Blanqueamiento de coral y otros datos inquietantes en parques marinos de Colombia

Empecemos con una imagen que sintetiza lo que está pasando en los océanos. A diferencia de otros años, en 2023 y 2024, la temperatura de la superficie del mar ha superado todos los registros. Es tan alta que está generando muchas preguntas entre quienes le siguen la pista al calentamiento global. Johan Rockström, uno de los científicos más conocidos en temas de cambio climático, dice en su charla TED que es una alarma a la que deberíamos prestarle mucha atención.

Empecemos con una imagen que sintetiza lo que está pasando en los océanos. A diferencia de otros años, en 2023 y 2024, la temperatura de la superficie del mar ha superado todos los registros. Es tan alta que está generando muchas preguntas entre quienes le siguen la pista al calentamiento global. Johan Rockström, uno de los científicos más conocidos en temas de cambio climático, dice en su charla TED que es una alarma a la que deberíamos prestarle mucha atención.

Una de las razones por las que la temperatura de la superficie del mar trasnocha a quienes investigan los ecosistemas marinos es porque tiene serios efectos en los arrecifes de coral, donde se encuentra el 25% de la vida del mar. El Informe Planeta Vivo, que lanzó WWF hace un par de semanas, lo ponía en términos sencillos: las olas de calor submarinas provocadas por el cambio climático están causando su blanqueamiento masivo de los arrecifes de coral. Eso fue justo lo que sucedió en 2024 en la Gran Barrera de Coral, al oriente de Australia.

En Colombia, acaba de mostrar el último informe de Parques Cómo Vamos, lanzado en la COP16, también hay razones para inquietarse. El capítulo elaborado por David Alejandro Alonso Carvajal, del Invemar (Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras), indica que tras las altas temperaturas que hubo en el segundo semestre del 2023 notaron que hubo blanqueamiento en varios puntos.

“De las tres áreas de Parques Nacionales Naturales (PNN) monitoreadas para este fenómeno, el Santuario de Fauna y Flora Malpelo —en el Pacífico— fue, quizás, la más afectada, pues casi la totalidad de las especies de coral presentes en el área de barlovento se vieron blanqueadas”, se lee.

En este santuario, ubicado a unos 500 kilómetros de Buenaventura y declarado Patrimonio Natural de la Humanidad, el Invemar detectó que el 80% de las colonias de la especie Porites lobata estaban completamente blanqueadas. La especie Pocillopora eydouxi no corrió con tan mala suerte; solo unas colonias sufrieron blanqueamiento.

Al otro extremo, en el mar Caribe, también hubo casos inquietantes. Alonso Carvajal escribe que en el PNN Old Providence McBean Lagoon, en la isla de Providencia, hubo blanqueamiento en las áreas coralinas de barlovento. En las especies Orbicella faveolata y O. annularis se detectó un blanqueamiento de entre el 70% y el 100%.

En el otro lugar monitoreado por el Invemar, el PNN Tayrona, la situación fue diferente. “Si bien la mayor parte de sus colonias de Colpophyllia natans, Diploria labyrinthiformis, Orbicella faveolata y O. annular estaban blanqueadas, un gran número de especies no se vieron afectadas y en un par de sitios el blanqueamiento fue leve (palideció muy poco). Las especies con mayor número de colonias en todo el PNN, Pseudodiploria strigosa y Montastraea cavernosa, no presentaron afectación”, señala el documento de Parques Cómo Vamos.

Aunque ha habido algunos ejemplos que muestran que, tras episodios similares de blanqueamiento, como los que hubo en 1998, en 2002, en 2016, en 2017, en 2020 y en 2022, la Gran Barrera de coral australiana ha dado muestras de recuperarse, “es probable que su capacidad resulte cada vez más mermada”, señalaba el informe Planeta Vivo. De hecho, advertían, entre el 70% y 90% de arrecifes de coral desaparecerán, si incluso, mantenemos la temperatura del planeta en la popular meta de los 1,5° Celsius.

