“El gas natural en Colombia debe servir para pivotar hacia energías renovables”
En entrevista con El Espectador, la embajadora de Alemania habló sobre las apuestas de este país para la próxima cumbre global de biodiversidad y en la transición energética en Colombia.
Fernan Fortich
En menos de dos meses se realizará en Cali (Valle del Cauca) la cumbre global en la que se discutirá cómo se está construyendo el camino para frenar la pérdida de biodiversidad para el 2030.
Durante esta Conferencia de las Partes (COP16), uno de los principales actores serán los miembros de la delegación de Alemania, uno de los países líderes de la Unión Europea (UE). En encuentros anteriores, el gobierno alemán ha sido protagonista. Por ejemplo, en la COP26 de Cambio Climático de Glasgow, junto a Reino Unido y Noruega, anunció un programa de USD $33,5 millones para ayudar a frenar la deforestación en Colombia.
En nuestro país, el rol de la cooperación alemana se ha centrado en dos factores: la consecución de la paz y la defensa del medioambiente, incluyendo el desarrollo sostenible de las ciudades.
Para la embajadora de Alemania en Colombia, Martina Klumpp, se trata de una cuestión de “responsabilidad compartida. La doble crisis del cambio climático y la pérdida de biodiversidad nos afectan a todos. En Alemania hemos tenido en los últimos años unas catástrofes naturales que muestran esta conexión. Para mitigar esto, es fundamental conservar los bosques y, de ahí, parte nuestra tarea en países como Colombia”.
En diálogo con El Espectador, Klumpp, experta en temas de cooperación energético-climática, habló sobre la apuesta alemana en la próxima cumbre global de biodiversidad, el rol de la paz en la protección de la biodiversidad, el financiamiento climático y el papel del gas natural en la transición energética.
Se aproxima la COP16. Usualmente, son eventos donde Gobiernos y organizaciones hacen anuncios importantes para proteger la biodiversidad. ¿Nos puede adelantar algo de la apuesta del gobierno alemán?
Alemania va a participar con una gran delegación de cerca de 60 negociadores —funcionarios y expertos— que vienen de los ministerios que están involucrados, en primera instancia, con el medioambiente. También harán presencia de representantes de las agencias de cooperación, que están muy fuertemente llevando a cabo nuestro trabajo en conjunto con Colombia.
La apuesta es dar un paso hacia adelante en la protección de la biodiversidad que todos anhelamos. En Montreal se acordó un marco de 23 metas y ahora el tema es su implementación decidida y conjunta. En esta COP toca establecer los mecanismos de revisión y seguimiento para avanzar en esos objetivos, y también movilizar financiación adecuada, entonces, en esas grandes líneas, se va a basar nuestra contribución en la cumbre.
Usted menciona un tema muy importante, y es la financiación para la conservación. Recientemente, varios países han pedido mejorar el flujo de los recursos para enfrentar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad en el mundo. ¿Qué postura tiene Alemania para mejorar el financiamiento y la cooperación internacional?
En vista de los retos inmensos que nos enfrentan, necesitamos una gran variedad de fuentes de financiación. Eso significa que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo tienen que aportar su parte, pero también tenemos que involucrar mejor al sector privado y a otras fuentes no tradicionales. Alemania ya está haciendo su parte: desde 2022 – 3 años antes de lo anunciado - damos más de 6 billones de euros por año en financiación climática y 1,5 billones de ellos para la conservación de la biodiversidad.
En términos de nuestro compromiso con Colombia, vamos profundizando nuestra cooperación muy estrecha en el marco de nuestra Alianza por el Clima y una Transición Energética Justa y acabamos de asignar nuevos recursos de cooperación por un monto de € 589 millones para fortalecer nuestro apoyo en temas de paz, clima y medio ambiente. Por ejemplo, ofrecemos líneas de crédito al gobierno colombiano que van acompañadas de asesoría técnica para fortalecer las políticas públicas en los ámbitos de clima y biodiversidad. En cuanto a cómo aplicar estos recursos, siempre apuntamos a reforzar las instituciones como el Departamento Nacional de Planeación o el Ministerio de Ambiente a través de nuestro banco de desarrollo KfW, y manteniendo un diálogo sectorial muy estrecho sobre el manejo y el impacto de los fondos.
