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Este domingo 6 de noviembre iniciará la Cumbre Climática COP 27, la reunión más importante para tratar los temas relacionados con las estrategias que emplearán los gobiernos para contrarrestar los efectos del cambio climático. Este evento se realizará desde el 6 hasta el 18 de noviembre en Egipto. (Lea: La paradoja de necesitar 1.200 millones de hectáreas de tierra para cumplir las metas climáticas)
La ciudad de Sharm el-Sheikh será la encargada de recibir a los panelistas, representantes de los gobiernos y todas las personas que asistan a la convención. De hecho, el mayor general Khaled Fouda, gobernador del sur de Sinaí, explicó que a esta zona no puede entrar a esta región sin autorización.
“Cualquier visitante que ingrese por tierra será registrado exhaustivamente en una puerta que rodea la ciudad (...) 500 taxis blancos están encargados de transportar a los asistentes durante la conferencia y estarán equipados con cámaras interiores, todos conectados a un “observatorio de seguridad” local, para monitorear las imágenes”, señaló el funcionario en un medio local.
También aseguró que ya están listos los buses “relucientes” para transportar a los asistentes y que, incluso, se inauguró un centro comercial para fomentar el turismo. Pero, estas mismas comodidades no las tendrás los manifestantes, aunque Fouda dijo que si habrá espacio para ellos en un área especialmente diseñada, estarán en un desierto muy lejos de la conferencia. (Puede leer: Los planes de reducción de gases de efecto invernadero son insuficientes: ONU)
En sus declaraciones, Fouda aseguró que “es un lugar muy limpio. Hay cafeterías y restaurantes en la zona. Aquí no se permite a nadie sin registrarse”. Además, dijo que este espacio había sido construido tras una serie de llamadas de diplomáticos occidentales preocupados de que se impidieran las manifestaciones en la cumbre, teniendo en cuenta que en los últimos 10 años han sido prohibidas las protestas en esta región.
Hussein Baoumi, de Amnistía Internacional, en declaraciones para The Guardian opinó sobre esta medida a la que catalogó de “teatro”. “No quieren permitir el derecho a protestar o la libertad de reunión, pero quieren que parezca que lo están. Es la visión del presidente de una protesta: vas a un lugar y te registras y protestas durante una hora donde nadie puede verte, y luego te tienen en cámara donde las autoridades pueden ver si dices algo que no les gusta. Es el acto de un estado que no quiere permitir la libertad de reunión, pero no quiere ser llamado por no permitirla”, apuntó. (Le puede interesar: Preocupación porque Egipto ‘encubra abusos contra derechos humanos’ con la COP27)
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