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                                                                                                                                Colapso de abejas, tremendo lío

                                                                                                                                Dos multinacionales de agroquímicos pagaron US$3 millones para saber por qué estan muriendo estos polinizadores. El resultado del estudio no les gustó: son sus plaguicidas.

                                                                                                                                María Mónica Monsalve S.

                                                                                                                                / iStock
                                                                                                                                Foto: Getty Images/iStockphoto - CasPhotography
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Un mundo sin polinizadores, empezaron a advertir los ecólogos, podría colapsar en un efecto dominó. Primero desaparecerían las abejas, luego los cultivos, y la última pieza en caer sería una crisis por hambre. Sólo la abeja de miel es la encargada de polinizar el 90 % de los cultivos de Norteamérica y otras partes del mundo. El síndrome del colapso de las colmenas, como fue bautizado el fenómeno, llevó a que los científicos avisaran que podríamos entrar a vivir en un mundo sin abejas.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                La idea, que se codea con la ciencia ficción, sirvió para inspirar una de las muchas distopías que presenta la serie inglesa Black Mirror. Después de enfrentar una crisis de polinizadores, el gobierno se ve forzado a crear unos drones voladores en forma de abeja que suplan esta función. Pero en la vida real, y lejos de las pantallas, los científicos sabían que para encontrar una solución que no implicara robots, primero debían encontrar quién estaba matando las abejas.

                                                                                                                                El primer y obvio candidato que se puso sobre la mesa fue el varroa, un diminuto ácaro que invade las larvas de las colmenas y mata a las abejas adultas. Sin embargo, era tal el declive de las abejas que los científicos empezaron a barajar otras opciones. El uso de pesticidas e insecticidas, la pérdida del hábitat como consecuencia de la agricultura e incluso el cambio climático también podrían estar arrollando sus poblaciones.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                El casi fin de una pelea de gigantes

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El efecto que podrían tener los plaguicidas en la disminución de poblaciones de abejas empezó a ahogarse en un mar de datos. De hecho, una revisión en Google Academics de contenidos que tengan las palabras abeja y plaguicida arroja 45.000 resultados.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La experiencia que dejaron la industria del tabaco y la de las bebidas azucaradas daba la sensación de que este sería un estudio más que se manipulaba. Con una inversión de US$3 millones, ¿por qué la historia no iba a repetirse?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Mientras, en Reino Unido, la cifra alcanzó entre 67 % y 79 % para zonas con pesticidas, aunque el declive también fue alto, de 58 %, en lugares sin neonicotinoides. En Alemania, donde no se rastrearon efectos negativos, los investigadores se lo atribuyen al hecho que la dieta de las abejas de este país sólo depende en 15 % de la flor de canola. En los otros dos países, en cambio, está entre un 45 y 50 %.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Rastreando colonias en Colombia

                                                                                                                                Mientras la extinción de abejas es algo de lo que se habla en la Comisión Europea y que se mencionó en los discursos del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, en Colombia son pocas las personas que le siguen la pista. Una de ellas es Abdón Salazar, quien desde que se despertó sin oír los zumbidos de las abejas en el 2007 se ha dedicado a recolectar datos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                A punta de experiencias propias han podido reportar pérdidas de 670 colmenas en Risaralda, 2.500 en Sucre y 200 colapsadas en Guasca (Cundinamarca). En Quindío, sólo entre enero y septiembre de 2016, pudieron contar 3.400 colmenas envenenadas. Estimando datos, Salazar cree que en el país desaparecen 10.500 colmenas por año debido al uso de ciertos plaguicidas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Es por esto que, en palabras de Carlos Lozano Acosta, abogado de AIDA, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, que está asesorando legalmente a Abejas Vivas, el gobierno colombiano está en deuda de protegerlas. “La biodiversidad tiene protección legal y constitucional. La polinización es un servicio ambiental que está protegido, y si queremos conservar los ecosistemas se tiene que proteger a las abejas”, le explicó a El Espectador.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Esta sensación la comparte el biólogo de la Universidad Militar Carlos Alberto Poveda, quien por años ha trabajado en estrategias para restablecer a los polinizadores en el país. Una de ellas, por ejemplo, ha sido crear abejorros en el laboratorio para liberarlos en los cultivos, pero para que no mueran necesitan que los agricultores dejen de fumigar con ciertos insecticidas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Sin embargo, según explicó Evelin Dayana Naranjo, secretaria técnica nacional de la cadena de abejas y apicultura del Ministerio de Agricultura, desde esta cartera se están tomando varias medidas para capacitar en el buen uso de agroquímicos, así como en que los agricultores sepan la importancia de la polinización.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                En Colombia, el colapso de las abejas parece ser algo que todavía está en la cancha de los científicos. Pero, como lo advirtió el profesor Richard Pywell, quien condujo el revelador estudio a escala real, los hechos científicos ya hicieron su parte; ahora esta evidencia debe servir para que los reguladores lo tengan en cuenta a la hora de legislar.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                / iStock
                                                                                                                                Foto: Getty Images/iStockphoto - CasPhotography
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Un mundo sin polinizadores, empezaron a advertir los ecólogos, podría colapsar en un efecto dominó. Primero desaparecerían las abejas, luego los cultivos, y la última pieza en caer sería una crisis por hambre. Sólo la abeja de miel es la encargada de polinizar el 90 % de los cultivos de Norteamérica y otras partes del mundo. El síndrome del colapso de las colmenas, como fue bautizado el fenómeno, llevó a que los científicos avisaran que podríamos entrar a vivir en un mundo sin abejas.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                El primer y obvio candidato que se puso sobre la mesa fue el varroa, un diminuto ácaro que invade las larvas de las colmenas y mata a las abejas adultas. Sin embargo, era tal el declive de las abejas que los científicos empezaron a barajar otras opciones. El uso de pesticidas e insecticidas, la pérdida del hábitat como consecuencia de la agricultura e incluso el cambio climático también podrían estar arrollando sus poblaciones.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                El casi fin de una pelea de gigantes

