Colombia, el país del mundo donde habría más plantas por descubrir
Un reciente reporte del Real Jardín Botánico de Kew (Londres) estableció que en Colombia podría haber más de 4.000 especies de plantas que aún no han sido descritas por la ciencia. El panorama podría ser aún más grande al hablar de hongos, pues se estima que se han descrito menos del 10 % de todas las especies de este reino.
César Giraldo Zuluaga
En el mundo se conocen 350.386 especies de plantas y alrededor de 155.000 especies de hongos, de acuerdo con el más reciente reporte sobre el estado de estos dos reinos de la naturaleza elaborado por el reconocido Jardín Botánico de Kew, en Londres, y publicado solo hace algunos días.
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En el mundo se conocen 350.386 especies de plantas y alrededor de 155.000 especies de hongos, de acuerdo con el más reciente reporte sobre el estado de estos dos reinos de la naturaleza elaborado por el reconocido Jardín Botánico de Kew, en Londres, y publicado solo hace algunos días.
Pese a este vasto conocimiento, reconocía el biólogo brasileño Alexandre Antonelli, director científico de este jardín botánico, “puede sorprender saber que, hasta la fecha, no hemos sido capaces de responder con seguridad a una de las preguntas más fundamentales sobre la diversidad de plantas y hongos: ¿cuántas especies hay en el mundo y en dónde?”. (Puede leer: Así buscarán nueve países de Sudamérica y Asia salvar a los delfines de río)
Para Antonelli, este insuficiente conocimiento sobre la diversidad de plantas y hongos tiene graves implicaciones para la conservación de las mismas. Un ejemplo de esto podría verse en el Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, firmado a finales del año pasado por 196 países. Este instrumento global busca, a grandes rasgos, frenar y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030. Pero, apuntaba el biólogo brasileño, varios de los objetivos de este marco “dependen de que se disponga de datos sólidos sobre biodiversidad”.
A los 200 científicos de 30 países que participaron en la elaboración de este reporte —el quinto de este tipo que publica este jardín botánico—, también les preocupa el hecho de que se encuentran en lo que ellos mismos han denominado “una carrera contrarreloj”. Tres de cada cuatro especies de las 100.000 que los investigadores estiman aún quedan por describir oficialmente, estarían en peligro de extinción. (Le puede interesar: Empresas colombianas desconocen autoridad indígena en proyectos de carbono en Amazonía)
A esta cifra llegaron luego de cruzar los datos de la Lista Mundial de Plantas Vasculares con la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En este ejercicio encontraron que más del 77 % de las especies que fueron descritas en 2020 cumplieron con los criterios para estar incluidas en las categorías de amenazadas.
La situación con los hongos podría ser aún más crítica, un reino que Aida Vasco, micóloga de la Universidad de Antioquia y vicepresidenta de la Asociación Colombiana de Micología (la ciencia que estudia los hongos), señala como “los hermanitos olvidados de la biología”. Y es que, según las más recientes estimaciones, en el mundo podría haber cerca de 2.500.000 especies de hongos. Sin embargo, entre el 92 y el 95 % de estas todavía no han sido descritas por la ciencia. (También puede leer: En 2022 el mundo perdió más de seis millones de hectáreas por deforestación)
Por estas razones, el nuevo reporte, además de actualizar la lista de plantas y hongos y su distribución a lo largo del mundo, se enfocó en identificar los “agujeros negros en los datos”, es decir, los países y regiones donde se estima que se encuentran la mayor cantidad de plantas por descubrir en el mundo y donde deberían centrarse los esfuerzos.
Colombia en el primer lugar de especies por descubrir y describir
Para determinar estos “agujeros negros”, los científicos revisaron la Lista Mundial de Plantas Vasculares, la plataforma del Fondo Mundial de Información sobre la Biodiversidad (GBIF, por sus siglas en inglés), entre otros recursos en línea donde se sistematiza la cantidad de plantas conocidas en la actualidad. Luego de esto, analizaron los patrones históricos y geográficos “de las descripciones de especies de plantas vasculares para predecir cuántas especies quedan por describir científicamente”.
Tras este ejercicio, los investigadores llegaron a que en el planeta existen 32 “puntos oscuros” que coincidieron, en gran medida, con los 36 puntos calientes de biodiversidad que han sido identificados anteriormente. En otras palabras, países y regiones donde aún quedan miles de plantas por describir.