Entonces se trata de asesorar. Al fin y al cabo, las decisiones se toman en cada país, y a lo que nosotros le hemos apostado es a hacer recomendaciones y a acompañar las decisiones de los gobiernos.
En la COP26 de Cambio Climático de Glasgow, Alemania, junto a Reino Unido y Noruega, anunciaron un desembolso de US $33,5 millones para ayudar a frenar la deforestación, que tiene mucho que ver con la protección de la biodiversidad. Las cifras, sin embargo, parece que no serán alentadoras este año. ¿Eso condiciona el apoyo de ustedes?
Estamos muy contentos de la reducción récord de la deforestación en Colombia en los últimos dos años, sobre todo en la Amazonía. Estas cifras son impresionantes. No obstante, estamos preocupados con la inversión de esta tendencia en lo que va de 2024. Creemos, y nos consta, que hay un compromiso del gobierno colombiano de reducir la deforestación, pero los desafíos son obviamente enormes, pues son vastos territorios con múltiples actores legales e ilegales.
Hace poco tuvimos la oportunidad de sobrevolar el arco de la deforestación amazónica y pudimos ver como dentro de esas formaciones rocosas se ven caminos, praderas ganaderas y cultivos de coca. Esto muestra que es un tema que solo se puede manejar de manera conjunta, pues, ya es un hecho que hay personas que vivan allí ancestralmente o que han migrado allí y que necesitan medios de subsistencia sostenibles, pero al mismo tiempo son zonas que tenemos que proteger todos, pues de eso depende la sobrevivencia del planeta. Ese es el desafío.
Junto con nuestros socios de Noruega y Reino Unido seguimos muy comprometidos en esta lucha contra la deforestación y la protección de los bosques. Por eso, durante la COP28 en Dubai conjuntamente anunciamos nuevas asignaciones y pagos de US $34 millones en el marco de nuestra Declaración Conjunta de Intención.
Ya que estamos hablando de inversión, ¿nos podría contar sobre esas zonas en Colombia en las que el gobierno alemán priorizará recursos para la conservación y protección de la biodiversidad?
Una de las prioridades es la Amazonía por su interrelación en la protección de la biodiversidad y la mitigación de los efectos del cambio climático. Tenemos que reconocer que estas dos agendas están estrechamente relacionadas y no se pueden ver por separado. Queremos proteger la biodiversidad única en la Amazonía y a la vez asegurar la preservación de estos ecosistemas como sumideros de carbono, es decir, estos bosques y suelos que absorben y capturan el dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera.
También apoyamos otras regiones y programas. Los páramos, por el rol ecosistémico que cumplen como grandes depósitos de agua y al ser hogar de una flora y fauna tan especial y única. Para la región Pacífica tenemos un programa del Banco de Desarrollo Alemán para lo que es el Corredor del Pacífico Oriental, que va desde Costa Rica a Panamá, pasa Colombia y va hasta Ecuador, en las islas Galápagos. Todas estas zonas están conectadas, al ser hábitats de grandes mamíferos que emigran a estos lugares.
El lema elegido por el Gobierno para la COP16, “Paz con la naturaleza”, también busca que reconozcan, de alguna manera, a la naturaleza como una “víctima” del conflicto. ¿Usted qué opina de esa idea, que no es muy usual en el norte global?
Nos alegra este lema, ya que la paz y la protección de la naturaleza representan los dos pilares principales de nuestra cooperación bilateral.
Es evidente que la paz es fundamental para que la gente se quiera quedar en los territorios. Colombia es tan urbanizada porque mucha gente huyó, y se fue a las grandes ciudades,
pero en los territorios deben de existir también las condiciones, para que puedan vivir bien, que se puedan mover libremente, y que no tengan, que vivir con las consecuencias de los conflictos como la minería ilegal, que contamina el agua con impactos desastrosos. Se necesita de una visión más holística que comprenda que en los conflictos la gente y la naturaleza sufren. Por eso, apostamos por la paz, por ejemplo, como país acompañante del proceso de paz con el ELN o en la implementación del acuerdo de 2016.
Hay muchos ejemplos positivos del proceso de paz de 2016 que nos dan esperanza y nos muestran que una vida en paz con la naturaleza es posible. Por ejemplo, en el marco del programa Visión Amazonía apoyamos a excombatientes en el Meta en el manejo de proyectos de turismo sostenible.
