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Durante el 2021 Europa vivió un récord del que no se habla mucho: en el año 2021 se removieron 239 barreras que estaban en ríos de 17 países, incluidas las represas, el mayor número reportado hasta ahora. Así lo indicó un reporte sobre el tema titulado Dam Removal Europe´s anual report.
La idea, explican los expertos entrevistados por el periódico The Guardian, es que esto sirva para recuperar las rutas de los peces migratorios e impulsar la recuperación de la biodiversidad. “Un número cada vez mayor de gobiernos, ONG, empresas y comunidades comprenden la importancia de detener y revertir la pérdida de la naturaleza, y creen que la eliminación de las presas es una herramienta de restauración de los ríos que aumenta la biodiversidad y mejora la resiliencia climática. También estamos viendo las lecciones aprendidas de anteriores eliminaciones de presas”, explicó al periódico inglés Pao Fernández Garrido, gerente del proyecto World Fish Migration Foundation y autor del reporte. (Le puede interesar: Pez basa: el otro “hipopótamo” en Colombia del que nadie quiere hablar)
Entre los 17 países tenidos en cuenta en el reporte, España es el que lleva la delantera con barreras de los ríos removidas, con 108, seguido por Suecia (40), Francia (39), Finlandia (16), Reino Unido (10) y Estonia (7). El resto de los países reportados, quitaron entre 3 y una barrera cada uno.
Además, en el caso de Portugal, Montenegro y Eslovaquia se trató de la primera vez que hicieron algo así, y en Finlandia, de hecho, se desmanteló una hidroeléctrica que estaba funcionando. Pero, según el reporte, el trabajo que queda adelante por remover estas barreras es largo, ya que, estiman, en todos los ríos de Europa habría más de 150.000 barreras viejas y obsoletas. (Le sugerimos: Pesca deportiva: de actividad clave en comunidades a polémico caso de maltrato animal)
A pesar de que las represas y la energía hidroeléctrica es catalogada como energía limpia, en términos de cambio climático, los impactos que estas barreras tienen en los ríos empiezan a hacerse evidente, y no solo en Europa, sino en todo el mundo. En febrero de 2018, por ejemplo, un estudio publicado en la revista Science Advances reveló que las hidroeléctricas están fragmentando la conectividad entre los Andes y la Amazonía. La investigación, entre otros datos, señaló que, para ese momento, el número de represas en operación era casi dos veces más alto del que se reportaba anteriormente para la Amazonía Andina. En total, 142 represas hidroeléctricas ya estaban construidas o en construcción, y 160 estaban siendo propuestas. Estas represas, advertían, drenaban las cabeceras andinas del Amazonas, a lo largo de ocho cuencas: Caquetá, Putumayo (Colombia), Ucayali, Marañón (Perú) y Madeira (Brasil). (Le sugerimos: Más allá de la espuma, el grave problema de contaminación en un río de Mosquera)
Además, un análisis realizado el año pasado, también por el proyecto World Fish Migration Foundation, encontró que las poblaciones de peces migratorios a nivel mundial habían caído en un 76% desde 1970. “La caída fue aún mayor en Europa, con un 93%, y para algunos grupos de peces, con las poblaciones de esturión y anguila, ambas con un descenso superior al 90%”, contaba The Guardian sobre este reporte.