Por primera vez, un barco de Greenpeace monitoreará el Pacífico colombiano
La organización ambiental sin ánimo de lucro Greenpeace llevó su barco Artic Sunrise hasta el puerto de Buenaventura por primera vez. Su objetivo será monitorear la biodiversidad y daños por contaminación en ecosistemas cruciales para nuestro país, como la isla Gorgona y Malpelo.
Luisa Fernanda Orozco
Este martes, 2 de abril, el barco Artic Sunrise, de la organización ambiental Greenpeace, recorrerá por primera vez el océano Pacífico colombiano, importante corredor de la biodiversidad a nivel mundial pues, entre muchas cosas, es el lugar de reproducción para más del 80 % de ballenas jorobadas de todo el mundo. Desde el pasado sábado, 30 de marzo, la embarcación se detuvo en el puerto de Buenaventura, Valle del Cauca, donde en octubre de este año se realizará uno de los eventos más reconocidos en materia ambiental del mundo: la cumbre de biodiversidad COP16.
Greenpeace es una organización sin ánimo de lucro que impulsa iniciativas ambientales a nivel mundial. Aunque son usualmente reconocidos por su labor contra los cazadores de ballenas jorobadas, también han apoyado proyectos en Colombia como la prohibición del asbesto en 2021.
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Este martes, 2 de abril, el barco Artic Sunrise, de la organización ambiental Greenpeace, recorrerá por primera vez el océano Pacífico colombiano, importante corredor de la biodiversidad a nivel mundial pues, entre muchas cosas, es el lugar de reproducción para más del 80 % de ballenas jorobadas de todo el mundo. Desde el pasado sábado, 30 de marzo, la embarcación se detuvo en el puerto de Buenaventura, Valle del Cauca, donde en octubre de este año se realizará uno de los eventos más reconocidos en materia ambiental del mundo: la cumbre de biodiversidad COP16.
Greenpeace es una organización sin ánimo de lucro que impulsa iniciativas ambientales a nivel mundial. Aunque son usualmente reconocidos por su labor contra los cazadores de ballenas jorobadas, también han apoyado proyectos en Colombia como la prohibición del asbesto en 2021.
Tatiana Céspedes, coordinadora del reciente proyecto en nuestro país, explica que el objetivo es que el Artic Sunrise llegue a la Isla Malpelo, declarada en 1995 como área protegida en la categoría de Santuario de Flora y Fauna por el Gobierno Nacional. Además, fue reconocida como “Zona Marina Especialmente Sensible” por la Organización Marítima Internacional y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Todo esto debido a que alberga una gran cantidad de especies marinas vitales para el ecosistema, entre ellas el tiburón ballena y el tiburón martillo, de los cuales este último está catalogado como especie vulnerable, lo que quiere decir que su población podría verse reducida como consecuencia de la actividad humana.
El Artic Sunrise también tendrá como objetivo visitar el Monte Navegador, que hace parte de la cadena de montañas submarinas cerca a Malpelo y roza límites con las aguas internacionales que carecen de jurisdicción para su cuidado ambiental. “Esto lo hace más vulnerable a la explotación”, dice Céspedes. “Por eso, nuestro propósito es monitorear la biodiversidad del sector, pero, sobre todo, llamar la atención de la opinión pública evidenciando las afectaciones que encontremos”, cuenta.
Por ejemplo, en otros territorios que visitaron antes de Colombia, como las Islas Galápagos (Ecuador), observaron grandes cantidades de residuos, entre ellos plásticos, surcando las aguas en las que navegaron. De hecho, en una bolsa que trajeron consigo hasta Buenaventura, recogieron gran cantidad de desechos que esperan dejar en el próximo puerto al que lleguen para su debido tratamiento.
En las Islas Galápagos también hicieron el llamado “trackeo” de especies que, en palabras de Céspedes, consiste en ponerle un dispositivo a algunas especies para monitorear su comportamiento: dónde permanecen con regularidad y hasta qué lugares llegan cuando es época migratoria. Así pueden observar si sus rutas se cruzan o no con zonas en las que haya pesca ilegal o con cualquier otra práctica que amenace su supervivencia.
Uno de los temas a los que le hará seguimiento la tripulación del barco es a la captura incidental de 11 especies de tiburones y cuatro de rayas marinas que volvió a ser permitida en el país tras casi tres años de prohibición. Este tema, como hemos explicado en varios artículos (como este o este), ha generado distintas reacciones. Para varios biólogos, la nueva normativa (que sigue construyéndose) es positiva, en tanto establece unos criterios claros de cómo se puede aprovechar la carne de los animales capturados de manera incidental, es decir, no intencional. Mientras tanto, otros científicos aún tienen reparos sobre el efecto que pueda tener la disposición sobre la población de los tiburones.
Irene Arroyave Trujillo, investigadora de la Fundación Malpelo que, además, estará en el Artic Sunrise durante su paso por el Pacífico colombiano, considera que este es un tema fundamental para revisar, pues “hay muchas ocasiones en las que, de los 10.000 anzuelos que lanzan los pescadores, recogen el 80 % con tiburones”.
Un barco de muchas historias
El Artic Sunrise es un barco que, a simple vista, parece pequeño. Está atracado en el puerto de la Sociedad Portuaria de Buenaventura y, en parte de su cubierta, un cartel que reza “Protege al Pacífico colombiano”. Está pintado con el característico arcoíris de Greenpeace y un color verde que lo diferencia de los demás del puerto, que cargan y descargan contenedores constantemente. Por dentro es amplio: tiene indumentaria de todo tipo, como chalecos salvavidas, cascos y un mapa de todo el mundo colgado en el salón principal. La cocina y los pequeños cubículos para dormir se encuentran ocultas entre puertas y cortinas.
Aunque tiene capacidad para 30 personas, actualmente alberga a 16, entre voluntarios y marinos profesionales. El personal cambia cada tres meses y tiene a personas de diversas nacionalidades que quieran colaborar con Greenpeace. Uno de sus ingenieros, Luisfer Vásquez, es colombiano nacido en Bogotá y trabaja con el proyecto hace 17 años. Vásquez explica que el Artic Sunrise es un rompehielo que fue en Noruega hacia 1975. Desde 1995, cuando fue adquirido por la organización, ha visitado varios lugares del mundo con el propósito de promover campañas ambientales y, en algunas ocasiones, transportar ayudas humanitarias.
Por ahora, el barco zarpará este mismo martes a las 4 de la tarde con rumbo a Malpelo. El ingeniero Vásquez espera llegar a la isla tras 8 o 10 días de camino, para luego continuar su rumbo hasta las Bahamas. En su trayecto, quieren posicionar dos iniciativas que Greenpeace impulsa desde hace años: la primera es el Tratado de los Océanos, que busca proteger el 30 % de aguas internacionales para la prohibición de cualquier actividad que explote su ecosistema. “En el Pacífico, es importante salvaguardar la zona que va desde Costa Rica hasta el Ecuador, pues es una ruta de migración importante de diversas especies”, dice Céspedes.
La segunda, cuenta la coordinadora del proyecto, es el Tratado de Plástico, que pretende reducir su consumo por lo menos en un 75 % a nivel mundial. “Se han encontrado plásticos y microplásticos en alimentos para consumo humano, y múltiples estudios científicos han comprobado lo nocivo que esto es para los seres humanos y animales”.
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