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Cantidad de polvo en el aire se redujo en el mundo en 2023: informe de la OMM

La Organización Meteorológica Mundial publicó un nuevo informe que revela que las concentraciones de polvo en el aire disminuyeron, pero alertó que la mala gestión ambiental en el planeta puede provocar más tormentas de polvo y arena en los próximos años.

Redacción Ambiente con información de AFP
12 de julio de 2024 - 02:01 p. m.
Cada año, unos 2.000 millones de toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y perjudicando la calidad del aire en regiones que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y afectando a las economías, los ecosistemas, el tiempo y el clima.
Cada año, unos 2.000 millones de toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y perjudicando la calidad del aire en regiones que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y afectando a las economías, los ecosistemas, el tiempo y el clima.
Foto: AFP - GREG BAKER

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló, en un informe publicado este viernes 12 de julio, que la cantidad de polvo detectado en el aire se redujo durante 2023 en comparación al año anterior, pero, en contraste, sus concentraciones en las regiones más afectadas por este fenómeno sigue superando el promedio en el largo plazo.

Estas cifras se deben, según la OMM, a una mejora en el norte de África, la península de Arabia, la meseta iraní, el norte de India, el centro de Australia o el noroeste de China. En cambio, la situación empeoró en Asia Central, el norte de China y el sur de Mongolia.

La peor tormenta de arena de 2023 tuvo lugar en Mongolia en marzo y afectó más de 4 millones de kilómetros cuadrados, también algunas provincias chinas, señaló la agencia de la ONU. La masiva tormenta se desencadenó por un ciclón en Mongolia y se intensificó por un frío viento de superficie que llevó al levantamiento de grandes cantidades de arena, agregó.

Cada año, unos 2.000 millones de toneladas de polvo entran en la atmósfera, oscureciendo los cielos y perjudicando la calidad del aire en regiones que pueden estar a miles de kilómetros de distancia, y afectando a las economías, los ecosistemas, el tiempo y el clima. Gran parte de esto es un proceso natural, pero una gran parte es el resultado de una mala gestión del agua y de la tierra.

Por esta razón, la Organización Meteorológica Mundial advirtió que la mala gestión ambiental aumenta el impacto de las tormentas de polvo y arena. Por esta razón, reclamó también mayor vigilancia ante el cambio climático, puesto que una superficie terrestre más seca aumenta la presencia de polvo en el viento.

Las tormentas de arena y polvo afectan la economía, los ecosistemas, la meteorología y el clima. Aunque son principalmente un fenómeno natural, se ven exacerbadas por la actividad humana, afirma el informe.

“La evidencia científica demuestra que las actividades humanas tienen un impacto en las tormentas de polvo y arena. Por ejemplo, las temperaturas más altas, la sequía y la evaporación conducen a un suelo menos húmedo”, afirmó Celeste Saulo, la directora argentina de la OMM. “Combinado con una mala gestión de la tierra, esto conduce a más tormentas de polvo y arena”.

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Por Redacción Ambiente con información de AFP

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