Al año se recoge más o menos una tonelada de semillas de guáimaro.
Foto: Mateo Fernández
Aunque alguna vez el Bosque Seco Tropical (BST) cubrió más de nueve millones de hectáreas del país, hoy se conserva apenas un 8% de su superficie. Debido a su fertilidad y a su riqueza natural, este ecosistema ha estado en constante amenaza por la producción ganadera, minera, agrícola, y en general, por las actividades económicas que han alterado la estabilidad de sus suelos y de sus fuentes hídricas.
Por Carlos Eduardo Díaz Rincón
Periodista y politólogo de la Universidad Javeriana. Amante de la cultura y del análisis de la política nacional e internacional. Principales intereses: resolución de conflictos, saberes comunitarios, política pública y cultura Hip Hop. Apasionado por la literatura sobre populismo, movimientos sociales e investigación de medios.@carlosdiazr4cediaz@elespectador.com
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