Terminó la cumbre más relevante de humedales y a Colombia le quedan varias tareas
A partir de la reciente COP Ramsar, Colombia y Ecuador estarán al frente de la iniciativa regional sobre manglares y corales. Así, el país ahora lidera dos de las tres iniciativas regionales de las que hace parte, lo que destaca su liderazgo, pero le implica desarrollar planes de trabajo en esos frentes. ¿Cuáles fueron las otras conclusiones para el país luego de este evento?
César Giraldo Zuluaga
El domingo 13 de noviembre, mientras en Sharm El Sheij (Egipto) se cerraba la primera semana de la Conferencia de Cambio Climático que concentra la atención de gran parte del mundo, en Ginebra (Suiza), los delegados de los 172 países que hacen parte de la Convención de Humedales Ramsar aprobaban 21 resoluciones tras una intensa semana de trabajo. (Puede leer: La COP de la que pocos hablan: la de los humedales Ramsar. Claves para entenderla)
Esta COP, la 14 para la Convención de las Partes de la Convención Ramsar, sin ser tan mediática como la de Cambio Climático, era muy importante, pues allí se tratan asuntos relativos a los humedales, únicos ecosistemas que tienen un tratado internacional que se ocupa de protegerlos y conservarlo. Pero, también, son uno de los sistemas naturales más amenazados por el cambio climático que ya muestra sus consecuencias en el planeta.
La COP14 Ramsar, que se llevó a cabo entre el 5 y el 13 de noviembre de manera simultánea entre Ginebra (Suiza) y Wuhan (China), cerró las sesiones con 21 resoluciones aprobadas, de las 24 propuestas para el inicio de las reuniones. Una de las más controvertidas, según Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia, tenía que ver con la guerra entre Rusia y Ucrania.
Para hacer sencilla la historia, dice Valenzuela, la proposición buscaba que se reconociera el daño que ha tenido el conflicto armado sobre los humedales de Ucrania. El problema, agrega, “era que los primeros textos tenían un contenido netamente político y no técnico, que es lo que se busca en estos escenarios”. Al final, tras largas discusiones y ajustes, la propuesta fue aceptada y los países reconocieron que la guerra ha impactado negativamente a estos ecosistemas y acordaron realizar evaluaciones sobre estos impactos. (Le puede interesar: Colombia ahora puede escuchar mejor a las ballenas jorobadas)
Sin embargo, más allá de las otras resoluciones que se adoptaron, Valenzuela, que acompañó a la delegación colombiana, considera que el rol que desempeñó el país durante esta cumbre, tiene que ver más con los mensajes que impulsó Sandra Vilardy, cabeza del grupo nacional y Viceministra de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente.
Los mensajes de Colombia que hicieron “eco”
Uno de los mensajes claves que quería impulsar el país durante esta conferencia, según nos dijo Vilardy días antes de que comenzara la COP, era el del papel de la restauración de estos ecosistemas y el del rol fundamental que los humedales van a tener en la crisis climática. Para Valenzuela, fueron precisamente estos puntos los que mayor aceptación y atención despertaron en los miembros de otras delegaciones.
“Hay un llamado a la acción que hizo la viceministra y que los demás países le están copiando, y es el de fortalecer las medidas de adaptación climática en diferentes países como Colombia y otros de la región”, apunta la directora ejecutiva de WWF. Además, agrega Ronald Ayazo, investigador del Instituto Humboldt y parte de la delegación colombiana en la COP, estos fueron los ejes que orientaron las intervenciones del país durante el evento. “La adaptación al cambio climático, así como la restauración, además de la economía regenerativa y la inclusión de género, edad y geográfica”, estaban presentes en los ajustes que la delegación proponía sobre las resoluciones que se discutían, asegura el investigador. (También puede leer: La petición de países donde habitan delfines de río para conservar estas especies)
Otro de los mensajes que lanzó Vilardy durante la Conferencia y que quedó sonando, según Valenzuela, fue el le hizo a los países que han ratificado el Convenio de Diversidad Biológica y que se reunirán en diciembre en Montreal (Canadá). Allí se llevará a cabo otra COP (la del Convenio de biodiversidad) donde se busca llegar a un acuerdo sobre el marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020. El problema, dice Valenzuela, “es que en este momento ese Convenio no tiene unas metas específicas frente al agua”. Por eso, la funcionaria colombiana, invitó a los países a incorporar metas específicas de protección a humedales, ríos y cuencas hidrográficas, así como para temas de restauración de humedales.
