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Esta mañana, Colombia amaneció con la noticia del accidente que provocó un hipopótamo (Hippopotamus amphibius), que, al parecer, habría escapado de la Hacienda Nápoles, ubicada en el corregimiento de Doradal, en Puerto Triunfo (Antioquia). El animal murió tras ser arrollado por una camioneta que se movilizaba por esta vía en la noche del martes (11 de abril). Los ocupantes del vehículo resultaron ilesos.
Tras este accidente, el cuarto que se registra en los últimos tres años, el debate por cuál debe ser el futuro de estos animales, que son una especie exótica invasora en el país, volvió a prenderse. Algunos, como el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, le pidieron ayuda al presidente Gustavo Petro y a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, para obtener los permisos necesarios y poder trasladar 60 hipopótamos a México e India. (También puede leer: Trasladar diez hipopótamos de Colombia a México, toda una película)
Qué hacer con los hipopótamos es una pregunta que ha trasnochado a biólogos, pobladores, ministros, entre otros, incluso desde antes de que el Ministerio de Ambiente los declarara como especie exótica invasora en marzo de 2022. De hecho, en la resolución en la que se tomó la decisión, el Ministerio de Ambiente señalaba que, en conjunto con las entidades que conforman el Sistema Nacional Ambiental (SINA), debían definir e implementar las medidas de prevención, control y manejo de la especie.
Con este objetivo, en enero de 2022 el Ministerio de Ambiente firmó un convenio con el Instituto de Investigación Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional, para “proponer las acciones de manejo, control y erradicación de Hippopotamus amphibius, a través del análisis de la dimensión socioambiental, demográfica y ecológica de la especie”. (Le puede interesar: Podría caerse la declaración del hipopótamo como especie invasora)
La investigación tenía un tiempo estimado de realización siete meses, según consta en el Secop, la plataforma donde se puede consultar la contratación realizada por el Estado. Considerando este plazo, los resultados del trabajo debieron ser entregados en agosto del año pasado y, de acuerdo con distintos académicos que se manifestaron a través de Twitter, el documento que los contenía ha estado listo desde octubre de 2022. Por eso, le solicitaron en reiteradas ocasiones a la ministra de Ambiente que lo publicará. Su solicitud fue atendida en la tarde de este miércoles (12 de abril), cinco meses y medio después del 26 de octubre, cuando se entregó el estudio.
¿Qué se debería hacer con los hipopótamos según el estudio?
El documento, que fue realizado por 28 investigadores del Instituto Humboldt, el ICN de la Universidad Nacional y la Corporación Autónoma Regional de los ríos Negro y Nare (Cornare), consta de 170 páginas y está dividido en cinco capítulos. El cuarto de ellos propone las diferentes acciones de manejo, control y erradicación del hipopótamo en Colombia.
Sin embargo, antes de abordar las acciones que se proponen para controlar a esta especie invasora, es importante entender cuántos hipopótamos puede haber en Colombia, en qué partes estarían y cuáles son los impactos negativos que su presencia tiene para los ecosistemas y las comunidades que habitan dichas regiones.
Según el estudio, en el país hay registro de que existen 169 hipopótamos, pero, de acuerdo con estimaciones, podría haber entre 181 y más de 215 individuos, de los cuales 37 % serían crías y juveniles, 35 % subadultos y 28 % adultos. De la Hacienda Nápoles, en Doradal (Antioquia), donde el narcotraficante Pablo Escobar ubicó los primeros cuatro hipopótamos que llegaron al país en 1981, la población de estos gigantescos animales ha llegado a extenderse hasta la depresión momposina, cientos de kilómetros al norte de su ubicación inicial. (Le puede interesar: Hipopótamos podrían ser trasladados a México antes de julio: Gobernación de Antioquia)
Desde Nápoles hasta la depresión momposina, la cantidad de hipopótamos varía drásticamente y esto, de acuerdo con el estudio, debe ser tenido en cuenta para determinar las acciones que serán empleadas para controlar a la especie invasora. Por ejemplo, mientras en la primera pueden estar cerca de 122 hipopótamos, en áreas como Yondó y la depresión los individuos no serán más de 20.
Aunque la distribución de estos animales varía a lo largo de la región, los científicos sí reconocen los impactos negativos que pueden tener sobre los ecosistemas que han ido colonizando. Competencia por recursos, desplazamientos, transmisión de enfermedades, contribución de grandes cantidades de materia fecal que sobrecargan las lagunas, compactación del suelo, entre otros, son los algunos de los impactos que ya son evidentes en Colombia. Por estos y otros motivos, las especies invasoras son uno de los principales motores de pérdida de biodiversidad no solo en el país, sino en el mundo.