Aunque más de la mitad de estos lugares se encuentran en Asia, Colombia, la isla de Borneo y Ecuador encabezan la lista de los países donde falta mayor conocimiento taxonómico y geográfico. En un apartado del informe, estiman que en cada uno de estos lugares podría haber hasta 4.000 plantas por describir. (Puede leer: Escasez de agua y altas temperaturas: avanza la sequía en la Amazonia)
Para Carolina Castellanos, investigadora del Instituto Humboldt, este primer lugar en el top puede tener múltiples explicaciones. Al hecho de que hacer expediciones en un país como Colombia es una tarea compleja en términos logísticos y económicos, la ecóloga señala que aún hay varios registros en los herbarios (colecciones de plantas) que no se han hecho públicos.
A estas razones, agrega que “la identificación de especies es una labor que requiere de mucha experticia y conocimiento de los grupos. Si bien hay especialistas, hay familias en las que no es tan fácil encontrarlos”. Los cactus, dice, son un ejemplo de estas familias “huérfanas” que hay en el país. Otro aspecto que hay que considerar, apunta la investigadora del Humboldt, es la baja inversión que dedica Colombia a la investigación científica.
Es por esto, continúa Castellanos, que la investigación científica se ha centrado en algunas regiones del país, mientras que otras permanecen poco estudiadas. De acuerdo con un estudio publicado en 2014 por el I. Humboldt, cinco departamentos del país (Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca, Chocó y Guainía), concentraban más del 50 % de registros biológicos, entre los que se encuentran fauna y flora. (Puede interesarle: Providencia ya está en pie, ahora hay que darlo todo para salvar a sus manglares)
Algo similar ha ocurrido en la micología, considera Vasco, de la Universidad de Antioquia. “Las zonas mejor muestreadas del país se encuentran cerca de las carreteras y de las grandes universidades, sobre todo en Antioquia y Cundinamarca. No hay datos, por ejemplo, de las islas y en la Orinoquía hay muy pocos, en Guaviare no hay ni uno, y en otros departamentos como Vichada, Guainía y Vaupés hay de 1 a 9″.
En un simposio realizado en Londres en el marco del lanzamiento del reporte del Real Jardín Botánico de Kew, Vasco señaló que, para 2023, en el país se tienen registros de 7.585 especies de hongos. Ahora, si se tiene en cuenta que las estimaciones del Catálogo de Hongos de Colombia (2022), publicado precisamente por este jardín Botánico, apuntan a que la riqueza de especies existentes de hongos en el país oscila entre las 27.340 especies, en el cálculo más conservador, y las 380.000 especies en el más optimista, el conocimiento sobre este reino es de entre el 27,6 y el 2 % del total, respectivamente.
El bajo conocimiento de los hongos en Colombia, que refleja el panorama mundial —pues solo se conoce entre el 5 y 8 % del total de las especies—, se debe, en parte, al desarrollo de la micología en el país, comenta Vasco. Si bien los hongos en Colombia se han investigado desde hace siglos, siendo Francisco José de Caldas el primero en reportar uno para el país, solo hasta la década de 1970 se empieza a vivir lo que la micóloga antioqueña y su colega Bibiana Moncada denominan “el periodo de iluminación de la micología”.
Los últimos 50 años han coincidido con la mayor cantidad de visitas de especialistas internacionales y “con el despertar de la micología nacional en todas las áreas conocidas”, apuntan Vasco y Moncada. Muestra de lo último, dice la profesora de la Universidad de Antioquia, son los 96 grupos de investigación sobre hongos que hay en los registros del Ministerio de Ciencias. (Le puede interesar: Gran expectativa por reunión que le abriría las puertas a la minería submarina)
Pese a esto, advierte Vasco, todavía falta mucho por avanzar, pues aún hay pocos micólogos en el país y varios institutos de investigación como el Humboldt y el de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP), ni siquiera cuentan con uno. A esto se le suma el hecho de que hay pocas plazas de trabajo y que las expediciones financiadas por los gobiernos no contemplan un énfasis en este reino de la naturaleza.
Vasco y Castellanos reconocen que, a nivel nacional, las soluciones podrían pasar por mayor inversión en investigación científica que repercuta, además, en más especialistas tanto en biología como en micología. Mientras tanto, los científicos que elaboraron el reporte del Real Jardín Botánico de Kew plantean, dentro de una serie de acciones, conservar de manera eficiente los puntos calientes de biodiversidad y superar los puntos oscuros de los datos sobre diversidad.
Sobre estos últimos puntos, dice Castellanos del Humboldt, que el conocimiento es en sí mismo una acción de conservación. “Los proyectos a nivel nacional e internacional se están moviendo más hacia acciones prácticas, que son necesarias, pero los recursos para investigación no son muchos”, concluye la ecóloga.