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El tercer día de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), que se está realizando en Glasgow, Escocia, volvió a comenzar con promesas por parte de Colombia. Durante la inauguración del evento “Acción sobre los bosques y el uso de la tierra”, el presidente Iván Duque tuvo una silla prioritaria, justo junto a Boris Johnson, anfitrión de la COP26 y primer ministro de Reino Unido, y Joko Widodo, presidente de Indonesia. (Le sugerimos: Estos fueron los primeros anuncios de Colombia en la COP26)
El tema clave eran los bosques. Y Duque aprovechó la luz de los medios para anunciar oficialmente que se comprometerá a declarar el 30% del territorio colombiano bajo alguna figura de protección para 2022. Se trata de una iniciativa global, ya que en septiembre del año pasado varios líderes mundiales firmaron lo que se conoce como Leader´s Pledge for Nature o Compromiso de Líderes por la Naturaleza, para frenar, o por lo menos, mitigar, la perdida de biodiversidad. Una de las metas propuestas era que los países lograran proteger el 30% del territorio para 2030. Así que la promesa que hizo Duque, en realidad, fue adelantar la meta 8 años, para que se cumpla en el 2022.
La promesa generó en el público una serie de aplausos. “Sabemos que el reto más importante es cómo conectar el financiamiento con la conservación de ecosistemas. No es cuestión de declarar el 30%, sino de cómo protegerlos y conectarlos con el financiamiento verde”, dijo Duque. “Mi invitación es que para proteger los bosques tropicales de Colombia y el mundo, necesitamos empezar a pagar por servicios ambientales”. (Le sugerimos: Colombia presentó su plan para ser carbono neutro a 2050 (pero con pocos detalles)
¿Pero qué tan bien le ha ido a Colombia con sus áreas protegidas más allá del papel? Justo en agosto de este año coalición de la sociedad civil Parques Cómo Vamos lanzó el primer informe para comprender el estado de las áreas protegida de Colombia, dando un panorama que está lejos de deber ser celebrado.
A la fecha, por ejemplo, los Parques Nacionales Naturales (PNN) del país, que son un poco más de 17 millones de hectáreas, equivalen al 12% del territorio colombiano y conservan 60 tipos de ecosistemas. El estado de muchos, sin embargo, no es precisamente uno de protección y de conservación.
De los 59 PNN, 35 tienen alguno de sus ecosistemas con algún grado de amenaza y solo 47 tiene un plan de manejo actualizado y vigente. Solo en 44 PNN hay acuerdo de uso y de ocupación, un paso previo casi necesario para pensar en los pagos por servicios ambientales que planeta Duque, y hay registros de deforestación en 32 parques. (Le puede interesar: ¿Cómo están las áreas protegidas del segundo país más biodiverso del mundo?)
Sin embargo, los datos indican que el Gobierno, solo con el porcentaje de áreas actuales declaradas, ni siquiera ha sido capaz de sancionar a las personas que ejercen actividades no permitidas dentro de estas figuras. “Según el Registro Único de Infractores Ambientales, entre el 2020 y el 2018 se impusieron 50 sanciones.
Pero, como si fuera poco, según el informe varias de estas áreas protegidas están sumergidas en escenarios de violencia. En los contextos municipales del 93% de los PNN de Colombia, por ejemplo, se han tenido que desplazar por violencia 79.789 personas.
El reto, a la final, no está en declarar más y más áreas protegidas. Un buen paso sería primero lograr conservar y proteger las que ya están de forma efectiva.
*Esta historia fue producida como parte del 2021 Climate Change Media Partnership, una beca de periodismo organizada por Internews’ Earth Journalism Network y Stanley Center for Peace and Security.