El liderazgo de Colombia en la región se consolida
En la Convención de Humedales Ramsar, de la cual Colombia hace parte desde 1998 cuando designó a la Ciénaga Grande de Santa Marta como su primer humedal de importancia internacional, hay iniciativas regionales que buscan promover la cooperación entre países vecinos. Actualmente, el país hace parte de tres. Una de ellas, resaltó Saulo Usma, coordinador del Programa de Agua Dulce de WWF Colombia, antes de que iniciara la COP, es la de la cuenca amazónica.
Para él, que Colombia esté liderando esta iniciativa, en la que también se encuentra Brasil, es un mensaje positivo de lo que se está haciendo en los sitios Ramsar que el país tiene en esta región. Por eso, apuntó en ese momento, se debía mantener este liderazgo. Pero, como resaltan desde la delegación colombiana, el rol activo del país se consolidó durante esta COP. Desde ahora, junto a Ecuador, Colombia también liderará la Iniciativa que tiene ver con manglares y corales. (Puede interesarle: COP27 | Colombia hará parte de alianza que impulsa la energía eólica costa afuera)
Anny Zamora, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), quien también hizo parte de la delegación en Ginebra, explica que ambos países deberán definir un plan de trabajo para los 14 países que conforman la iniciativa. Allí, dice Zamora, los países deben poder encontrarse para compartir experiencias positivas en el manejo de humedales marino costeros, pero también deben poder encontrar recursos para implementar proyectos, iniciativas y planes de trabajo para estos ecosistemas.
Los temas pendientes
Durante esta COP, 52 ciudades de diferentes partes del mundo recibieron la acreditación de ‘Ciudad de Humedal’, que, en términos generales, es un reconocimiento por sus esfuerzos de conservación y valoración de estos ecosistemas en entornos urbanos. Sin embargo, del más de medio centenar de ciudades premiadas, ninguna se encuentra en América Latina y el Caribe.
Tanto para Valenzuela, como para Ayazo, es una situación reprochable, si se tiene en cuenta el trabajo que varios países han adelantado en este sentido. Para el investigador del Humboldt, hay varias ciudades del país, como Villavicencio, Cali, Bogotá y Medellín, que cuentan con los criterios suficientes para ser propuestas para el galardón. Estas, agrega, “son ciudades que demuestran que con su gestión están aportando a la conservación y al buen uso de los humedales, que es el fin primero de esta convención”.
Por eso, Ayazo asegura que sí se podrían nominar ciudades, “aunque es una decisión política”, aclara, haciendo alusión a que es el Ministerio de Ambiente quien debe hacerlo. A pesar de esto, cree que en la próxima COP Ramsar, que será dentro de tres años en Zimbabue, puede haber una ciudad colombiana dentro de las galardonadas.
La otra tarea que le queda pendiente al país tiene que ver con cómo involucrar a los jóvenes con los objetivos que tiene la Convención Ramsar. En otras palabras, cómo acercarlos a la conservación y protección de estos ecosistemas. Precisamente una de las resoluciones aprobadas en esta COP apunta en este sentido y Colombia será uno de los países de la región que integrará un grupo de trabajo recién creado para este fin.
