Controlar las especies invasoras es una “urgencia”, reitera un gran informe global
Las especies exóticas invasoras, introducidas por actividades humanas más allá de sus áreas de distribución natural, representan una amenaza significativa para la biodiversidad y los ecosistemas globales. Un informe reciente de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) destaca la urgente necesidad de acción para abordar este problema creciente.
Desde hace un tiempo se reconoce que las especies exóticas invasoras, definidas como aquellas especies introducidas fuera de su área de distribución natural que se establecen y proliferan, representan una gran amenaza para la naturaleza y las personas. Pero hasta hace poco, no existía una revisión global integral del estado, las tendencias, los impulsores, los impactos, la gestión y los desafíos de gobernanza de las invasiones biológicas. Un grupo de científicos de un organismo llamado “Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas” (IPBES, por sus siglas en inglés), acaba de publicar uno de los informes más completos hasta el momento. Su mensaje principal: hay que actuar ya.
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Desde hace un tiempo se reconoce que las especies exóticas invasoras, definidas como aquellas especies introducidas fuera de su área de distribución natural que se establecen y proliferan, representan una gran amenaza para la naturaleza y las personas. Pero hasta hace poco, no existía una revisión global integral del estado, las tendencias, los impulsores, los impactos, la gestión y los desafíos de gobernanza de las invasiones biológicas. Un grupo de científicos de un organismo llamado “Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas” (IPBES, por sus siglas en inglés), acaba de publicar uno de los informes más completos hasta el momento. Su mensaje principal: hay que actuar ya.
“Las plantas, animales y otros organismos exóticos invasores han alterado drásticamente los ecosistemas en todo el mundo”, dice en un aparte la investigación, publicada en Nature. Entre los efectos conocidos está, por ejemplo, la llamada “homogeneización de la biota a escala global”, lo que significa que las comunidades biológicas locales se vuelven cada vez más similares entre sí debido a la invasión de especies reduciendo así la diversidad regional y la singularidad de los ecosistemas.
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Las especies invasoras, señala el reporte, son responsables de hasta 60% de las extinciones conocidas. El costo económico global anual de las invasiones biológicas se ha cuadruplicado cada década desde 1970 y superó los 423.000 millones de dólares en 2019, siendo, aun así, dicen los científicos, una estimación muy conservadora que no incluye los costos sociales y culturales.
Al menos 37.000 especies exóticas establecidas han sido introducidas por actividades humanas más allá de su área de distribución natural en todas las regiones y biomas de la Tierra, incluidos entornos remotos y aislados. Las islas, y particularmente las islas remotas con un alto endemismo, es decir, las que poseen especies que no se encuentran en ningún otro lugar, son altamente susceptibles a los impactos de especies exóticas invasoras: allí el 90% de las extinciones globales documentadas se atribuyen principalmente a especies invasoras. Por ejemplo, la Boiga irregularis (serpiente arbórea marrón) causó la extinción de casi todas las aves forestales en Guam, incluida la extinción global de Myiagra freycineti (papamoscas de Guam).
El problema, dice el informe recién publicado, es que se espera que las amenazas que plantean las especies exóticas invasoras sigan aumentando. “Un número cada vez mayor de especies están siendo transportadas más allá de sus áreas de distribución naturales hacia nuevas áreas a través de una amplia gama de actividades humanas”, se puede leer. Y hay un ejemplo para entender ese riesgo: cada año, aproximadamente 200 nuevas especies exóticas son introducidas globalmente por actividades humanas en regiones en las que no se habían registrado antes. Si esas estimaciones son correctas, los expertos esperan que el número total de especies exóticas aumente un 36% para 2050 en comparación con 2005.
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Pero incluso si eso no pasa, y los humanos dejan de introducir especies exóticas en otros ecosistemas, las que ya existen seguirán ampliando su distribución geográfica y extendiéndose a nuevos países y regiones, y muchas de ellas causarán impactos negativos, advierte la investigación.
Algunas especies exóticas invasoras se propagan muy rápidamente y su impacto es inmediato y continúa a largo plazo; por ejemplo, patógenos de rápida propagación como el virus Zika y Batrachochytrium dendrobatidis (hongo quitridio) y depredadores de rápida propagación como Pterois spp. (el pez león).
Otras especies exóticas invasoras, por el contrario, tardan un poco más de tiempo en propagarse y ocupar completamente sus áreas de distribución potenciales, y puede pasar un tiempo considerable antes de que los impactos sean evidentes (por ejemplo, pueden pasar décadas antes de que se registren los impactos de los árboles exóticos invasores y de las especies exóticas marinas invasoras).
El cambio climático es un factor importante que facilita el establecimiento y la propagación de estas especies invasoras. Por ejemplo, el calentamiento climático está permitiendo que especies exóticas invasoras acuáticas y terrestres se establezcan y se propaguen hacia los polos, incluidas las regiones árticas y antárticas. Además, en algunas regiones montañosas, el cambio climático, junto con otros factores de pérdida de biodiversidad, ha permitido que las especies exóticas invasoras extiendan su área de distribución a elevaciones más altas dos veces más rápido que las especies nativas. Los cambios en el uso de la tierra y del mar pueden crear corredores a lo largo de los cuales las especies invasoras pueden propagarse y al mismo tiempo causar perturbaciones en los hábitats nativos, haciendo que dichos hábitats sean menos resistentes a las invasoras.
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Dada la magnitud de estos riesgos, ¿qué se puede hacer? El IPBES propone un camino: la prevención. Muchas posibles invasiones biológicas futuras se pueden prevenir. De hecho, dice la investigación, la prevención sigue siendo la opción más rentable para reducir las amenazas de las invasiones biológicas en comparación con la inversión necesaria para implementar acciones de gestión adecuadas para contrarrestar los impactos negativos una vez que se establecen las especies exóticas invasoras.
Esta prevención se puede lograr mediante la gestión de las vías de acceso de estas especies (incluidos controles eficaces de las importaciones, bioseguridad fronteriza y servicios de cuarentena), y también a través de estrategias de comunicación y participación pública.
La preparación cuando la prevención falle, sin embargo, sigue siendo clave. Esto incluye las estrategias nacionales de vigilancia (por ejemplo, a través de ciencia comunitaria (ciudadana) o sitios centinela) para la detección temprana de nuevas especies exóticas. Después de detectarlas, los investigadores creen fundamental una respuesta rápida para erradicar o contener las poblaciones de esas especies invasoras.
“Aunque la prevención y la preparación funcionan mejor de la mano, la erradicación, la contención y el control de especies exóticas invasoras establecidas también han sido eficaces en contextos limitados y específicos”, dice el estudio. Lograr ese control es posible: de 1.550 ejemplos documentados de erradicación de especies exóticas invasoras, el 88% tuvo éxito, particularmente involucrando vertebrados en islas. El control biológico clásico ha tenido éxito para las plantas e invertebrados exóticos invasores en más del 60% de los 347 programas documentados, y el 60% de los invertebrados, documenta la investigación.
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Sin embargo, esta erradicación tiene retos: no solo puede ser costosa, sino que algunos ambientes como los marinos es casi imposible de lograr. De ahí, dice la investigación, que sea clave utilizar herramientas y tecnologías emergentes para el control de estas especies.
No hay que olvidar, como lo recuerdan al final del artículo los investigadores, que la meta 6 del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal adoptado por los países se propone eliminar, minimizar, reducir y mitigar los impactos de las especies exóticas invasoras sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. El plan para alcanzar esta meta (y las demás) será el tema central de la COP16 que se realizará en Colombia.
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