“Solo el 9% de los humedales en Colombia están protegidos”: Carolina Rojas
Este viernes 10 de diciembre se llevará a cabo un seminario para el lanzamiento del documento “Humedales Urbanos en Latinoamérica: Una solución para ciudades sostenibles HUS-ODS 11″. Hablamos con la directora del proyecto.
Centro ODS para América Latina y el Caribe de la Universidad de los Andes
El próximo 10 de diciembre se llevará a cabo el seminario “Humedales Urbanos en Latinoamérica: una solución para ciudades sostenibles HUS-ODS 11″, en el cual se expondrán los resultados de un proyecto sobre humedales en ciudades de América Latina financiado por el Centro ODS de la Universidad de los Andes (CODS). El evento será transmitido por las redes del CODS y será dirigido por Carolina Rojas, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y quien trabajó como directora del proyecto.
En este proceso de investigación se abordó el problema de la pérdida de superficie de los humedales urbanos — ecosistemas esenciales para el cumplimiento de la Agenda 2030, en especial de los ODS relacionados con la salud de la biósfera — el rol de las políticas públicas, normativas ambientales e instrumentos de planificación para evitar esta pérdida y los mecanismos de participación ciudadana implementados desde el Estado, el sector privado y la comunidad para la gestión de los humedales urbanos. Se estudiaron en detalle tres humedales en América Latina: la Ciénaga de Mallorquín en Barranquilla (Colombia), Pantanos de Villa en Lima (Perú) y la desembocadura del río Aconcagua en Concón (Chile).
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Para profundizar en los resultados de la investigación, el CODS habló con Carolina Rojas y con Juanita Aldana, investigadora de la Universidad del Norte en Colombia quien también trabajó en el proyecto.
Cuéntenos sobre los resultados más relevantes sobre la investigación que van a presentar en el seminario de humedales urbanos sostenibles.
Carolina Rojas: El proyecto sobre humedales urbanos sostenibles, financiado por el CODS, hace un análisis a profundidad sobre el valor de los humedales y el aporte que le hacen al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11, sobre ciudades sostenibles. La idea de hacerlo ha sido analizar los avances en las políticas públicas y explicar por qué los humedales son claves para potenciar ciudades más sostenibles y resilientes. Para este proyecto analizamos la situación de los humedales Ciénaga de Mallorquín, en Colombia, Pantanos de Villa, en Perú, y Aconcagua, en Chile.
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Para los últimos 20 años, en los tres casos encontramos reducción de la superficie de los humedales, ya sea por dinámicas costeras, como sucede en el caso de Barranquilla, o por el crecimiento de áreas urbanas y asentamientos informales, como es el caso de Pantanos de Villa en Lima. Para el caso de Aconcagua encontramos cambios de vegetación influenciados por el desarrollo industrial en su entorno, así como por la urbanización y el avance de las praderas.
¿Qué están haciendo los países?
C. R.: En el documento también nos preguntamos sobre las políticas públicas en estos países y encontramos que en los tres existen avances en materia jurídica. Por ejemplo, el humedal Pantanos de Villa en Lima goza de protección RAMSAR, mientras que el de Colombia hace parte de un lugar RAMSAR más amplio. En el caso del de Chile, es el que menos tiene protección. Vale la pena señalar que en el análisis encontramos que los cuatro países deben actualizar sus inventarios de humedales y, tras estudiar caso a caso, encontramos que solo el 9% de los humedales en Colombia están protegidos por Sistema Nacional de Áreas Protegidas, porcentaje que en Chile ni siquiera alcanza al 1 %. En Perú, por el contrario, se llega al 50% por la figura de protección RAMSAR.
Otros datos interesantes son los siguientes: evaluando las iniciativas de participación ciudadana para conservar los humedales encontramos que Colombia es el que más tiene, con 34, lo cual es muy importante en términos de conciencia ambiental y conservación. Para el caso de Chile también encontramos que dentro de las dificultades para proteger los humedales está que la ubicación de los mismos suele ser en áreas privadas.
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El documento, adicionalmente, ofrece nuevos indicadores para analizar la protección de los humedales urbanos en América Latina teniendo como marco el ODS 11. Definimos criterios biológicos, económicos y de políticas públicas, así como de participación ciudadana, para establecer metas más precisas que permitan que las ciudades puedan reportar la superficie protegida de humedales con rigor y regularidad. De hecho, vamos a entregar unas fichas que relacionan estos nuevos indicadores con las metas del ODS 11 y así podremos aspirar a mejores indicadores oficiales.