Allí, aunque hay un amplio camino por recorrer, el país podrá aportar con la experiencia que han adquirido en los últimos años el Liceo Taller San Miguel y el Bioparque Ukumarí, ambos en Risaralda. Estas dos entidades fueron reconocidas durante la reciente conferencia con el premio Star Wetland Centre Award Winer 2022, por su trabajo en la educación y participación ambiental para jóvenes y niños.
El domingo 13 de noviembre, mientras en Sharm El Sheij (Egipto) se cerraba la primera semana de la Conferencia de Cambio Climático que concentra la atención de gran parte del mundo, en Ginebra (Suiza), los delegados de los 172 países que hacen parte de la Convención de Humedales Ramsar aprobaban 21 resoluciones tras una intensa semana de trabajo. (Puede leer: La COP de la que pocos hablan: la de los humedales Ramsar. Claves para entenderla)
Esta COP, la 14 para la Convención de las Partes de la Convención Ramsar, sin ser tan mediática como la de Cambio Climático, era muy importante, pues allí se tratan asuntos relativos a los humedales, únicos ecosistemas que tienen un tratado internacional que se ocupa de protegerlos y conservarlo. Pero, también, son uno de los sistemas naturales más amenazados por el cambio climático que ya muestra sus consecuencias en el planeta.
La COP14 Ramsar, que se llevó a cabo entre el 5 y el 13 de noviembre de manera simultánea entre Ginebra (Suiza) y Wuhan (China), cerró las sesiones con 21 resoluciones aprobadas, de las 24 propuestas para el inicio de las reuniones. Una de las más controvertidas, según Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia, tenía que ver con la guerra entre Rusia y Ucrania.
Para hacer sencilla la historia, dice Valenzuela, la proposición buscaba que se reconociera el daño que ha tenido el conflicto armado sobre los humedales de Ucrania. El problema, agrega, “era que los primeros textos tenían un contenido netamente político y no técnico, que es lo que se busca en estos escenarios”. Al final, tras largas discusiones y ajustes, la propuesta fue aceptada y los países reconocieron que la guerra ha impactado negativamente a estos ecosistemas y acordaron realizar evaluaciones sobre estos impactos. (Le puede interesar: Colombia ahora puede escuchar mejor a las ballenas jorobadas)
Sin embargo, más allá de las otras resoluciones que se adoptaron, Valenzuela, que acompañó a la delegación colombiana, considera que el rol que desempeñó el país durante esta cumbre, tiene que ver más con los mensajes que impulsó Sandra Vilardy, cabeza del grupo nacional y Viceministra de Políticas y Normalización Ambiental del Ministerio de Ambiente.
Los mensajes de Colombia que hicieron “eco”
Uno de los mensajes claves que quería impulsar el país durante esta conferencia, según nos dijo Vilardy días antes de que comenzara la COP, era el del papel de la restauración de estos ecosistemas y el del rol fundamental que los humedales van a tener en la crisis climática. Para Valenzuela, fueron precisamente estos puntos los que mayor aceptación y atención despertaron en los miembros de otras delegaciones.
“Hay un llamado a la acción que hizo la viceministra y que los demás países le están copiando, y es el de fortalecer las medidas de adaptación climática en diferentes países como Colombia y otros de la región”, apunta la directora ejecutiva de WWF. Además, agrega Ronald Ayazo, investigador del Instituto Humboldt y parte de la delegación colombiana en la COP, estos fueron los ejes que orientaron las intervenciones del país durante el evento. “La adaptación al cambio climático, así como la restauración, además de la economía regenerativa y la inclusión de género, edad y geográfica”, estaban presentes en los ajustes que la delegación proponía sobre las resoluciones que se discutían, asegura el investigador. (También puede leer: La petición de países donde habitan delfines de río para conservar estas especies)
Otro de los mensajes que lanzó Vilardy durante la Conferencia y que quedó sonando, según Valenzuela, fue el le hizo a los países que han ratificado el Convenio de Diversidad Biológica y que se reunirán en diciembre en Montreal (Canadá). Allí se llevará a cabo otra COP (la del Convenio de biodiversidad) donde se busca llegar a un acuerdo sobre el marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020. El problema, dice Valenzuela, “es que en este momento ese Convenio no tiene unas metas específicas frente al agua”. Por eso, la funcionaria colombiana, invitó a los países a incorporar metas específicas de protección a humedales, ríos y cuencas hidrográficas, así como para temas de restauración de humedales.
