Casanare, ¿víctima del cambio climático?
Aunque el Ideam insiste en que las sequías en ese departamento no obedecen al calentamiento global, otra cosa piensan expertos especializados.
Angélica María Cuevas Guarnizo
“Sí. Los intensos veranos de otros años sí habían dejado animales muertos, pero no de esta manera. Por donde caminábamos había chigüiros y chigüiros vueltos nada, también peces, pájaros y ganado. Es que esta sequía ha sido más dura y larga. No llueve desde noviembre y el calor es insoportable, no se aguanta ni en la sombra”, dice Ricardo Combariza, director de fauna silvestre de Corporinoquia.
Durante un recorrido realizado esta semana por Paz de Ariporo, en Casanare, la Corporación Autónoma comprobó que este municipio se encuentra seriamente afectado por el verano. Las lluvias que debieron extenderse hasta noviembre de 2013 menguaron antes de tiempo y llevaron a la desaparición de los reservorios que abastecían a cientos de animales. Se estima que 13 mil de ellos, sin contar cabezas de ganado, han muerto y que “si no llueve pronto la cosa se va a poner más crítica”, dice Combariza.
De otro lado, las autoridades nacionales, lideradas por el Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), aseguran que la Orinoquia atraviesa por una temporada de verano natural, que se vive “en completa normalidad” y que la mortandad de animales obedece a la falta de planeación departamental frente al aprovechamiento del agua. Para el director del Ideam, Ómar Franco, Casanare no recogió suficiente aguas lluvias de las que cayeron de junio a noviembre del año pasado y aún no ha implementado estrategias para aprovechar sus aguas subterráneas para el consumo humano y las actividades productivas. “La Orinoquia tiene el 47% del agua subterránea del país y no se está utilizando como debería”, anotó Franco.
A esta situación se le suma la disminución histórica de los caudales de agua en esta zona del país, debido a la expansión de las actividades ganaderas ligadas a la deforestación, que ha sido ampliamente descrita por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Importantes estructuras de bosques han sido destruidos para crear potreros debilitando los ecosistemas que hoy almacenarían el agua que les falta a los animales. El alcalde de Paz de Ariporo, Édgar Bejarano, insiste en que la sequía que tiene en frente no se compara con ningún verano, al menos en los 10 años pasados. Repite que la situación “es grave y atípica. Hay zonas donde la temperatura supera los 40°”.
Mientras el director del Ideam dice que la ausencia de lluvias en Casanare no debe ligarse a efectos del cambio climático, expertos en calentamiento global piden que no se desconozca que la temperatura de la tierra se está incrementando, en parte por la mano del hombre, y que Casanare no puede ser la excepción.
Justo esta semana el diario británico The Independent filtró algunos hallazgos del quinto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que se presentará en las próximas semanas, donde se concluye que el planeta está llegando a su límite.
Los científicos advierten que los períodos de sequías e inundaciones serán, inevitablemente, más prolongados y si no se le pone freno a la creciente emisión de gases de efecto invernadero en las próximas décadas tendremos que afrontar una serie de cambios que, incluso, modificarán la geografía de algunos continentes.
Andy Jarvis, experto en cambio climático del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con sede en Colombia, explica que no se puede negar que hoy el clima es más dinámico y que en los últimos 40 años los incrementos de temperaturas se han reportado en todo el mundo. “Vivimos en un planeta golpeado por el calentamiento y lo que hoy está pasando en Casanare es una evidencia más de que cualquier alteración del clima, por pequeña que parezca, puede tener consecuencias devastadoras que cada vez serán más comunes”.
Por su parte, Germán Poveda, ingeniero civil de la Universidad Nacional y uno de los 259 científicos que participaron en la elaboración del informe sobre cambio climático del IPCC, asegura que aunque no se le puede achacar al calentamiento global un evento aislado, como la impresionante mortandad de animales en Paz de Ariporo, “no me sorprendería que sea parte de la cadena de anomalías climáticas que están sucediendo en todas partes del mundo como consecuencia del cambio climático”.
La diferencia entre el impacto que tienen estas modificaciones del clima en hombres y animales la resume Jarvis, líder del Programa de Investigación en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CIAT, de la siguiente manera: mientras los humanos hemos diseñado trajes, máquinas y estructuras, carpas, aires acondicionados y techos, que nos han permitido sobrevivir a la transformación del clima, la fauna y la flora han tenido que soportar estas transformaciones sin protección.
