Colombia continúa intentando apagar 20 incendios que permanecen activos
Los pronósticos para las próximas semanas no son precisamente tranquilizadores. En las últimas horas, el Ideam advirtió que, de acuerdo con la predicción climática que elabora el Instituto, febrero será el mes “donde tendremos la mayor cantidad de déficit de precipitación extendida en gran parte del país”.
Durante los 26 días que lleva enero, las autoridades han reportado la ocurrencia de más de 260 incendios forestales en el país. De ellos, 245 se encuentran apagados o liquidados, 13 se encuentran controlados y 20 permanecen activos. “Las operaciones aéreas han sido fundamentales para contener las llamas”, reportó la ministra de ambiente, Susana Muhamad. El Gobierno Nacional activó en las últimas horas la Sala de Crisis Nacional para hacer seguimiento a la situación, que afecta a casi la totalidad de las regiones.
La emergencia ha obligado a declarar la calamidad pública en cinco departamentos (Huila, Sucre, Boyacá, La Guajira y Cundinamarca) y 32 municipios, por desabastecimiento, variabilidad climática y el fenómeno de El Niño. El departamento de Santander está en proceso de declaración.
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“Hacemos un llamado a la ciudadanía para que tome medidas de prevención y protección frente a los incendios forestales, así como para que reporte cualquier situación de riesgo a las autoridades competentes, reiterando su compromiso con la atención y la recuperación de las zonas afectadas por esta contingencia”, señaló la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
Los pronósticos para las próximas semanas no son precisamente tranquilizadores. Este jueves en rueda de prensa, el Ideam advirtió que, de acuerdo con la predicción climática que elabora el Instituto, febrero será el mes “donde tendremos la mayor cantidad de déficit de precipitación extendida en gran parte del país”.
En otras palabras, será el mes con menores lluvias respecto al trimestre de enero a marzo, que es el periodo en el que el Ideam prevé que se extienda el fenómeno de El Niño. Dada la persistencia de esas condiciones secas, la entidad pronostica la probabilidad de ocurrencia de incendios de la cobertura vegetal, teniendo alertas entre rojas y naranjas, principalmente en las regiones Caribe, Andina y Orinoquía.
Puede ver: Los 26 municipios que rompieron sus récords de temperatura en enero
Al mismo tiempo que se rompen récords de altas temperaturas y se consumen cientos de hectáreas por incendios forestales, 99 municipios del país se encuentran en alerta por heladas. En algunos poblados del altiplano cundiboyacense, las temperaturas han descendido hasta los -4,2 °C, como en el caso de Cerinza (Boyacá), o los -3,2 °C, en Sogamoso (Boyacá). De hecho, el Ideam explica que “estas condiciones meteorológicas favorecen las heladas en zona de montaña, entre los 1800 y 3000 metros, lo que a su vez favorece la disponibilidad de biomasa seca con bajos contenidos de humedad del suelo, que propician el aumento de la probabilidad de la propagación de los incendios de la cobertura vegetal”.
La ocurrencia de estos incendios incide significativamente en el detrimento de la calidad del aire en la zona afectada, que, sumado a la ausencia o bajas precipitaciones y vientos moderados en intensidad, favorecen la dispersión de los contaminantes y desfavorecen los procesos de lavado de la atmósfera. Ciudades como Bogotá o Medellín ya están monitoreando y alertando sobre una baja la calidad de su aire.
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Durante los 26 días que lleva enero, las autoridades han reportado la ocurrencia de más de 260 incendios forestales en el país. De ellos, 245 se encuentran apagados o liquidados, 13 se encuentran controlados y 20 permanecen activos. “Las operaciones aéreas han sido fundamentales para contener las llamas”, reportó la ministra de ambiente, Susana Muhamad. El Gobierno Nacional activó en las últimas horas la Sala de Crisis Nacional para hacer seguimiento a la situación, que afecta a casi la totalidad de las regiones.
La emergencia ha obligado a declarar la calamidad pública en cinco departamentos (Huila, Sucre, Boyacá, La Guajira y Cundinamarca) y 32 municipios, por desabastecimiento, variabilidad climática y el fenómeno de El Niño. El departamento de Santander está en proceso de declaración.
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“Hacemos un llamado a la ciudadanía para que tome medidas de prevención y protección frente a los incendios forestales, así como para que reporte cualquier situación de riesgo a las autoridades competentes, reiterando su compromiso con la atención y la recuperación de las zonas afectadas por esta contingencia”, señaló la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
Los pronósticos para las próximas semanas no son precisamente tranquilizadores. Este jueves en rueda de prensa, el Ideam advirtió que, de acuerdo con la predicción climática que elabora el Instituto, febrero será el mes “donde tendremos la mayor cantidad de déficit de precipitación extendida en gran parte del país”.
En otras palabras, será el mes con menores lluvias respecto al trimestre de enero a marzo, que es el periodo en el que el Ideam prevé que se extienda el fenómeno de El Niño. Dada la persistencia de esas condiciones secas, la entidad pronostica la probabilidad de ocurrencia de incendios de la cobertura vegetal, teniendo alertas entre rojas y naranjas, principalmente en las regiones Caribe, Andina y Orinoquía.
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Al mismo tiempo que se rompen récords de altas temperaturas y se consumen cientos de hectáreas por incendios forestales, 99 municipios del país se encuentran en alerta por heladas. En algunos poblados del altiplano cundiboyacense, las temperaturas han descendido hasta los -4,2 °C, como en el caso de Cerinza (Boyacá), o los -3,2 °C, en Sogamoso (Boyacá). De hecho, el Ideam explica que “estas condiciones meteorológicas favorecen las heladas en zona de montaña, entre los 1800 y 3000 metros, lo que a su vez favorece la disponibilidad de biomasa seca con bajos contenidos de humedad del suelo, que propician el aumento de la probabilidad de la propagación de los incendios de la cobertura vegetal”.
La ocurrencia de estos incendios incide significativamente en el detrimento de la calidad del aire en la zona afectada, que, sumado a la ausencia o bajas precipitaciones y vientos moderados en intensidad, favorecen la dispersión de los contaminantes y desfavorecen los procesos de lavado de la atmósfera. Ciudades como Bogotá o Medellín ya están monitoreando y alertando sobre una baja la calidad de su aire.
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