¿Cuál es la importancia de los humedales en América Latina y el Caribe?
C. R.: Hay diferentes beneficios. En las ciudades costeras, por ejemplo, se presentarán con más frecuencia tormentas e inundaciones, y para estos casos los humedales son esenciales para mitigar daños. Otro punto importante es que las ciudades suelen carecer de áreas urbanas protegidas y naturales. En los humedales se encuentra bienestar, protección, biodiversidad y espiritualidad. Todo esto se ve amenazado.
En la crisis climática, ¿cuál es la importancia de preservar los humedales?
C. R.: Como adelantaba en la respuesta anterior, en las ciudades costeras, en donde se está evidenciando un aumento en los niveles del mar y en algunos casos sequías, los humedales son claves. En las inundaciones, por mitigación, y en las sequías, como soporte de agua dulce. En Chile, por ejemplo, los humedales son esenciales ante episodios como un terremoto porque ofrecen un soporte para recoger agua dulce de manera más rápida. Vale la pena decir que también son importantes en la captura de carbono, lo que contribuye a que no aumente la temperatura global.
¿Por qué América Latina es tan importante en cuanto a la ecología de los humedales?
C. R.: América Latina es muy rica y diversa cuando se habla de humedales. Miremos por ejemplo los manglares del Caribe o la red de humedales costeros que van hasta Chile. Esta red es crucial para las aves migratorias que vienen del hemisferio norte. La verdad es que toda la biodiversidad que tenemos con los humedales es enorme, no solo en los humedales costeros, sino en los humedales palustres, en los de las áreas alto andinas….. Lo más preocupante de todo esto es que en los últimos 30 años América Latina ha perdido el 59% de sus humedales.
¿Cuál ha sido el rol de los gobiernos? ¿Los han protegido? ¿Cuáles han avanzado más que otros?
Juanita Aldana: Los países han avanzado en generación de normas relacionadas con el rol de los gobiernos frente a ecosistemas como los humedales. Se han generado una gran cantidad de normas sobre diferentes aspectos para protegerlos. En Colombia, por ejemplo, los humedales se incluyen en la planificación territorial como determinantes ambientales o ecosistemas estratégicos. En el caso de Perú vemos que a través de procesos de gobernanza se han presentado casos exitosos de conservación y en Chile se tiene la promulgación de la ley de humedales urbanos, la única en la región y que ha permitido reconocer estos ecosistemas. Pese a estas leyes, los humedales siguen perdiendo superficie. Al final, esto demuestra que los gobiernos no han logrado protegerlos.
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¿Cuáles serían las consecuencias para la población de América Latina ante el deterioro definitivo de los humedales?
J. A.: Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre las contribuciones de la naturaleza frente al bienestar de las personas. Si el deterioro de los humedales continúa, el bienestar se verá afectado en diferentes dimensiones. El informe IPBES, por ejemplo, señalaba que dentro de las contribuciones más importantes de los humedales en la región está la regulación de la calidad del agua, así como del aire. Frente a escenarios difíciles del cambio climático, como las tormentas o las inundaciones, no contar con humedales agravaría directamente las consecuencias para la población. Por otro lado, frente a las altas temperaturas, los humedales desempeñan un papel crucial en la regulación de las islas de calor, lo cual impacta positivamente en el espacio público y en la calidad de vida de las personas. A estos efectos también se sumaría que las próximas generaciones no podrían disfrutar los humedales ni gozar de sus beneficios no solo en términos de salud sino también espirituales.
Desde nuestras acciones diarias ¿cómo podemos trabajar como ciudadanía para proteger los humedales y los ecosistemas?
C. R.: Yo comenzaría señalando que en caso de que los visitemos los respetemos y no dejemos basura. En nuestras visitas a terreno vimos mucha basura en los humedales, la cual también contamina el hábitat de especies como las aves. Si van a hacer deportes, que sean sustentables y respetuosos con el hábitat de las especies; es increíble que vayan personas a hacer deportes con Jeeps, por ejemplo. Hay que dejar de ver a los humedales como zonas de pantano abandonadas y comprender que son ecosistemas biodiversos y productivos, por eso merecen ser contemplados. Es importante también que compartamos información sobre los humedales para que como sociedad civil los protejamos y generemos conciencia y sensibilidad ambiental. Si perdemos el hábitat en el que vivimos, estamos poniendo en riesgo nuestra existencia.
