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Este lunes, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que su Gobierno buscará explotar recursos naturales en la reserva indígena Raposa Terra do Sol, ubicada al norte del país. Esta zona cuenta con 1,7 millones de hectáreas, en las que viven aproximadamente 17.000 personas de las etnias Macuxi, Taurepang, Wapixana y Ingarikó.
En este territorio, fronterizo con Venezuela y Guyana, se encuentran enormes yacimientos de recursos naturales como el niobio, conocido por ser un metal ligero usado en la siderurgia y la aeronáutica. También tiene abundantes reservas de oro, estaño, cobre y diamantes. (Lea: Pequeños agricultores brasileños, preocupados por la llegada de Bolsonaro)
"Es el área más rica del mundo. Hay formas de explotar de forma racional. Y al lado indígena, pagarle regalías e integrando al indígena a la sociedad", expresó Bolsonaro durante un acto en Rio de Janeiro.
Bolsonaro además planteó la posibilidad de retomar los estudios para la construcción de centrales hidroeléctricas en la Amazonía. Ante esta situación, varios expertos de Brasil explicaron que esto implicaría un fuerte impacto en los recursos de agua, lo que generaría a un desplazamiento de las poblaciones. (Puede leer: Bolsonaro comparó mantener indígenas en reservas con animales en el zoológico)
En entrevistas pasadas, el presidente electo había asegurado que los indígenas no podían seguir estando recluidos en áreas demarcadas, como si fueran animales de zoológico. Añadió que ellos "seres humanos igual que nosotros, que quieren evolucionar, tener electricidad, médico, dentista, internet, jugar al fútbol".
Cabe recordar que, durante las campañas presidenciales, Bolsonaro contó que revisará la demarcación de reservas indígenas, argumentando que están "sobredimensionadas". Adicionalmente, cuestiona la permanencia de Brasil en los acuerdos climáticos de París.