Ante la evidente emergencia ambiental que atraviesa el municipio de Paz de Ariporo, la Gobernación de Casanare les pidió a las compañías petroleras que operan en la zona que dispongan maquinaria, entre volquetas y retroexcavadoras, para construir algunos pozos de extracción de agua subterránea que podrán controlar la situación hasta que regresen las lluvias.
acuevas@elespectador.com
@angelicamcuevas
“Sí. Los intensos veranos de otros años sí habían dejado animales muertos, pero no de esta manera. Por donde caminábamos había chigüiros y chigüiros vueltos nada, también peces, pájaros y ganado. Es que esta sequía ha sido más dura y larga. No llueve desde noviembre y el calor es insoportable, no se aguanta ni en la sombra”, dice Ricardo Combariza, director de fauna silvestre de Corporinoquia.
Durante un recorrido realizado esta semana por Paz de Ariporo, en Casanare, la Corporación Autónoma comprobó que este municipio se encuentra seriamente afectado por el verano. Las lluvias que debieron extenderse hasta noviembre de 2013 menguaron antes de tiempo y llevaron a la desaparición de los reservorios que abastecían a cientos de animales. Se estima que 13 mil de ellos, sin contar cabezas de ganado, han muerto y que “si no llueve pronto la cosa se va a poner más crítica”, dice Combariza.
De otro lado, las autoridades nacionales, lideradas por el Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), aseguran que la Orinoquia atraviesa por una temporada de verano natural, que se vive “en completa normalidad” y que la mortandad de animales obedece a la falta de planeación departamental frente al aprovechamiento del agua. Para el director del Ideam, Ómar Franco, Casanare no recogió suficiente aguas lluvias de las que cayeron de junio a noviembre del año pasado y aún no ha implementado estrategias para aprovechar sus aguas subterráneas para el consumo humano y las actividades productivas. “La Orinoquia tiene el 47% del agua subterránea del país y no se está utilizando como debería”, anotó Franco.
A esta situación se le suma la disminución histórica de los caudales de agua en esta zona del país, debido a la expansión de las actividades ganaderas ligadas a la deforestación, que ha sido ampliamente descrita por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Importantes estructuras de bosques han sido destruidos para crear potreros debilitando los ecosistemas que hoy almacenarían el agua que les falta a los animales. El alcalde de Paz de Ariporo, Édgar Bejarano, insiste en que la sequía que tiene en frente no se compara con ningún verano, al menos en los 10 años pasados. Repite que la situación “es grave y atípica. Hay zonas donde la temperatura supera los 40°”.
Mientras el director del Ideam dice que la ausencia de lluvias en Casanare no debe ligarse a efectos del cambio climático, expertos en calentamiento global piden que no se desconozca que la temperatura de la tierra se está incrementando, en parte por la mano del hombre, y que Casanare no puede ser la excepción.
Justo esta semana el diario británico The Independent filtró algunos hallazgos del quinto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que se presentará en las próximas semanas, donde se concluye que el planeta está llegando a su límite.
Los científicos advierten que los períodos de sequías e inundaciones serán, inevitablemente, más prolongados y si no se le pone freno a la creciente emisión de gases de efecto invernadero en las próximas décadas tendremos que afrontar una serie de cambios que, incluso, modificarán la geografía de algunos continentes.
Andy Jarvis, experto en cambio climático del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con sede en Colombia, explica que no se puede negar que hoy el clima es más dinámico y que en los últimos 40 años los incrementos de temperaturas se han reportado en todo el mundo. “Vivimos en un planeta golpeado por el calentamiento y lo que hoy está pasando en Casanare es una evidencia más de que cualquier alteración del clima, por pequeña que parezca, puede tener consecuencias devastadoras que cada vez serán más comunes”.
Por su parte, Germán Poveda, ingeniero civil de la Universidad Nacional y uno de los 259 científicos que participaron en la elaboración del informe sobre cambio climático del IPCC, asegura que aunque no se le puede achacar al calentamiento global un evento aislado, como la impresionante mortandad de animales en Paz de Ariporo, “no me sorprendería que sea parte de la cadena de anomalías climáticas que están sucediendo en todas partes del mundo como consecuencia del cambio climático”.
La diferencia entre el impacto que tienen estas modificaciones del clima en hombres y animales la resume Jarvis, líder del Programa de Investigación en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria del CIAT, de la siguiente manera: mientras los humanos hemos diseñado trajes, máquinas y estructuras, carpas, aires acondicionados y techos, que nos han permitido sobrevivir a la transformación del clima, la fauna y la flora han tenido que soportar estas transformaciones sin protección.
Ante la evidente emergencia ambiental que atraviesa el municipio de Paz de Ariporo, la Gobernación de Casanare les pidió a las compañías petroleras que operan en la zona que dispongan maquinaria, entre volquetas y retroexcavadoras, para construir algunos pozos de extracción de agua subterránea que podrán controlar la situación hasta que regresen las lluvias.
acuevas@elespectador.com
@angelicamcuevas