Otro tema importante en la protección de la biodiversidad es asegurar la transición energética. ¿Cómo ve los esfuerzos que está haciendo el gobierno, y cómo se está acompañando desde la embajada?
Desde la visita del presidente Gustavo Petro a Alemania en 2023, se acordaron una serie de parámetros compartidos en cuanto a la necesidad de salir de los fósiles para la generación de energía y la conservación energética, pero también sobre cómo mantener pagable la energía y de instalar fuentes de energía en donde no las hay actualmente.
El Ministerio de Minas y Energía tiene un plan muy impresionante, con proyectos de cooperación muy concretos, como, por ejemplo, en torno a la producción de hidrógeno verde, que cuentan con el apoyo de un gran número de expertos de la cooperación alemana. Se trata también de transferencia del conocimiento y el know-how, pues en Alemania ya más del 50 % de nuestra energía eléctrica proviene de fuentes renovables.
Venimos de abrir la primera oficina de diplomacia de hidrógeno en Latinoamérica. Queremos aprovechar las grandes oportunidades que ofrece Colombia para esta tecnología, de modo que se logre un suministro energético más limpio y sostenible.
Alemania tiene una larga historia con el uso de gas natural como fuente de energía. En Colombia, por su parte, se discute la posibilidad de no explorar nuevas licencias de exploración de este combustible. ¿Qué papel debe jugar el gas natural esa apuesta de transición energética en el país?
Para el gobierno alemán siempre ha sido claro que el gas natural sirve para puentear el corte de los combustibles fósiles hacia la plena aplicación de fuentes renovables. De momento es necesario utilizar el gas natural, pero Colombia tiene un gran potencial en energías renovables. El Gobierno tiene un plan muy ambicioso y estructurado, ojalá se pueda materializar de manera exitosa.
Uno de los puntos centrales de esta COP16 es revisar la implementación de las metas del 2030. ¿Cree usted que vamos a cumplir estas metas en los próximos años?
Si tomamos como ejemplo lo acordado en la COP21 de clima en París frente a la situación real, hay una clara frustración, pero creo que no podemos dejar de esforzarnos. Las consecuencias de lo que está pasando en el planeta ya se notan tanto en términos de clima como en la biodiversidad.
No quisiera atreverme a hacer un pronóstico, pero hay que mantener los esfuerzos, con todos los medios que tenemos a disposición.
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En menos de dos meses se realizará en Cali (Valle del Cauca) la cumbre global en la que se discutirá cómo se está construyendo el camino para frenar la pérdida de biodiversidad para el 2030.
Durante esta Conferencia de las Partes (COP16), uno de los principales actores serán los miembros de la delegación de Alemania, uno de los países líderes de la Unión Europea (UE). En encuentros anteriores, el gobierno alemán ha sido protagonista. Por ejemplo, en la COP26 de Cambio Climático de Glasgow, junto a Reino Unido y Noruega, anunció un programa de USD $33,5 millones para ayudar a frenar la deforestación en Colombia.
En nuestro país, el rol de la cooperación alemana se ha centrado en dos factores: la consecución de la paz y la defensa del medioambiente, incluyendo el desarrollo sostenible de las ciudades.
Para la embajadora de Alemania en Colombia, Martina Klumpp, se trata de una cuestión de “responsabilidad compartida. La doble crisis del cambio climático y la pérdida de biodiversidad nos afectan a todos. En Alemania hemos tenido en los últimos años unas catástrofes naturales que muestran esta conexión. Para mitigar esto, es fundamental conservar los bosques y, de ahí, parte nuestra tarea en países como Colombia”.
En diálogo con El Espectador, Klumpp, experta en temas de cooperación energético-climática, habló sobre la apuesta alemana en la próxima cumbre global de biodiversidad, el rol de la paz en la protección de la biodiversidad, el financiamiento climático y el papel del gas natural en la transición energética.
Se aproxima la COP16. Usualmente, son eventos donde Gobiernos y organizaciones hacen anuncios importantes para proteger la biodiversidad. ¿Nos puede adelantar algo de la apuesta del gobierno alemán?
Alemania va a participar con una gran delegación de cerca de 60 negociadores —funcionarios y expertos— que vienen de los ministerios que están involucrados, en primera instancia, con el medioambiente. También harán presencia de representantes de las agencias de cooperación, que están muy fuertemente llevando a cabo nuestro trabajo en conjunto con Colombia.