El próximo 10 de diciembre se llevará a cabo el seminario “Humedales Urbanos en Latinoamérica: una solución para ciudades sostenibles HUS-ODS 11″, en el cual se expondrán los resultados de un proyecto sobre humedales en ciudades de América Latina financiado por el Centro ODS de la Universidad de los Andes (CODS). El evento será transmitido por las redes del CODS y será dirigido por Carolina Rojas, de la Pontificia Universidad Católica de Chile y quien trabajó como directora del proyecto.
En este proceso de investigación se abordó el problema de la pérdida de superficie de los humedales urbanos — ecosistemas esenciales para el cumplimiento de la Agenda 2030, en especial de los ODS relacionados con la salud de la biósfera — el rol de las políticas públicas, normativas ambientales e instrumentos de planificación para evitar esta pérdida y los mecanismos de participación ciudadana implementados desde el Estado, el sector privado y la comunidad para la gestión de los humedales urbanos. Se estudiaron en detalle tres humedales en América Latina: la Ciénaga de Mallorquín en Barranquilla (Colombia), Pantanos de Villa en Lima (Perú) y la desembocadura del río Aconcagua en Concón (Chile).
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Para profundizar en los resultados de la investigación, el CODS habló con Carolina Rojas y con Juanita Aldana, investigadora de la Universidad del Norte en Colombia quien también trabajó en el proyecto.
Cuéntenos sobre los resultados más relevantes sobre la investigación que van a presentar en el seminario de humedales urbanos sostenibles.
Carolina Rojas: El proyecto sobre humedales urbanos sostenibles, financiado por el CODS, hace un análisis a profundidad sobre el valor de los humedales y el aporte que le hacen al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11, sobre ciudades sostenibles. La idea de hacerlo ha sido analizar los avances en las políticas públicas y explicar por qué los humedales son claves para potenciar ciudades más sostenibles y resilientes. Para este proyecto analizamos la situación de los humedales Ciénaga de Mallorquín, en Colombia, Pantanos de Villa, en Perú, y Aconcagua, en Chile.
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Para los últimos 20 años, en los tres casos encontramos reducción de la superficie de los humedales, ya sea por dinámicas costeras, como sucede en el caso de Barranquilla, o por el crecimiento de áreas urbanas y asentamientos informales, como es el caso de Pantanos de Villa en Lima. Para el caso de Aconcagua encontramos cambios de vegetación influenciados por el desarrollo industrial en su entorno, así como por la urbanización y el avance de las praderas.
¿Qué están haciendo los países?
C. R.: En el documento también nos preguntamos sobre las políticas públicas en estos países y encontramos que en los tres existen avances en materia jurídica. Por ejemplo, el humedal Pantanos de Villa en Lima goza de protección RAMSAR, mientras que el de Colombia hace parte de un lugar RAMSAR más amplio. En el caso del de Chile, es el que menos tiene protección. Vale la pena señalar que en el análisis encontramos que los cuatro países deben actualizar sus inventarios de humedales y, tras estudiar caso a caso, encontramos que solo el 9% de los humedales en Colombia están protegidos por Sistema Nacional de Áreas Protegidas, porcentaje que en Chile ni siquiera alcanza al 1 %. En Perú, por el contrario, se llega al 50% por la figura de protección RAMSAR.
Otros datos interesantes son los siguientes: evaluando las iniciativas de participación ciudadana para conservar los humedales encontramos que Colombia es el que más tiene, con 34, lo cual es muy importante en términos de conciencia ambiental y conservación. Para el caso de Chile también encontramos que dentro de las dificultades para proteger los humedales está que la ubicación de los mismos suele ser en áreas privadas.
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El documento, adicionalmente, ofrece nuevos indicadores para analizar la protección de los humedales urbanos en América Latina teniendo como marco el ODS 11. Definimos criterios biológicos, económicos y de políticas públicas, así como de participación ciudadana, para establecer metas más precisas que permitan que las ciudades puedan reportar la superficie protegida de humedales con rigor y regularidad. De hecho, vamos a entregar unas fichas que relacionan estos nuevos indicadores con las metas del ODS 11 y así podremos aspirar a mejores indicadores oficiales.
¿Cuál es la importancia de los humedales en América Latina y el Caribe?
