Por primera vez, observan particular alteración en una especie rara de tiburón
Aunque los cerdos marinos son animales particulares, un grupo de pescadores capturó un individuo con una característica única. Investigadores de Albania lo estudiaron e identificaron qué causaba su anormal pigmentación.
El tiburón angular (Oxynotus centrina) es un animal particular: además de vivir a profundidades entre los 60 y los 600 metros, sus ojos muy abiertos, los grandes orificios nasales y el hocico rosado son características que le han valido a este pez una comparación con un mamífero terrestre muy conocido, por lo que también se conoce como cerdo marino.
Viven en todo el Atlántico oriental, desde Noruega hasta Sudáfrica, pero a pesar de esta amplia distribución, cada vez es más difícil encontrarlos, ya que es una especie catalogada como en peligro crítico de extinción. Por estas razones, un grupo de pescadores se llevó una sorpresa cuando, frente a una isla deshabitada de Albania, capturaron a un cerdo marino con una particular condición.
Esta especie suene ser de color marrón oscuro e incluso negro, lo que les permite mimetizarse en los entornos profundos y oscuros en los que suelen vivir. El individuo capturado tenía una “pigmentación anormal y presentaba una coloración notablemente pálida”, según escribieron un grupo de investigadores del Centro de biología marina y de agua dulce de Albania.
Tras varios análisis, liderados por Andrej Gajić, Explorador de National Geographic, el grupo de científicos determinó que el tiburón tenía leucismo, un raro trastorno pigmentario que hace que la piel parezca más pálida o blanca. A diferencia del albinismo, donde la pérdida del pigmento melanina es total, el leucismo es una pérdida parcial de este pigmento.
En su investigación, publicada en la revista académica Fish Biology, los biólogos señalaron que este es el primer caso documentado de leucismo en esta especie y el primer trastorno de color en la familia Oxynotidae Gill.
Según le dijo Gajić al medio IFLScience, “algunas investigaciones sugieren que la falta de pigmentación puede hacer que los individuos sean más visibles tanto para los depredadores como para las presas, reduciendo potencialmente sus posibilidades de supervivencia”.
Sin embargo, su investigación también permitió establecer que los trastornos de pigmentación no afectan su capacidad de alimentación, de evadir a los depredadores, así como tampoco impiden su madurez sexual y reproducción.
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El tiburón angular (Oxynotus centrina) es un animal particular: además de vivir a profundidades entre los 60 y los 600 metros, sus ojos muy abiertos, los grandes orificios nasales y el hocico rosado son características que le han valido a este pez una comparación con un mamífero terrestre muy conocido, por lo que también se conoce como cerdo marino.
Viven en todo el Atlántico oriental, desde Noruega hasta Sudáfrica, pero a pesar de esta amplia distribución, cada vez es más difícil encontrarlos, ya que es una especie catalogada como en peligro crítico de extinción. Por estas razones, un grupo de pescadores se llevó una sorpresa cuando, frente a una isla deshabitada de Albania, capturaron a un cerdo marino con una particular condición.
Esta especie suene ser de color marrón oscuro e incluso negro, lo que les permite mimetizarse en los entornos profundos y oscuros en los que suelen vivir. El individuo capturado tenía una “pigmentación anormal y presentaba una coloración notablemente pálida”, según escribieron un grupo de investigadores del Centro de biología marina y de agua dulce de Albania.
Tras varios análisis, liderados por Andrej Gajić, Explorador de National Geographic, el grupo de científicos determinó que el tiburón tenía leucismo, un raro trastorno pigmentario que hace que la piel parezca más pálida o blanca. A diferencia del albinismo, donde la pérdida del pigmento melanina es total, el leucismo es una pérdida parcial de este pigmento.
En su investigación, publicada en la revista académica Fish Biology, los biólogos señalaron que este es el primer caso documentado de leucismo en esta especie y el primer trastorno de color en la familia Oxynotidae Gill.
Según le dijo Gajić al medio IFLScience, “algunas investigaciones sugieren que la falta de pigmentación puede hacer que los individuos sean más visibles tanto para los depredadores como para las presas, reduciendo potencialmente sus posibilidades de supervivencia”.
Sin embargo, su investigación también permitió establecer que los trastornos de pigmentación no afectan su capacidad de alimentación, de evadir a los depredadores, así como tampoco impiden su madurez sexual y reproducción.
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