La apuesta es dar un paso hacia adelante en la protección de la biodiversidad que todos anhelamos. En Montreal se acordó un marco de 23 metas y ahora el tema es su implementación decidida y conjunta. En esta COP toca establecer los mecanismos de revisión y seguimiento para avanzar en esos objetivos, y también movilizar financiación adecuada, entonces, en esas grandes líneas, se va a basar nuestra contribución en la cumbre.
Usted menciona un tema muy importante, y es la financiación para la conservación. Recientemente, varios países han pedido mejorar el flujo de los recursos para enfrentar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad en el mundo. ¿Qué postura tiene Alemania para mejorar el financiamiento y la cooperación internacional?
En vista de los retos inmensos que nos enfrentan, necesitamos una gran variedad de fuentes de financiación. Eso significa que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo tienen que aportar su parte, pero también tenemos que involucrar mejor al sector privado y a otras fuentes no tradicionales. Alemania ya está haciendo su parte: desde 2022 – 3 años antes de lo anunciado - damos más de 6 billones de euros por año en financiación climática y 1,5 billones de ellos para la conservación de la biodiversidad.
En términos de nuestro compromiso con Colombia, vamos profundizando nuestra cooperación muy estrecha en el marco de nuestra Alianza por el Clima y una Transición Energética Justa y acabamos de asignar nuevos recursos de cooperación por un monto de € 589 millones para fortalecer nuestro apoyo en temas de paz, clima y medio ambiente. Por ejemplo, ofrecemos líneas de crédito al gobierno colombiano que van acompañadas de asesoría técnica para fortalecer las políticas públicas en los ámbitos de clima y biodiversidad. En cuanto a cómo aplicar estos recursos, siempre apuntamos a reforzar las instituciones como el Departamento Nacional de Planeación o el Ministerio de Ambiente a través de nuestro banco de desarrollo KfW, y manteniendo un diálogo sectorial muy estrecho sobre el manejo y el impacto de los fondos.
Entonces se trata de asesorar. Al fin y al cabo, las decisiones se toman en cada país, y a lo que nosotros le hemos apostado es a hacer recomendaciones y a acompañar las decisiones de los gobiernos.
En la COP26 de Cambio Climático de Glasgow, Alemania, junto a Reino Unido y Noruega, anunciaron un desembolso de US $33,5 millones para ayudar a frenar la deforestación, que tiene mucho que ver con la protección de la biodiversidad. Las cifras, sin embargo, parece que no serán alentadoras este año. ¿Eso condiciona el apoyo de ustedes?
Estamos muy contentos de la reducción récord de la deforestación en Colombia en los últimos dos años, sobre todo en la Amazonía. Estas cifras son impresionantes. No obstante, estamos preocupados con la inversión de esta tendencia en lo que va de 2024. Creemos, y nos consta, que hay un compromiso del gobierno colombiano de reducir la deforestación, pero los desafíos son obviamente enormes, pues son vastos territorios con múltiples actores legales e ilegales.
Hace poco tuvimos la oportunidad de sobrevolar el arco de la deforestación amazónica y pudimos ver como dentro de esas formaciones rocosas se ven caminos, praderas ganaderas y cultivos de coca. Esto muestra que es un tema que solo se puede manejar de manera conjunta, pues, ya es un hecho que hay personas que vivan allí ancestralmente o que han migrado allí y que necesitan medios de subsistencia sostenibles, pero al mismo tiempo son zonas que tenemos que proteger todos, pues de eso depende la sobrevivencia del planeta. Ese es el desafío.
Junto con nuestros socios de Noruega y Reino Unido seguimos muy comprometidos en esta lucha contra la deforestación y la protección de los bosques. Por eso, durante la COP28 en Dubai conjuntamente anunciamos nuevas asignaciones y pagos de US $34 millones en el marco de nuestra Declaración Conjunta de Intención.
Ya que estamos hablando de inversión, ¿nos podría contar sobre esas zonas en Colombia en las que el gobierno alemán priorizará recursos para la conservación y protección de la biodiversidad?
Una de las prioridades es la Amazonía por su interrelación en la protección de la biodiversidad y la mitigación de los efectos del cambio climático. Tenemos que reconocer que estas dos agendas están estrechamente relacionadas y no se pueden ver por separado. Queremos proteger la biodiversidad única en la Amazonía y a la vez asegurar la preservación de estos ecosistemas como sumideros de carbono, es decir, estos bosques y suelos que absorben y capturan el dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera.