C. R.: Hay diferentes beneficios. En las ciudades costeras, por ejemplo, se presentarán con más frecuencia tormentas e inundaciones, y para estos casos los humedales son esenciales para mitigar daños. Otro punto importante es que las ciudades suelen carecer de áreas urbanas protegidas y naturales. En los humedales se encuentra bienestar, protección, biodiversidad y espiritualidad. Todo esto se ve amenazado.
En la crisis climática, ¿cuál es la importancia de preservar los humedales?
C. R.: Como adelantaba en la respuesta anterior, en las ciudades costeras, en donde se está evidenciando un aumento en los niveles del mar y en algunos casos sequías, los humedales son claves. En las inundaciones, por mitigación, y en las sequías, como soporte de agua dulce. En Chile, por ejemplo, los humedales son esenciales ante episodios como un terremoto porque ofrecen un soporte para recoger agua dulce de manera más rápida. Vale la pena decir que también son importantes en la captura de carbono, lo que contribuye a que no aumente la temperatura global.
¿Por qué América Latina es tan importante en cuanto a la ecología de los humedales?
C. R.: América Latina es muy rica y diversa cuando se habla de humedales. Miremos por ejemplo los manglares del Caribe o la red de humedales costeros que van hasta Chile. Esta red es crucial para las aves migratorias que vienen del hemisferio norte. La verdad es que toda la biodiversidad que tenemos con los humedales es enorme, no solo en los humedales costeros, sino en los humedales palustres, en los de las áreas alto andinas….. Lo más preocupante de todo esto es que en los últimos 30 años América Latina ha perdido el 59% de sus humedales.
¿Cuál ha sido el rol de los gobiernos? ¿Los han protegido? ¿Cuáles han avanzado más que otros?
Juanita Aldana: Los países han avanzado en generación de normas relacionadas con el rol de los gobiernos frente a ecosistemas como los humedales. Se han generado una gran cantidad de normas sobre diferentes aspectos para protegerlos. En Colombia, por ejemplo, los humedales se incluyen en la planificación territorial como determinantes ambientales o ecosistemas estratégicos. En el caso de Perú vemos que a través de procesos de gobernanza se han presentado casos exitosos de conservación y en Chile se tiene la promulgación de la ley de humedales urbanos, la única en la región y que ha permitido reconocer estos ecosistemas. Pese a estas leyes, los humedales siguen perdiendo superficie. Al final, esto demuestra que los gobiernos no han logrado protegerlos.
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¿Cuáles serían las consecuencias para la población de América Latina ante el deterioro definitivo de los humedales?
J. A.: Esta pregunta nos lleva a reflexionar sobre las contribuciones de la naturaleza frente al bienestar de las personas. Si el deterioro de los humedales continúa, el bienestar se verá afectado en diferentes dimensiones. El informe IPBES, por ejemplo, señalaba que dentro de las contribuciones más importantes de los humedales en la región está la regulación de la calidad del agua, así como del aire. Frente a escenarios difíciles del cambio climático, como las tormentas o las inundaciones, no contar con humedales agravaría directamente las consecuencias para la población. Por otro lado, frente a las altas temperaturas, los humedales desempeñan un papel crucial en la regulación de las islas de calor, lo cual impacta positivamente en el espacio público y en la calidad de vida de las personas. A estos efectos también se sumaría que las próximas generaciones no podrían disfrutar los humedales ni gozar de sus beneficios no solo en términos de salud sino también espirituales.
Desde nuestras acciones diarias ¿cómo podemos trabajar como ciudadanía para proteger los humedales y los ecosistemas?
C. R.: Yo comenzaría señalando que en caso de que los visitemos los respetemos y no dejemos basura. En nuestras visitas a terreno vimos mucha basura en los humedales, la cual también contamina el hábitat de especies como las aves. Si van a hacer deportes, que sean sustentables y respetuosos con el hábitat de las especies; es increíble que vayan personas a hacer deportes con Jeeps, por ejemplo. Hay que dejar de ver a los humedales como zonas de pantano abandonadas y comprender que son ecosistemas biodiversos y productivos, por eso merecen ser contemplados. Es importante también que compartamos información sobre los humedales para que como sociedad civil los protejamos y generemos conciencia y sensibilidad ambiental. Si perdemos el hábitat en el que vivimos, estamos poniendo en riesgo nuestra existencia.