Celeste Saulo, la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial
La argentina Celeste Saulo será la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial, tras su elección en primera vuelta este 1 de junio en Ginebra. Actualmente Saulo dirige la Agencia Meterológica de su país y asumirá sus nuevas funciones en enero de 2024.
Celeste Saulo será la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial.
La argentina, de 59 años, asumirá sus funciones como secretaria general de la organización el 1 de enero de 2024, reemplazando al finlandés Petteri Taalas.
Saulo, doctora en Ciencias Meteorológicas, dirige la agencia meteorológica argentina desde 2014 y desde 2019 era vicepresidenta de la Organización Meteorológica Mundial.
La Organización Meteorológica Mundial tiene un rol clave en la vigilancia y anticipación de los efectos del cambio climático.
Vigila la subida del nivel del mar, la evolución de las temperaturas, el deshielo de los glaciares y otros indicadores de la degradación del clima.
En los últimos años ha puesto el acento en nuevos sistemas de vigilancia y alerta destinados a salvar vidas ante los trastornos climáticos, pero también a comprender mejor y anticiparse a los profundos cambios que está provocando.
Celeste Saulo será la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial.
La argentina, de 59 años, asumirá sus funciones como secretaria general de la organización el 1 de enero de 2024, reemplazando al finlandés Petteri Taalas.
Saulo, doctora en Ciencias Meteorológicas, dirige la agencia meteorológica argentina desde 2014 y desde 2019 era vicepresidenta de la Organización Meteorológica Mundial.
La Organización Meteorológica Mundial tiene un rol clave en la vigilancia y anticipación de los efectos del cambio climático.
Vigila la subida del nivel del mar, la evolución de las temperaturas, el deshielo de los glaciares y otros indicadores de la degradación del clima.
En los últimos años ha puesto el acento en nuevos sistemas de vigilancia y alerta destinados a salvar vidas ante los trastornos climáticos, pero también a comprender mejor y anticiparse a los profundos cambios que está provocando.