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Hace poco más de un año y medio, en enero de 2021 para ser más precisos, una investigación publicada en la revista científica Marine Mammal Science señalaba que durante muchos años se había identificado de manera errónea a una especie de ballenas que habitaba el Golfo de México. (Puede leer: Uno de los principales ríos de Santander tiene altos niveles de mercurio)
Decía la investigación que las ballenas que durante décadas se habían clasificado como una población aislada de ballena de Bryde (Balaenoptera brydei) eran, en realidad, una especie con características únicas. Los científicos la bautizaron como (Balaenoptera ricei), más conocida como ballenas Rice o ballena del Golfo de México.
La nueva especie de ballena, que puede llegar a medir más de 12 metros de longitud y que es reconocida por tener tener uno de los repertorios vocales más amplios entre todas las especies de ballenas, también enfrentaba un grave riesgo para la supervivencia de la especie. Según manifestaron los investigadores, solo quedarían 51 individuos de la especie. (Le puede interesar: Pensaban que este gusano solo estaba en el mar, pero lo encontraron en un río colombiano)
De hecho, en septiembre del año pasado, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasificó como una especie en Peligro Crítico, la clasificación previa a Extinto en Estado Silvestre. Las actividades que más amenazaban a la especie eran las industrias del petróleo y el gas, el tráfico de embarcaciones, entre otras.
Hace unos días, un grupo de 101 expertos en ballenas de todo el mundo le envío una carta al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, pidiéndole que “anuncie medidas de conservación sólidas para proteger a la ballena del Golfo de México, así como financiación para su recuperación”. Los científicos consideran que, hasta el momento, se han establecido pocas medidas para protegerla. (También puede leer: Minambiente emite lineamientos para hacerle frente a enfermedad que afecta corales)
“Si no se adoptan medidas de conservación significativas, es probable que Estados Unidos provoque la primera extinción antropogénica de una especie de gran ballena”, expresaron los científicos en la carta dirigida a Biden.
Para los investigadores es claro que la explotación de petróleo y gas en el Golfo representa “una amenaza clara y existencial para la supervivencia y recuperación de la ballena”. En la carta citan un trabajo realizado por el comité de Evaluación de los Daños a los Recursos Naturales del gobierno sobre el derrame de petróleo de Deepwater Horizon, el mayor derrame en la historia. En 2010, más de 415.000 toneladas de petróleo se regaron por el Golfo significando la muerte de casi el 20% de las ballenas de Rice, según afirman los científicos. (Puede interesarle: Cantidad de calor que recibe el océano aceleraría fenómenos meteorológicos extremos)
Pero la prospección sísmica que se hace en búsqueda de nuevos yacimientos también resulta perjudicial para las ballenas, pues la contaminación auditiva que se genera afecta la comunicación de los animales e interrumpe actividades vitales como la alimentación y reproducción. Las colisiones con embarcaciones también representan un gran riesgo para la especie.
Por eso los científicos le pidieron al presidente Biden que suspenda todas las actividades de exploración y explotación que se encuentren en su hábitat. “Continuar con la exploración sísmica o la perforación en el norte del Golfo es contrario a los principios básicos de conservación y pondría en peligro la supervivencia y recuperación de la especie”, apuntaron los investigadores quienes concluyeron que “con una abundancia tan baja, la pérdida de una sola ballena amenaza la supervivencia de la especie”.
Hasta el momento no se conoce respuesta por parte del presidente Joe Biden a la solicitud realizada por los investigadores.