Ómar Franco, el director de Parques Cómo Vamos, que reúne a varios actores como la U. Javeriana, la U. de los Andes y Wildlife Conservation Society, dice que, pese a esos datos tan preocupantes que revela el Invemar, hay un gran déficit de información a la hora de hablar de ecosistemas marinos en Colombia. Se requiere, insiste, más investigación para entender qué es lo que está pasando en las áreas protegidas marinas del país.

Como contamos con más detalle en este artículo, es un proceso que, a los ojos de Parques Cómo Vamos, debe empezar por una reorganización de PNN y un incremento de su presupuesto. Sus ingresos han sido, en promedio, de US $44 millones por año, pero deberían ser de entre US $205 millones y US $373 millones para que haya una adecuada gestión, indican en un capítulo.

Enfermedades que están poniendo en aprietos a los corales

No solo las altas temperaturas del océano están poniendo en apuros a los corales. Los datos recogidos por Alonso Carvajal muestran que hay un par de desafíos que no se pueden perder de vista a la hora de hablar de arrecifes coralinos, que, entre otras cosas, actúan como una “línea de defensa” para millones de personas que viven en las costas y, además, son una barrera en época de tormentas.

El primer reto tiene que ver con la presencia de enfermedades. El siguiente mapa ilustra bien dónde han detectado algunas de ellas en áreas de PNN.

En la imagen, sin embargo, no está un dato que, desde hace varios meses, trasnocha a quienes estudian los corales: la presencia de la enfermedad de pérdida de tejido en corales pétreos (SCTLD por su sigla en inglés). “Su presencia ya fue registrada en el 2019 en los cayos del norte del Archipiélago de San Andrés y Providencia, y a finales del 2021 ya se había observado en la isla de San Andrés, por lo que es muy probable que esta llegue a las áreas de PNN en los próximos años”, advierte Alonso Carvajal.

“Es una enfermedad muy agresiva”, le había dicho en 2022 a El Espectador Valeria Pizarro, bióloga marina colombiana experta en corales e investigadora senior del Perry Institute for Marine Sciences en Las Bahamas, donde trabajaba monitoreando y controlando la enfermedad. “Afecta a más de 25 especies diferentes de corales. Y esto es muy grave, porque en el Caribe tenemos cerca de 35 especies constructoras de arrecifes coralinos. Además, las tasas de avance y mortalidad de la enfermedad son muy altas”, explicaba entonces.

El otro gran desafío que hay que tener presente tiene que ver con las especies invasoras. Una ya es muy popular entre quienes viven cerca a esos ecosistemas: el pez león (Pterois volitans). Detectada en Colombia en diciembre de 2008 en Providencia, se ha convertido en una gran amenaza para los arrecifes de coral. Se trata, explica Alonso Carvajal, de la invasión más rápida de un pez marino que se ha documentado en la historia. Hoy ya está en PNN Tayrona, en la Alta Guajira y hasta en Chocó. Además de diezmar las poblaciones de peces, también “poner en peligro la economía local de los pescadores”.

En el océano Pacífico está otra especie invasora que está empezando a causar inquietud. Su nombre es estrella corona de espinas (Acanthaster plancii) y ya fue reportada en el PNN Gorgona y en el SFF Malpelo, pese a ser originaria del Pacífico sur. “Es importante hacer un seguimiento de la pérdida de cobertura coralina viva a causa de esta especie invasora y tomar medidas de control, pues en los últimos dos años se han encontrado individuos juveniles (< 15 cm) en esos dos PNN”, pide el informe de Parques Cómo Vamos.

Un último dato, que no representa una noticia desalentadora: la cobertura de coral vivo no es tan baja en comparación con el promedio mundial. En 2019, en el mundo fue de 29,5%, mientras que para las áreas de PNN, que abarcan 3.622 hectáreas, fue de 47,5%.

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