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Colombia tiene el único caso en el mundo donde se encuentran hipopótamos (Hippopotamus amphibius) como especie exótica naturalizada en ecosistemas naturales. Actualmente se desconoce el número de animales en estado silvestre en nuestro país; sin embargo, los esfuerzos se han concentrado en hacer modelos de proyecciones de la población de la especie, según los cuales para 2030 podría haber, aproximadamente, 700 hipopótamos en Colombia.
“Con este estudio en campo se contribuirá a la actualización de los registros de la especie en campo, con la cual buscamos obtener una estimación del número de animales en estado silvestre, su distribución geográfica y su posible estructura de edades. Este levantamiento de información lo haremos a través de sobrevuelos con drones y recorridos en lancha por el río”, señaló María Piedad Baptiste, investigadora de la línea de Gestión de Especies de Interés del Instituto Humboldt y líder del proyecto. (¿Los hipopótamos son personas jurídicas?)
De manera paralela, se identificarán las características del hábitat actual de los hipopótamos y los factores que influyen en su dispersión y establecimiento. Según explica Baptiste, el análisis de esta información permitirá describir las posibles rutas de dispersión e identificar la vulnerabilidad ambiental de especies nativas como el manatí, así como ecosistemas y áreas protegidas que pueden verse afectadas por la presencia de los hipopótamos. (Reportan en Antioquia un nuevo ataque de un hipopótamo a una persona)
El estudio se hará en regiones con registros históricos, específicamente en la región del Magdalena Medio en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Boyacá y Santander. Como resultado del proyecto, se obtendrán mapas de distribución potencial de la especie, el tamaño de la población, su estructura basada en el tamaño corporal estimado y las acciones de investigación y monitoreo que deberán desarrollarse a partir del 2022.
Según el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Correa, “este proyecto tiene entre sus metas proponer actividades de investigación futuras necesarias para la consolidación del plan de manejo, control y erradicación de la especie en el territorio nacional. Para avanzar en esta tarea trabajamos de manera articulada el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Humboldt y la Universidad Nacional de Colombia, a través del Instituto de Ciencias Naturales mediante la unión de esfuerzos técnicos, administrativos y financieros”, concluyó Correa. (Castrar a los hipopótamos con GonaCon. ¿Qué se sabe de este producto?)
Este trabajo se suma a los esfuerzos de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare) en el manejo y control de la especie, así como a las investigaciones científicas de distintas entidades del país como la Pontificia Universidad Javeriana, entre otros.
Por su parte, el director del Instituto Humboldt, Hernando García, indicó que “continuamos articulando esfuerzos y enriqueciendo las discusiones a través de la generación de información técnica y científica de los más altos estándares que entregue las herramientas para la toma de decisiones informadas por parte de las autoridades ambientales en cuanto al manejo de la especie y en beneficio de la biodiversidad nacional”.
El registro inicial de la especie en Colombia fue reportado en la Hacienda Nápoles, ubicada en el corregimiento de Doradal (Puerto Triunfo, Antioquia) a 13.5 km del río Magdalena. En una línea cronológica, desde el primer registro en 1981 hasta la actualidad, se tienen indicios de que la especie ha hecho presencia desde Puerto Triunfo hasta Magangué.
Los hipopótamos se distribuyen naturalmente en África subsahariana y se consideran extintos localmente en Argelia, Egipto, Mauritania y Liberia. Una de las características que destaca a los hipopótamos es su territorialidad, razón por la que se considera una especie peligrosa, y que ocasiona más muertes que animales como el león y los elefantes.
Debido a que habitan en cuerpos de agua, los hipopótamos presentan adaptaciones fisiológicas para un estilo de vida anfibio. Estos hábitats son cruciales para su reproducción puesto que allí se lleva a cabo el cortejo y el apareamiento. Un factor determinante en su distribución es la disponibilidad de alimento. Se calcula que su dieta se basa en pastos terrestres, consumiendo cerca de 50 kg de hierba diaria.
Dado la cantidad de alimento diario que consume cada individuo, se podría reducir el crecimiento de la vegetación nativa, modificando el entorno físico, alterando la disponibilidad de hábitat, los recursos para diferentes especies, así como los procesos ecológicos a diferentes escalas.
Este comportamiento podría tener un impacto muy fuerte en el recurso hídrico, al abrir canales alternos y permitiendo la incorporación de nutrientes como materia orgánica y amoniaco a los afluentes de agua, afectando especies como los peces y, eventualmente, a las comunidades de pescadores.