Colombia busca ser la sede de la próxima cumbre mundial de biodiversidad
Cerca del cierre de la cumbre de cambio climático que tiene lugar en Dubái, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, anunció que Colombia se postuló para ser la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP16). Aquí le explicamos de qué se trata y por qué es tan importante este evento.
Daniela Quintero Díaz
Es probable que en los últimos días haya visto varias veces noticias de la COP28, la cumbre más importante sobre cambio climático que tiene lugar hasta el 12 de diciembre, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Un evento anual que reúne a más de 190 países de Naciones Unidas para negociar y establecer acuerdos para hacer frente al cambio climático. (Lea Primera semana en Dubái: una COP28 llena de contradicciones y 2.456 lobbistas petroleros)
Como esta, hay otra Conferencia de las Partes (COP), que se realiza cada dos años, y que tiene un objetivo distinto, pero que está relacionado: detener la pérdida de biodiversidad en el planeta. O, en otras palabras, detener el deterioro y desaparición de animales, plantas, ríos, bosques, desiertos, mares, entre muchos otros elementos de la naturaleza que nos rodean.
En el 2024 será el encuentro número 16 de esta cumbre y, aunque no suele ser tan popular como la de cambio climático (a la que este año asistieron más de 100.000 personas de todo el mundo), también es fundamental para que la vida en la Tierra continúe como la conocemos. Y ahora, reveló la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, Colombia busca ser sede de ese evento.
“Hemos postulado a Colombia, como sede de la próxima COP16 de Biodiversidad, en 2024. Acoger esta Conferencia significa una oportunidad para ratificar nuestro mensaje de protección a la vida, como el primer país con mayor biodiversidad por hectárea”, escribió la ministra en su cuenta de X.
Sin duda, a la hora de hablar de biodiversidad, Colombia es un lugar clave. Es, por ejemplo, el país con mayor diversidad de especies de aves en el territorio. También de mariposas. Además, ecosistemas sanos, como los bosques y los océanos, almacenan mejor el carbono. Limitar el calentamiento climático, por su parte, permite reducir el riesgo de desaparición de las especies.
Por su parte, David Cooper, el secretario ejecutivo en funciones del Convenio sobre la Diversidad Biológica, señaló, a través de un comunicado del Minambiente, que “se complace en recibir esta oferta del Gobierno de Colombia para acoger la COP16. Colombia alberga una enorme biodiversidad, es un ejemplo inspirador de cómo comprometerse con los pueblos indígenas y las comunidades locales, y está a la vanguardia de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad”.
¿Qué es la COP16?
Por sus siglas en inglés, Conference Of the Parties, la COP es un encuentro de las “partes” que se sumaron a ciertos convenios de Naciones Unidas. Para la COP16, por ejemplo, las partes son 196 países que ratificaron el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU en 1992. Desde entonces, se reúnen cada dos años para evaluar y negociar sobre el avance del convenio.
En 1992, en la Cumbre de la Tierra de Río, también se aprobaron el Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCCC), y la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación.
¿Qué es el Convenio de Diversidad Biológica?
En los últimos años, se ha hecho cada vez más frecuente la discusión alrededor de las tres grandes crisis planetarias: la crisis climática, la contaminación y la crisis de biodiversidad. De hecho, debido a los constantes cambios del planeta, los científicos han alertado de una “sexta extinción masiva”.
Según datos del Informe Planeta Vivo, solo entre 1970 y 2018 se redujo en un 69 % la abundancia de poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. Y en América Latina esa disminución ha sido aún más crítica, con un 94 %. De ahí su importancia para conservarlos.
En respuesta, este convenio busca detener la crisis de pérdida de biodiversidad. Y, a nivel general, se basa en tres objetivos: la conservación de la biodiversidad, promover el uso sostenible de esta, y que los beneficios del uso de recursos genéticos (como plantas, semillas, entre otros) sean compartidos justamente.
¿Qué ha pasado en las COP de biodiversidad anteriores?
