Ríos de Cordillera de los Andes serían focos de emisión de dióxido de carbono y metano
Un estudio encontró que los ríos de la cordillera de los Andes estarían aportando a la cuenca del río Amazonas el 35% y el 72% de las emisiones fluviales de dióxido de carbono (CO₂) y de metano (CH4). Los resultados fueron publicados en la revista Communications Earth & Environment.
Al parecer, los ríos de la cordillera de los Andes estarían aportando a la cuenca del río Amazonas el 35% y el 72% de las emisiones fluviales de dióxido de carbono (CO₂) y de metano (CH4), dos de los principales gases de efecto invernadero que han contribuido al calentamiento global. (Lea: Consumir este pez invasor podría beneficiar los ríos de Estados Unidos)
Así lo demuestra un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lieja (Bélgica). Alberto Borges, director de Investigación de la FNRS en la Unidad de Investigación FOCUS de la Universidad de Lieja y quien hizo parte de este estudio, explica en un comunicado que “el río Amazonas es el río más caudaloso del planeta en términos de caudal de agua dulce. Además, drena la selva tropical más grande del planeta”.
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Al parecer, los ríos de la cordillera de los Andes estarían aportando a la cuenca del río Amazonas el 35% y el 72% de las emisiones fluviales de dióxido de carbono (CO₂) y de metano (CH4), dos de los principales gases de efecto invernadero que han contribuido al calentamiento global. (Lea: Consumir este pez invasor podría beneficiar los ríos de Estados Unidos)
Así lo demuestra un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Lieja (Bélgica). Alberto Borges, director de Investigación de la FNRS en la Unidad de Investigación FOCUS de la Universidad de Lieja y quien hizo parte de este estudio, explica en un comunicado que “el río Amazonas es el río más caudaloso del planeta en términos de caudal de agua dulce. Además, drena la selva tropical más grande del planeta”.
Este último punto, añade Borges, proporciona a los ríos grandes cantidades de carbono orgánico que los microbios transforman en CO₂ y CH4, los cuales son después emitidos a través de las aguas superficiales a la atmósfera. Los resultados fueron publicados en la revista Communications Earth & Environment.
El investigador cuenta que hasta el momento, la mayoría de los estudios sobre emisiones de CO₂ y CH4 a la atmósfera por los ríos Amazonas se habían enfocado en los llanos de la Amazonía central, al menos a 1.000 kilómetros de la Cordillera de los Andes.
Por primera vez, se centraron en los ríos de montaña, los cuales “mostraron que generar emisiones de CO₂ y CH4 diferentes a las de los ríos de tierras bajas”, añade el investigador. Cabe resaltar que la cuenca del río Amazonas está ubicada en la Cordillera de los Andes y fluye a través de Perú, Colombia, Ecuador y Brasil hasta el Océano Atlántico. (Puede leer: Los ríos de Alaska se están tiñendo de naranja, ¿por qué?)
Además, hay tres sistemas fluviales anidados en montañas que están propagados por llanuras. El primero de ellos es el arroyo de la montaña, que es pequeño y fluye rápidamente sobre un terreno escarpado y rocoso. Estas condiciones generan un intercambio físico de gases con la atmósfera mucho más sólido. “Por el contrario, el terreno escarpado no permite una gran acumulación de suelos que soporten la producción de CO₂ y CH4″, dicen los investigadores en el documento.
El segundo sistema es el de río de las tierras bajas, que es ancho y se extiende sobre un terreno llano. El flujo de agua es más lento y no promueve el intercambio físico de gases con la atmósfera tan fuertemente como en los ríos de montaña.
Pero, advierten los investigadores, “su temperatura más alta (al estar a una menor altitud) permite que crezca más vegetación y el terreno plano permite que se acumulen suelos más espesos que en las montañas. Esto debería favorecer la producción y transporte de CO₂ y CH4 a los cursos de agua de tierras bajas”.
Por último, están los de terreno llano que favorecen el desarrollo de llanuras aluviales conectadas a ríos de tierras bajas, los cuales también abastecen a los ríos de CO₂ y CH4. Estos ríos, dice Gonzalo Chiriboga, estudiante de doctorado en la Unidad de Oceanografía Química y autor principal del artículo, se denominan ‘ríos de piedemonte’. (Lea también: Ordenar a Colombia alrededor del agua, el ambicioso objetivo de Petro en el PND)
“Desde un punto de vista físico, estos ríos se parecen a los de tierras bajas, pero reciben cantidades masivas de partículas de los de montaña ubicados río arriba. Estas partículas se depositan temporalmente, luego se suspenden y se transportan río abajo hasta llegar al océano”, anota Chiriboga y, cuando las partículas se depositan como sedimento, “es cuando promueve la producción de CH4 a través de la fermentación, por lo que, en sentido figurado, los ríos de piedemonte pueden compararse con fábricas de metano”.
Para este estudio, aclara Chiriboga, se recopilaron y mostraron datos sobre los ríos de montaña y piedemonte de Ecuador. ”Encontramos que los ríos de montaña en los Andes tienen emisiones más altas que los ríos de piedemonte, y son puntos calientes para las emisiones de CO₂ y CH4, con intensidades de flujo significativamente más altas que en los ríos de las tierras bajas del Amazonas central”, finalizó el investigador.
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