiene posibilidad de fluir. “Vale la pena revisar los diseños de esas obras, que deberían tener una capacidad de evacuación y periodo de retorno”.
También, en el caso del soterrado de la autopista regional, cuando se construyen este tipo de infraestructuras tan cercanas al río se corre un riesgo. “Desde la ingeniería puede haber soluciones que no suelen ser muy costosas, aunque deben estar bien planeadas”, puntualiza el profesor.
Los problemas de funcionamiento también se deben a dos factores: el mantenimiento y el diseño. Velez afirma que, en una ciudad donde hay periodos de tiempo en los que ocurren lluvias recurrentes, el primer factor no puede hacerse con la frecuencia esperada y es por eso que el segundo, o sea el diseño, debería ser más robusto.
Cuando el nivel del río sube, el deprimido tiene un sistema de drenaje acorde al diseño con el que se construyó. Por eso, dice Jaime Ignacio, es importante que lo que se haya diseñado tenga una capacidad de evacuación constante y un sistema de respaldo en caso de que falle el principal.
Ahora, si bien antiguamente no ocurrían este tipo de emergencias porque los alrededores del río Medellín y las quebradas del Valle de Aburrá no estaban tan urbanizadas, las inundaciones siempre han existido en la ciudad, solo que antes se tenían unos predios por los que el río podía desbordarse de manera natural.
En eso coincide Alejandro Echeverri, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad Eafit. “En estos momentos de crisis se revelan causas estructurales. Este problema no es solo del río Medellín, sino de las cuencas que desembocan en él, que son más de 300 quebradas y afluentes”.
Algunas de esas quebradas fueron canalizadas hace años y se encuentran bajo tierra. Con el tiempo han cambiado de ruta, y el mismo alcalde Daniel Quintero anunció que esos nuevos trayectos se desconocen. Según él, se requerirá de una tecnología especial que permita identificar por dónde pasan y si comprometen alguna vivienda. (Puede leer: Campaña científica en Antioquia para encontrar al pajarito más paisa del mundo)
Esto, en palabras de Echeverri, se soluciona con una política integral de restauración que identifique con precisión cuál es el problema que se debe solucionar. “El cambio climático es real. No solo ha sucedido lo que ocurrió en el deprimido de los músicos, sino que muchos otros sectores de la ciudad también lo vienen presentando en forma de inundaciones y deslizamientos. Lo que estamos viendo es una fotografía que del río que se multiplica en otras zonas, como los barrios periféricos, que corren con un riesgo altísimo”.
Una solución con dudas
Ante este cúmulo de problemas, el alcalde Daniel Quintero propuso una solución de $10 billones que, como cuenta Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana de Medellín, es un plan que tiene tres fases: la primera consiste en implementar unos sensores que, a través del Siata, indiquen posibles momentos de riesgo para los vehículos y los ciudadanos; la segunda se compone de un protocolo que indique cómo actuar durante ellos; y la tercera es “un instrumento que pueda servir como barrera real para evitar el ingreso de estos mismos vehículos y motocicletas”, explica Palacio.
Se ha pensado que este instrumento pueda ser en forma de talanqueras que midan el nivel del agua e indiquen cierres en soterrados como el de la autopista y el deprimido de los músicos. Los bomberos, el tránsito y la policía harían cierres adicionales según la necesidad.
Palacio dice que las talanqueras son buenas como solución provisional para cuidar las vidas de las personas. “Pero yo creo que sí hay que rediseñar los sistemas de drenaje, por ejemplo, en rampas como la del soterrado de los ‘músicos’”.
Pero, para el ingeniero Vélez, las talanqueras podrían generar desorden vial y personas podrían intentar cruzarlas por el afán del tráfico. “Si cada vez que llueve un poquito se cierra la vía, la ciudad va a colapsar”, complementa Velez.
Por su parte, Juan David Palacio señala que las medidas restrictivas deben ser tomadas cuando se requiera, y que no siempre que llueve se deben cerrar las vías. “Nosotros desarrollamos el protocolo, los sensores y los instrumentos, pero la competencia ligada a la movilidad está atada a la oficina de riesgos de cada municipio. Empresas Públicas de Medellín (EPM) también debe hacer lo propio y garantizar la capacidad hidráulica. Debemos tener un trabajo articulado: el Área Metropolitana, a través de los sensores y los instrumentos, pero eso deberá ser operado por la ciudad núcleo o por EPM”. (Le puede interesar: Ghisliane Echeverry Prieto fue posesionada como nueva directora del Ideam)
Al preguntar a la Alcaldía de Medellín por la entidad encargada de operar este plan de contingencia, recordó que el plan todavía era joven y apenas se había anunciado el 18 de enero. En otras palabras, aún no tiene una ruta de implementación clara.
Sin embargo, para el profesor Velez, el problema debería ser abordado en un plan maestro soportado técnicamente que se convierta en una política pública duradera, que sobreviva al cambio de mandatarios en la Alcaldía. “Cada alcalde quiere dejar el presupuesto con obras futuras, pero no es un plan maestro bien soportado técnicamente. Cada administración debe cumplir su parte con un gran proyecto para que hagamos programas de adaptación al cambio climático. No deberían haber pequeños proyectos a corto plazo”, puntualiza.
Otras soluciones planteadas por Echeverri, de la Eafit, giran en torno al hecho de que la capital antioqueña y su área metropolitana tienen alrededor de 300 quebradas y afluentes.
“Debe haber una política pública que las contemple porque muy pocas ciudades tienen más de 300 quebradas que se puedan convertir, por ejemplo, en parques públicos. Desde los años 50 y 60 se canalizaron muchas quebradas. No teníamos un problema tan crítico porque no habíamos afectado tanto las partes altas, pero ahora la urbanización está teniendo más impactos. Este problema podría ser una oportunidad para convertir ese sistema hídrico del Valle de Aburrá en zonas de conservación”, cuenta Echeverry.
Otra de las soluciones que plantea es la de designar un observatorio de la gestión del agua y las cuencas que muestre su comportamiento en tiempo real. En sus palabras, se deben regular las normas de infraestructura para buscar soluciones enfocadas en la naturaleza, como la construcción de jardines de lluvia para conducir el agua.
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