La COP15, que se realizó en Montreal, Canadá, luego de un par de aplazamientos por la pandemia, terminó en un acuerdo histórico. Se logró que 200 países se pusieran de acuerdo para establecer metas y mecanismos claros de financiación y de implementación con el objetivo de proteger los ecosistemas en peligro del planeta. Lo llamaron el marco mundial Kunming-Montreal.
Con este se espera que, para el 2030, al menos el 30 % de las áreas terrestres y marinas estén protegidas. Actualmente, en el mundo, cerca del 17 % de las zonas terrestres y el 8 % de las zonas marinas han sido declaradas protegidas.
¿Cómo lograrlo? Uno de los temas claves para la implementación de estos acuerdos mundiales, tanto en la COP de cambio climático, como la de biodiversidad, es la financiación. Sin el dinero, es muy difícil que países en desarrollo puedan hacer las transformaciones necesarias, mejoren la tecnología, tengan transferencia del conocimiento y puedan implementar los mecanismos necesarios.
Por eso, algo positivo del marco mundial Kunming-Montreal es que incluyó consideraciones de financiación. Por ejemplo, pide la creación de un fondo fiduciario especial, que se encargará de garantizar que los recursos lleguen a donde se necesitan. También genera un compromiso para que los Estados más desarrollados entreguen recursos a quienes necesitan inversión. Este sería, al menos, de US$ 30.000 millones al año.
Pero estas discusiones vienen desde antes. En Aichi, Japón, en el 2010, los Estados se fijaron 20 objetivos (con miras a 2020) para salvar la biodiversidad y reducir la presión humana. Sin embargo, a hoy, ninguno de los puntos se ha cumplido por completo.
¿Por qué es clave proteger la biodiversidad?
Usualmente relacionamos la biodiversidad con paisajes o animales carismáticos, como el oso de anteojos o los delfines. Para muchos, protegerla tiene que ver con conservar estas especies o lugares. Pero la biodiversidad también tiene funciones que van mucho más allá de lo estético. Nos brinda alimentos y materiales que necesitamos, nos protege de eventos extremos e, incluso, regula el clima.
Todos los beneficios que la naturaleza brinda se conocen como servicios ecosistémicos, que están divididos en cuatro categorías: los de abastecimiento, de regulación, de apoyo y culturales.
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Es probable que en los últimos días haya visto varias veces noticias de la COP28, la cumbre más importante sobre cambio climático que tiene lugar hasta el 12 de diciembre, en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Un evento anual que reúne a más de 190 países de Naciones Unidas para negociar y establecer acuerdos para hacer frente al cambio climático. (Lea Primera semana en Dubái: una COP28 llena de contradicciones y 2.456 lobbistas petroleros)
Como esta, hay otra Conferencia de las Partes (COP), que se realiza cada dos años, y que tiene un objetivo distinto, pero que está relacionado: detener la pérdida de biodiversidad en el planeta. O, en otras palabras, detener el deterioro y desaparición de animales, plantas, ríos, bosques, desiertos, mares, entre muchos otros elementos de la naturaleza que nos rodean.
En el 2024 será el encuentro número 16 de esta cumbre y, aunque no suele ser tan popular como la de cambio climático (a la que este año asistieron más de 100.000 personas de todo el mundo), también es fundamental para que la vida en la Tierra continúe como la conocemos. Y ahora, reveló la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, Colombia busca ser sede de ese evento.
“Hemos postulado a Colombia, como sede de la próxima COP16 de Biodiversidad, en 2024. Acoger esta Conferencia significa una oportunidad para ratificar nuestro mensaje de protección a la vida, como el primer país con mayor biodiversidad por hectárea”, escribió la ministra en su cuenta de X.
Sin duda, a la hora de hablar de biodiversidad, Colombia es un lugar clave. Es, por ejemplo, el país con mayor diversidad de especies de aves en el territorio. También de mariposas. Además, ecosistemas sanos, como los bosques y los océanos, almacenan mejor el carbono. Limitar el calentamiento climático, por su parte, permite reducir el riesgo de desaparición de las especies.