También apoyamos otras regiones y programas. Los páramos, por el rol ecosistémico que cumplen como grandes depósitos de agua y al ser hogar de una flora y fauna tan especial y única. Para la región Pacífica tenemos un programa del Banco de Desarrollo Alemán para lo que es el Corredor del Pacífico Oriental, que va desde Costa Rica a Panamá, pasa Colombia y va hasta Ecuador, en las islas Galápagos. Todas estas zonas están conectadas, al ser hábitats de grandes mamíferos que emigran a estos lugares.
El lema elegido por el Gobierno para la COP16, “Paz con la naturaleza”, también busca que reconozcan, de alguna manera, a la naturaleza como una “víctima” del conflicto. ¿Usted qué opina de esa idea, que no es muy usual en el norte global?
Nos alegra este lema, ya que la paz y la protección de la naturaleza representan los dos pilares principales de nuestra cooperación bilateral.
Es evidente que la paz es fundamental para que la gente se quiera quedar en los territorios. Colombia es tan urbanizada porque mucha gente huyó, y se fue a las grandes ciudades,
pero en los territorios deben de existir también las condiciones, para que puedan vivir bien, que se puedan mover libremente, y que no tengan, que vivir con las consecuencias de los conflictos como la minería ilegal, que contamina el agua con impactos desastrosos. Se necesita de una visión más holística que comprenda que en los conflictos la gente y la naturaleza sufren. Por eso, apostamos por la paz, por ejemplo, como país acompañante del proceso de paz con el ELN o en la implementación del acuerdo de 2016.
Hay muchos ejemplos positivos del proceso de paz de 2016 que nos dan esperanza y nos muestran que una vida en paz con la naturaleza es posible. Por ejemplo, en el marco del programa Visión Amazonía apoyamos a excombatientes en el Meta en el manejo de proyectos de turismo sostenible.
Otro tema importante en la protección de la biodiversidad es asegurar la transición energética. ¿Cómo ve los esfuerzos que está haciendo el gobierno, y cómo se está acompañando desde la embajada?
Desde la visita del presidente Gustavo Petro a Alemania en 2023, se acordaron una serie de parámetros compartidos en cuanto a la necesidad de salir de los fósiles para la generación de energía y la conservación energética, pero también sobre cómo mantener pagable la energía y de instalar fuentes de energía en donde no las hay actualmente.
El Ministerio de Minas y Energía tiene un plan muy impresionante, con proyectos de cooperación muy concretos, como, por ejemplo, en torno a la producción de hidrógeno verde, que cuentan con el apoyo de un gran número de expertos de la cooperación alemana. Se trata también de transferencia del conocimiento y el know-how, pues en Alemania ya más del 50 % de nuestra energía eléctrica proviene de fuentes renovables.
Venimos de abrir la primera oficina de diplomacia de hidrógeno en Latinoamérica. Queremos aprovechar las grandes oportunidades que ofrece Colombia para esta tecnología, de modo que se logre un suministro energético más limpio y sostenible.
Alemania tiene una larga historia con el uso de gas natural como fuente de energía. En Colombia, por su parte, se discute la posibilidad de no explorar nuevas licencias de exploración de este combustible. ¿Qué papel debe jugar el gas natural esa apuesta de transición energética en el país?
Para el gobierno alemán siempre ha sido claro que el gas natural sirve para puentear el corte de los combustibles fósiles hacia la plena aplicación de fuentes renovables. De momento es necesario utilizar el gas natural, pero Colombia tiene un gran potencial en energías renovables. El Gobierno tiene un plan muy ambicioso y estructurado, ojalá se pueda materializar de manera exitosa.
Uno de los puntos centrales de esta COP16 es revisar la implementación de las metas del 2030. ¿Cree usted que vamos a cumplir estas metas en los próximos años?
Si tomamos como ejemplo lo acordado en la COP21 de clima en París frente a la situación real, hay una clara frustración, pero creo que no podemos dejar de esforzarnos. Las consecuencias de lo que está pasando en el planeta ya se notan tanto en términos de clima como en la biodiversidad.
No quisiera atreverme a hacer un pronóstico, pero hay que mantener los esfuerzos, con todos los medios que tenemos a disposición.
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