El liderazgo de Colombia en la región se consolida
En la Convención de Humedales Ramsar, de la cual Colombia hace parte desde 1998 cuando designó a la Ciénaga Grande de Santa Marta como su primer humedal de importancia internacional, hay iniciativas regionales que buscan promover la cooperación entre países vecinos. Actualmente, el país hace parte de tres. Una de ellas, resaltó Saulo Usma, coordinador del Programa de Agua Dulce de WWF Colombia, antes de que iniciara la COP, es la de la cuenca amazónica.
Para él, que Colombia esté liderando esta iniciativa, en la que también se encuentra Brasil, es un mensaje positivo de lo que se está haciendo en los sitios Ramsar que el país tiene en esta región. Por eso, apuntó en ese momento, se debía mantener este liderazgo. Pero, como resaltan desde la delegación colombiana, el rol activo del país se consolidó durante esta COP. Desde ahora, junto a Ecuador, Colombia también liderará la Iniciativa que tiene ver con manglares y corales. (Puede interesarle: COP27 | Colombia hará parte de alianza que impulsa la energía eólica costa afuera)
Anny Zamora, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), quien también hizo parte de la delegación en Ginebra, explica que ambos países deberán definir un plan de trabajo para los 14 países que conforman la iniciativa. Allí, dice Zamora, los países deben poder encontrarse para compartir experiencias positivas en el manejo de humedales marino costeros, pero también deben poder encontrar recursos para implementar proyectos, iniciativas y planes de trabajo para estos ecosistemas.
Los temas pendientes
Durante esta COP, 52 ciudades de diferentes partes del mundo recibieron la acreditación de ‘Ciudad de Humedal’, que, en términos generales, es un reconocimiento por sus esfuerzos de conservación y valoración de estos ecosistemas en entornos urbanos. Sin embargo, del más de medio centenar de ciudades premiadas, ninguna se encuentra en América Latina y el Caribe.
Tanto para Valenzuela, como para Ayazo, es una situación reprochable, si se tiene en cuenta el trabajo que varios países han adelantado en este sentido. Para el investigador del Humboldt, hay varias ciudades del país, como Villavicencio, Cali, Bogotá y Medellín, que cuentan con los criterios suficientes para ser propuestas para el galardón. Estas, agrega, “son ciudades que demuestran que con su gestión están aportando a la conservación y al buen uso de los humedales, que es el fin primero de esta convención”.
Por eso, Ayazo asegura que sí se podrían nominar ciudades, “aunque es una decisión política”, aclara, haciendo alusión a que es el Ministerio de Ambiente quien debe hacerlo. A pesar de esto, cree que en la próxima COP Ramsar, que será dentro de tres años en Zimbabue, puede haber una ciudad colombiana dentro de las galardonadas.
La otra tarea que le queda pendiente al país tiene que ver con cómo involucrar a los jóvenes con los objetivos que tiene la Convención Ramsar. En otras palabras, cómo acercarlos a la conservación y protección de estos ecosistemas. Precisamente una de las resoluciones aprobadas en esta COP apunta en este sentido y Colombia será uno de los países de la región que integrará un grupo de trabajo recién creado para este fin.
Allí, aunque hay un amplio camino por recorrer, el país podrá aportar con la experiencia que han adquirido en los últimos años el Liceo Taller San Miguel y el Bioparque Ukumarí, ambos en Risaralda. Estas dos entidades fueron reconocidas durante la reciente conferencia con el premio Star Wetland Centre Award Winer 2022, por su trabajo en la educación y participación ambiental para jóvenes y niños.