Por su parte, David Cooper, el secretario ejecutivo en funciones del Convenio sobre la Diversidad Biológica, señaló, a través de un comunicado del Minambiente, que “se complace en recibir esta oferta del Gobierno de Colombia para acoger la COP16. Colombia alberga una enorme biodiversidad, es un ejemplo inspirador de cómo comprometerse con los pueblos indígenas y las comunidades locales, y está a la vanguardia de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad”.
¿Qué es la COP16?
Por sus siglas en inglés, Conference Of the Parties, la COP es un encuentro de las “partes” que se sumaron a ciertos convenios de Naciones Unidas. Para la COP16, por ejemplo, las partes son 196 países que ratificaron el Convenio de Diversidad Biológica de la ONU en 1992. Desde entonces, se reúnen cada dos años para evaluar y negociar sobre el avance del convenio.
En 1992, en la Cumbre de la Tierra de Río, también se aprobaron el Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCCC), y la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación.
¿Qué es el Convenio de Diversidad Biológica?
En los últimos años, se ha hecho cada vez más frecuente la discusión alrededor de las tres grandes crisis planetarias: la crisis climática, la contaminación y la crisis de biodiversidad. De hecho, debido a los constantes cambios del planeta, los científicos han alertado de una “sexta extinción masiva”.
Según datos del Informe Planeta Vivo, solo entre 1970 y 2018 se redujo en un 69 % la abundancia de poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. Y en América Latina esa disminución ha sido aún más crítica, con un 94 %. De ahí su importancia para conservarlos.
En respuesta, este convenio busca detener la crisis de pérdida de biodiversidad. Y, a nivel general, se basa en tres objetivos: la conservación de la biodiversidad, promover el uso sostenible de esta, y que los beneficios del uso de recursos genéticos (como plantas, semillas, entre otros) sean compartidos justamente.
¿Qué ha pasado en las COP de biodiversidad anteriores?
La COP15, que se realizó en Montreal, Canadá, luego de un par de aplazamientos por la pandemia, terminó en un acuerdo histórico. Se logró que 200 países se pusieran de acuerdo para establecer metas y mecanismos claros de financiación y de implementación con el objetivo de proteger los ecosistemas en peligro del planeta. Lo llamaron el marco mundial Kunming-Montreal.
Con este se espera que, para el 2030, al menos el 30 % de las áreas terrestres y marinas estén protegidas. Actualmente, en el mundo, cerca del 17 % de las zonas terrestres y el 8 % de las zonas marinas han sido declaradas protegidas.
¿Cómo lograrlo? Uno de los temas claves para la implementación de estos acuerdos mundiales, tanto en la COP de cambio climático, como la de biodiversidad, es la financiación. Sin el dinero, es muy difícil que países en desarrollo puedan hacer las transformaciones necesarias, mejoren la tecnología, tengan transferencia del conocimiento y puedan implementar los mecanismos necesarios.
Por eso, algo positivo del marco mundial Kunming-Montreal es que incluyó consideraciones de financiación. Por ejemplo, pide la creación de un fondo fiduciario especial, que se encargará de garantizar que los recursos lleguen a donde se necesitan. También genera un compromiso para que los Estados más desarrollados entreguen recursos a quienes necesitan inversión. Este sería, al menos, de US$ 30.000 millones al año.
Pero estas discusiones vienen desde antes. En Aichi, Japón, en el 2010, los Estados se fijaron 20 objetivos (con miras a 2020) para salvar la biodiversidad y reducir la presión humana. Sin embargo, a hoy, ninguno de los puntos se ha cumplido por completo.
¿Por qué es clave proteger la biodiversidad?
Usualmente relacionamos la biodiversidad con paisajes o animales carismáticos, como el oso de anteojos o los delfines. Para muchos, protegerla tiene que ver con conservar estas especies o lugares. Pero la biodiversidad también tiene funciones que van mucho más allá de lo estético. Nos brinda alimentos y materiales que necesitamos, nos protege de eventos extremos e, incluso, regula el clima.
Todos los beneficios que la naturaleza brinda se conocen como servicios ecosistémicos, que están divididos en cuatro categorías: los de abastecimiento, de regulación, de apoyo y culturales.
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