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                El efecto que podrían tener los plaguicidas en la disminución de poblaciones de abejas empezó a ahogarse en un mar de datos. De hecho, una revisión en Google Academics de contenidos que tengan las palabras abeja y plaguicida arroja 45.000 resultados.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La experiencia que dejaron la industria del tabaco y la de las bebidas azucaradas daba la sensación de que este sería un estudio más que se manipulaba. Con una inversión de US$3 millones, ¿por qué la historia no iba a repetirse?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Mientras, en Reino Unido, la cifra alcanzó entre 67 % y 79 % para zonas con pesticidas, aunque el declive también fue alto, de 58 %, en lugares sin neonicotinoides. En Alemania, donde no se rastrearon efectos negativos, los investigadores se lo atribuyen al hecho que la dieta de las abejas de este país sólo depende en 15 % de la flor de canola. En los otros dos países, en cambio, está entre un 45 y 50 %.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De nuevo, Bayer y Syngenta desestimaron los resultados. “No compartimos la interpretación del CEH y seguimos confiando en que los neonicotinoides son seguros cuando se usan de manera responsable”, dijo Richard Schmuck, director de seguridad ambiental de Bayer Crop Science. Mientras, según señaló información filtrada por el periódico The Guardian, en la Comisión Europea se está cocinando la idea de prohibir el uso de estos plaguicidas definitivamente en todos los cultivos que no estén en un invernadero.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Rastreando colonias en Colombia

                                                                                                                                Mientras la extinción de abejas es algo de lo que se habla en la Comisión Europea y que se mencionó en los discursos del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, en Colombia son pocas las personas que le siguen la pista. Una de ellas es Abdón Salazar, quien desde que se despertó sin oír los zumbidos de las abejas en el 2007 se ha dedicado a recolectar datos.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                A punta de experiencias propias han podido reportar pérdidas de 670 colmenas en Risaralda, 2.500 en Sucre y 200 colapsadas en Guasca (Cundinamarca). En Quindío, sólo entre enero y septiembre de 2016, pudieron contar 3.400 colmenas envenenadas. Estimando datos, Salazar cree que en el país desaparecen 10.500 colmenas por año debido al uso de ciertos plaguicidas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Es por esto que, en palabras de Carlos Lozano Acosta, abogado de AIDA, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, que está asesorando legalmente a Abejas Vivas, el gobierno colombiano está en deuda de protegerlas. “La biodiversidad tiene protección legal y constitucional. La polinización es un servicio ambiental que está protegido, y si queremos conservar los ecosistemas se tiene que proteger a las abejas”, le explicó a El Espectador.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Esta sensación la comparte el biólogo de la Universidad Militar Carlos Alberto Poveda, quien por años ha trabajado en estrategias para restablecer a los polinizadores en el país. Una de ellas, por ejemplo, ha sido crear abejorros en el laboratorio para liberarlos en los cultivos, pero para que no mueran necesitan que los agricultores dejen de fumigar con ciertos insecticidas.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Sin embargo, según explicó Evelin Dayana Naranjo, secretaria técnica nacional de la cadena de abejas y apicultura del Ministerio de Agricultura, desde esta cartera se están tomando varias medidas para capacitar en el buen uso de agroquímicos, así como en que los agricultores sepan la importancia de la polinización.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El ICA, por su parte, advirtió que todas las sustancias registradas se someten a un proceso de evaluación que rastrea criterios ambientales. En cuanto a los tres neonicotinoides que fueron prohibidos provisionalmente en la Unión Europea, el ICA le explicó a El Espectador que en su base de datos hay 85 productos registrados que contienen la molécula imadacloprid y tres con clotianidina.

                                                                                                                                En Colombia, el colapso de las abejas parece ser algo que todavía está en la cancha de los científicos. Pero, como lo advirtió el profesor Richard Pywell, quien condujo el revelador estudio a escala real, los hechos científicos ya hicieron su parte; ahora esta evidencia debe servir para que los reguladores lo tengan en cuenta a la hora de legislar.

                                                                                                                                 

                                                                                                                                Por María Mónica Monsalve S.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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