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En algunos países han apostado por las bolsas de té biodegradables para reducir el consumo de plásticos de un solo uso, uno de los principales compuestos de estos productos. Un nuevo estudio publicado en la revista Science of the Total Environment se dio a la tarea de analizar cuál era el impacto en el ambiente de estas nuevas bolsas.
De acuerdo con los investigadores, estas bolsas no se degradarían en el suelo y, por el contrario, tendrían un potencial para afectar a las especies terrestres. Para llegar a esta conclusión, los investigadores se centraron en las bolsas que estuvieran fabricadas con tres composiciones diferentes de ácido poliláctico (PLA), que es aquel compuesto que se deriva de fuentes como el almidón de maíz.
Luego de seleccionar las muestras que iban a estudiar, los científicos las enterraron en el suelo durante siete meses. Tras varios análisis, el equipo encontró que aquellas bolsitas de té elaboradas únicamente con PLA permanecieron completamente intactas.
En cuanto a las bolsas que contenían una combinación de celulosa y PLA, los investigadores encontraron que después de siete meses se rompieron en pedazos más pequeños. “Perdieron entre el 60% y el 80% de su masa total, pero, aún quedaba el componente PLA”, explicaron en el documento.
Además de entender el impacto en el ambiente, los científicos quisieron estudiar los efectos de estas bolsas de té en una especie de lombriz de tierra (Eisenia fetida), la cual se caracteriza por su papel clave en la renovación de nutrientes del suelo.
En los resultados, los científicos apuntaron que “la exposición a tres concentraciones diferentes de discos de bolsitas de té provocaba hasta un 15% más de mortalidad, mientras que algunas concentraciones de PLA tenían un efecto perjudicial en la reproducción de las lombrices”.
A los ojos de Winnie Courtene-Jones, investigadora postdoctoral en la Universidad de Plymouth y autora principal del estudio, estos resultados muestran la necesidad de contar con más evidencia sobre la degradación y sus posibles efectos. “Es fundamental antes de que su uso se generalice aún más, y para evitar la generación de problemas alternativos si no se eliminan adecuadamente”, explicó en un comunicado.
Los investigadores advierten que el principal propósito de este estudio fue replicar las condiciones ambientales en las que se pueden desechar las bolsitas de té. Esto, añadieron, porque hay un vacío en la información que se publican en las etiquetas de estos productos.
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