Por estas razones, así como por los riesgos que implica para los seres humanos la presencia de hipopótamos, es que el país debe contar con un plan que permita manejar, controlar y erradicar a esta especie, como lo han señalado académicos, comunidades y el propio ministerio.
De no adelantarse ningún tipo de manejo, advierten los investigadores, para 2035, es decir, en 12 años, la población total superará los 1.000 individuos, mientras que entre 2037 y 2060 podría llegar a haber poco más de 1.300.
Entonces, ¿qué hacer con los hipopótamos?
De acuerdo con la investigación, son cinco las acciones de manejo que se pueden emplear para tratar a esta especia invasora en el país. La caza de control, la translocación y el confinamiento, aseguran los científicos, “están dirigidas a generar impactos directos en la población de hipopótamos”, mientras que las alertas tempranas y la intervención social, “están dirigidas a prevenir y mitigar los impactos directos en la población humana y sus medios de subsistencia”. (Puede leer también: En la cumbre de Canadá quieren “poner en cintura” a los hipopótamos de Pablo Escobar)
Pero, ¿qué significa cada una de estas acciones? A continuación les explicamos:
- Caza de control: esta puede ser física, a través de disparos o conmoción cerebral, o química, con la inyección de medicamentos.
- Translocación: se refiere al traslado de individuos libres hacia zoológicos o poblaciones silvestres en área de distribución nativa (como África, por ejemplo).
- Confinamiento: es el aislamiento físico de un área del territorio para contener a un grupo de hipopótamos y mantenerlos ahí hasta su muerte.
- Alertas tempranas: brigadas informativas, campañas de comunicación, ruta de reporte de interacción con hipopótamos, entre otras “medidas de prevención en las áreas y zonas en donde es inminente la presencia de la especie en el corto y mediano plazo”.
- Intervención social: además de las actividades contempladas en las alertas tempranas, estás también contemplan la señalética en sitios susceptibles de conflicto humano-hipopótamos, así como el establecimiento de una red de vigías ribereños para monitoreo de la especie. Estas acciones se contemplan en Doradal, Puerto Boyacá, Puerto Nare, Puerto Sánchez, Puerto Berrío, Ciénaga de Barbacoas, Carare Viejo y Barrancabermeja.
Es importante aclarar que cada una de estas acciones, sobre todo las tres primeras, dirigidas a generar impactos directos en la población de hipopótamos, contemplan diferentes rutas de implementación, siendo la translocación la más extensa, seguida por el confinamiento. La caza de control sería la más corta.
Ahora, teniendo en cuenta parámetros como la cantidad de individuos en una zona, entre otros, los científicos propusieron distintas acciones de manejo para hacerle frente a los hipopótamos y las calificaron según su prioridad de implementación, que va desde el corto plazo, pasando por el mediano, hasta el largo plazo.
Por ejemplo, en Napolés, la región donde más hipopótamos hay en el país, los investigadores consideran que acciones como el confinamiento y la caza de control deberían ser implementadas en el corto plazo, así como las alertas tempranas y la intervención. Mientras tanto, la translocación podría implementarse en un mediano plazo.
En Tolones y Cocorná, las acciones de manejo son similares, a excepción del traslado de animales, que puede ser implementado a largo plazo.
Para las demás regiones, como Nare, Berrío, Yondó y la depresión momposina, la única acción dirigida contra los hipopótamos que se contempla es la caza de control en un mediano plazo, mientras que las alertas tempranas o la intervención social deberían ser implementadas en un corto o mediano plazo.
Además de determinar las acciones que deberían ser adelantadas para manejar, controlar y erradicar a los hipopótamos, así como su prioridad de implementación, los 28 investigadores señalaron que es “imperativo” que el Ministerio de Ambiente formule un plan de manejo “atendiendo a las recomendaciones técnicas”.
El Espectador intentó contactar a los autores del documento para ahondar más sobre sus recomendaciones. Sin embargo, al cierre de esta edición, las oficinas de prensa del Instituto Humboldt y la Universidad Nacional seguían coordinando con el Ministerio de Ambiente la participación de los expertos.
Aunque el Ministerio de Ambiente no se ha pronunciado sobre el estudio, sus hallazgos y recomendaciones, a finales de marzo la ministra de Ambiente señaló por Twitter que “con base en los resultados, estamos definiendo la política general y el presupuesto para este cuatrienio. Esperamos anunciar decisiones en el próximo mes”.
A continuación puede consultar el estudio completo: